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ANÁLISIS

Jornada histórica en la Catedral de Santa Ana

La seo capitalina acoge la primera ordenación episcopal de sus años de servicio para la Diócesis de Canarias | Cristóbal Déniz será ordenado obispo auxiliar este sábado

Cristóbal Déniz, que será ordenado obispo auxiliar de la Diócesis de Canarias este sábado, en una entrevista reciente. | | ANDRÉS CRUZ

Santiago y Magdalena están plenamente felices. Sus hijos, Magdalena, Lourdes, Carolina y Santiago, también. Un acontecimiento extraordiario en la familia Déniz Hernández, de Valsequillo. Alguien de la familia, Cristóbal, es ordenado obispo auxiliar de Canarias, sus padres y hermanos viven con intensidad este momento. En la mañana del sábado 26 de marzo, el interior del templo catedralicio acoge una celebración sin precedentes. La primera ordenación episcopal de la historia de la Catedral.

Algunas personas quizá se pregunten si no existe ya antes alguna otra ceremonia igual. Pues no, el primer prelado canario es Manuel Verdugo, natural de Las Palmas, pero su ordenación episcopal tiene lugar en Madrid. Está al frente de la sede canaria durante casi veinte años desde 1796 a 1816. De él, muy bien puede hablar el actual sacerdote historiador Julio Sánchez quien tiene un libro dedicado a él, publicado con ocasión del bicentenario de su fallecimiento en 2016.

Podríamos pensar si Verdugo y Déniz tienen ellos dos algo en común. Cristóbal Déniz Hernández nace en Valsequillo el 15 de junio 1969, tiene 52 años actualmente. Once días después de venir a este mundo, el 26 de junio, recibe el bautismo, según recoge el libro 20, folio 213 del archivo parroquial, siendo párroco el sacerdote José Falcón Negrín. Su parroquia de origen, San Miguel Arcángel, se crea, junto con otras, precisamente por el obispo Verdugo el 10 de octubre de 1800. Curioso dato. Habría que estar atentos también a otras surgidas en aquel tiempo. Por echarle un poco de humor, quién sabe si de Ingenio, Santa Lucía de Tirajana o Vega de San Mateo saldrán en un futuro próximo nuevos candidatos al episcopado en Canarias.

A sus 16 años siempre es «un chico totalmente normal y persona muy discreta», tal y como lo define el que fuera en su momento párroco de Valsequillo, Manuel Merchán. Incluso aquel adolescente pasa por una etapa en la que casi deja de estudiar, y sus padres lo animan a continuar.

La influencia positiva de su tía paterna Margarita le motiva para apuntarse al grupo de confirmación. Recibe este sacramento con 19 años, el 27 de septiembre de 1988 con el obispo Ramón Echarren, quien siete años más tarde, en la misma iglesia, le ordena diácono el 16 de diciembre de 1995, siendo Isidoro Sánchez rector del Seminario.

Iniciado en este proceso de fe, se integra progresivamente cada vez más en la vida de su comunidad cristiana de origen. Su asistencia a un encuentro vocacional, organizado por su parroquia, y centrado en el sacerdocio le ayuda a descubrir su propio camino creyente. Más tarde, el cura de su pueblo en aquel momento, Manuel Merchán, lo lleva literalmente al Seminario, pasando por su casa en La Barrera a recogerlo con su maleta. Frecuentemente, lo visita quien endulza siempre la ocasión con chocolate para él y sus compañeros. «He llorado de emoción, nunca podía imaginar este acontecimiento, no tengo palabras», exclama Merchán. Ya en su proceso formativo, subrayar la participación muy destacable de Cristóbal Déniz en el Encuentro diocesano de jóvenes en Valsequillo en 1991.

Trayectoria pastoral rica y variada, con presencia en diversos ámbitos, unida a su humildad y cercanía, hace presentir entre sus compañeros este nombramiento episcopal

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Ordenado sacerdote por Monseñor Ramón Echarren el 22 de septiembre de 1996. La parroquia de Santa Clara, en el barrio capitalino de Zárate, acoge una multitudinaria ordenación sacerdotal. Juan Carlos Medina, compañero de ordenación, comenta: «La situación de la Catedral en obras nos lleva a pensar otro lugar, somos cinco en aquel momento». Acerca del nuevo auxiliar, afirma que lo recuerda «muy sensibilizado por temas sociales y precoupado por la formación».

