Los placeres de viajar llegan a su auge cuando el alojamiento y el destino van a la par. Una estancia completa que concede la libertad de decidir optar por el descanso en el hotel, o ir a la aventura. El hotel Santa Catalina, a Royal Hideaway se halla en un epicentro de belleza en la capital canaria: a 4,7 km de la Playa de las Canteras, a 400 metros del Parque Doramas y a 3 km de Vegueta, el casco antiguo de la ciudad. En efecto, se encuentra solamente a dos pasos de enclaves históricos, de ocio, y de relajación que merecen la pena –y mucho– conocer. Entre ellos, una playa de gran renombre: La playa de Las Canteras.

Tanto es así, que en los últimos premios Travelers’ de Tripadvisor, esta playa de arena fina ocupa el 15º lugar en el ranking de las 25 mejores playas del mundo, siendo reconocida como “la mejor playa urbana del mundo”. Las Canteras llama la atención por uno de sus rasgos más característicos y distintivos: La Barra.

Se trata de un arrecife que bordea la costa, un fenómeno geológico poco común. Esta atracción natural permite a quien lo desee nadar a su encuentro, y si la marea está baja, caminar sobre ella. Aparte de tomar el sol y engullirse en el Atlántico, un paseo por el emblemático Parque Doramas, situado enfrente del hotel, puede convertirse en una experiencia estupenda para desconectar entre árboles y especies autóctonas.

Este parque rinde homenaje a sus raíces canarias, empezando con su nombre, Doramas, que hace referencia a un guerrero aborigen de la isla de Gran Canaria, uno de los principales líderes de la resistencia frente a la conquista europea en 1478. Un paisaje canario adornado de palmeras, fuentes en cascada y extensa vegetación invitan al visitante a relajarse y a admirar la flora canaria. Más allá de árboles y pétalos, el parque posee estructuras simbólicas que ponen de manifiesto la historia de la isla. Entre ellas, una escultura que representa a los aborígenes rebeldes precipitándose por un barranco mientras intentan escapar la esclavitud. 

Sumergirse en el legado de la isla

El icónico hotel Santa Catalina, a Royal Hideaway invita a querer conocer la faceta más atávica de Las Palmas. Para descubrir el legado histórico de la ciudad, las calles peatonales del casco antiguo de la ciudad posibilitan una visita a los monumentos más emblemáticos de Las Palma. Vegueta, el barrio en cuestión, tiene una serie de paradas obligatorias. Entre ellas, la casa de Colón de más de 500 años de antigüedad, un museo en la actualidad.

Cabe destacar la plaza Santa Ana del siglo XVI, donde se encuentra la Catedral, el Obispado, las Casas Consistoriales, la Casa Regental, el Tribunal Superior de Justicia de Canarias y el Archivo Histórico Provincial. La catedral de Canarias es otro de los hotspots de parada obligatoria, conocida por su singular y rico entramado arquitectónico. Empezó a construirse en el año 1497, y presume de una combinación de estilos neoclásico, gótico y renacentista.

El paseo por Vegueta no puede prescindir de una última parada en el Museo Canario, dedicado principalmente a la historia y prehistoria de Canarias. El museo expone cómo vivían los antiguos aborígenes canarios y da a conocer mejor la historia del archipiélago.