El actual párroco de su pueblo, José Antonio Socorro, es compañero de ordenación. Sobre él comenta que es «un hombre sano y santo, de pueblo y del pueblo». Y pronuncia un deseo para él: «¡Que no cambie!» Trayectoria pastoral rica y variada, con presencia en diversos ámbitos como la juventud, el seminario, formación, vicario... Todo ello, unido a su humildad y cercanía, hace presentir entre sus compañeros este nombramiento episcopal. Desde la parroquia de origen del nuevo prelado, se trabaja actualmente con interés por la pastoral juvenil y vocacional, se ora por el Seminario, se siente la necesidad de nuevos candidatos al sacerdocio.

Etapa de vicario

Cuando hace varios años es nombrado vicario de Las Palmas por el anterior obispo de la Diócesis de Canarias, Francisco Cases, inmediatamente le felicito expresándole mi alegría. Reúne todas las cualidades propias para este tipo de cargos eclesiásticos. Siempre muestra un talante cercano, sencillo, sabe escuchar y tener la palabra oportuna frente a las situaciones tan variadas de la vida. Estoy convencido y seguro que seguirá con este talante. Deseo que siempre continúe así.

La celebración de sus 25 años de sacerdote, el pasado mes de octubre en la parroquia del Santo Cristo de Guanarteme, sin duda es en su vida un anticipo de este evento. En la acción de gracias, se leen todos los lugares por donde pasa y sus servicios pastorales. Curiosa la reacción de todos los presentes. Terminado este amplio listado, el pueblo, emocionado, de pie, irrumpe con un fuerte y prolongado aplauso al que inmediatamente se une el variado grupo de sacerdotes concelebrantes. Sin duda, tiene una gran acogida por su cercana forma de ser con todas las personas, independientemente del lugar.

Sobre estas bodas de plata, el nuevo obispo auxiliar comenta que «es fundamental partir de la dimensión orante, de una alta identificación con la Palabra de Dios y de tener justamente como programa de vida el Evangelio».

Aprendiz de obispo

Déniz, recientemente, en unas declaraciones a una publicación religiosa declara: «Comienza una nueva etapa en el seguimiento de Jesucristo con la consagración episcopal». Añade también: «Sé que ella requiere de mayor apertura a la gracia de Dios». No oculta cómo quiere vivenciar este momento: «Quiero vivirlo con espíritu de conversión y de aprendiz, como una nueva llamada del Señor a dejarme llevar por Él». Se encomienda a la Patrona de la Diócesis de Canarias, la Virgen del Pino «pidiéndole que me ayude a hacer lo que Dios quiera y donde Él quiera».

Numerosos vecinos de Valsequillo se trasladan para su ordenación episcopal. Pero también el pueblo ya se engalana desde ahora para recibir a su primer obispo, vecino del pueblo, con los brazos abiertos. El viernes 1 de abril, a las seis y media de la tarde, está previsto un acto protocolario de la Parroquia y el Ayuntamiento. Media hora más tarde, será la misa de acción de gracias.

Conclusión

Un deseo, que este acontecimiento sea una primavera eclesial para nuestra diócesis. La vivencia de la comunión eclesial y la sinodalidad traerá sus mejores frutos a la Iglesia en nuestra querida tierra canaria. Ojalá podamos gozar de nuestro nuevo obispo auxiliar durante muchos años, aquí entre nosotros. No sé si podrá ser realidad, presiento que dentro de un período de tiempo sea nombrado obispo de Canarias o de alguna Iglesia particular en la Península. Si marchara fuera, también quedará la puerta abierta a otro prelado, nombrado del actual clero diocesano.

Su lema episcopal: «La alegría del Señor es nuestra fortaleza», texto bíblico tomado del libro de Nehemías. Todo ello muy en consonancia con el programa pastoral del papa Francisco con «La alegría del Evangelio». La felicidad de la familia Déniz Hernández es hoy también el gozo de esa otra familia tan grande como la Iglesia diocesana de Canarias. Sin duda, así es. ¡Felicidades!

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