Recuperar el viejo túnel de Tenoya. La asociación cultural Tasate, conformada por vecinos del distrito Tamaraceite San Lorenzo Tenoya, ha presentado al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria un proyecto para rehabilitar el antiguo túnel y darle un nuevo uso de tipo cultural, con exposiciones, charlas o talleres divulgativos. Esta infraestructura fue inaugurada en 1866 y supuso un hito de la ingeniería de caminos al ser el primer túnel que se construyó en Canarias. Siglo y medio después, presenta un buen estado de conservación; no obstante lleva varios años sin uso al estar cerrado al tráfico rodado. En su lugar se construyó hace una década un vial alternativo de la GC-300 -que discurre de manera paralela- con el objetivo de desatascar a los 7.700 vehículos que usaban esta carretera.
Atrás quedaron las colas casi kilométricas en hora punta a ambos lados del túnel al ser de un solo sentido y estar regulado por semáforos, toda una seña de identidad del Norte. «Creemos que hay que recuperar una infraestructura que fue durante mucho tiempo una importante conexión entre la capital y diferentes pueblos de la Isla», señala Yeray Castellano, uno de los portavoces de la asociación cultural. Obra del ingeniero Juan León y Castillo, la construcción de esta infraestructura se remonta a la segunda mitad del siglo XIX, cuando se desarrollaron las principales arterias de comunicación entre la ciudad y el resto de municipios. Con 120 metros de longitud y un vano de 12 metros de alto, su inauguración hizo posible que los carruajes llegaran por primera vez a la villa de Arucas en aquel verano de 1866.
Desde una galería donde realizar exposiciones hasta lugar de uso común para los vecinos del barrio. «El espacio tiene numerosas posibilidades», resalta Castellano. La asociación quiere ahora abrir un proceso participativo con los residentes de Tenoya para ver qué se puede hacer en una infraestructura que tras siglo y medio de historia se ha convertido en toda una seña de identidad de la localidad. «Queremos ubicarlo en el mapa cultural de Gran Canaria», añade, «además de darle utilidad, una segunda vida». A falta de una intervención más exhaustiva de restauración y limpieza, ya tienen pensado un primer acto.
«Nos hemos puesto en contacto con la Fedac y la idea será hacer una exposición de fotografías antiguas», apunta este vecino del distrito. La muestra estaría compuesta tanto de imágenes históricas que conserva el archivo digital del Cabildo, como aquellas que los vecinos quieran aportar a esta iniciativa. De ahí que estén instando a los vecinos de Tenoya y alrededores a digitalizar las imágenes -los interesados pueden ponerse en contacto con la asociación Tasate a través de sus redes sociales- para exponerlas «cuando sea posible», indica. «El objetivo es que no se pierda el legado de quienes han vivido siempre en esta zona y saben cómo ha cambiado». Y es que esta localidad capitalina guarda un gran legado histórico.
Hito de la ingeniería
Desde Tasate señalan que este hito de la ingeniería se encuentra en buen estado. Lo cierto es que los coches circulaban por su interior hasta hace poco al ser parte del trazado de la GC-300 -antigua carretera general del Norte-, de ahí que en su bóveda de cantería -recubierta a base de piedras, cal y arena- existan parches de hormigonado más recientes. Aún así, el hollín procedente de los vehículos cubre la mayor parte de las superficies del interior, por lo que necesitaría «una profunda labor de limpieza», precisan desde la asociación cultural. Además de mejorar la iluminación o recuperar el adoquinado original hoy recubierto por el asfalto.
Otro de las actuaciones que ven necesaria, o al menos posible, sería hacer una calzada al mismo nivel. Actualmente existe una acera en su lado sur protegida por un quitamiedos; esta la utilizaban los vecinos para atravesar el pasaje de forma peatonal cuando los coches todavía circulaban por esta carretera. Hoy día, una barrera protege ambas bocas para evitar la entrada de vehículos y son numerosos los tenoyenses que van allí a caminar, correr o pasear a sus mascotas.
El túnel de Tenoya fue conocido en sus orígenes como «de Bachicao» -nombre de la cercana finca homónima-, al menos así es como aparece reseñado en la prensa de la época. Las obras comenzaron en febrero de 1864 y culminaron en abril de 1866. Así, tardaron poco más de dos años en perforar un trazado de unos 120 metros de longitud. Y es que a la falta de medios tecnológicos había que añadir la tierra arcillosa de la loma que «por su flojedad y desunión caía continuamente, lo que hizo que la construcción de esta obra fuese sumamente difícil», rezaba entonces el diario El Federal.
Su inauguración en 1866 hizo posible que los carruajes llegaran por primera vez hasta Arucas
Salvar el lomo que separaba los pagos de Tamaraceite y Tenoya, unido al puente que también diseñó León y Castillo sobre el barranco de Tenoya, posibilitó la unió por carretera de la capital y Arucas. Las carretas pudieron entonces llegar por primera vez a la ciudad norteña, una hazaña que fue motivo de celebración para los vecinos, según reseñó la prensa de la época. Con el tiempo y el aumento del tráfico rodado pasó a estar regularizado por semáforos dada su estrechez, que impedía el paso de dos coches a la vez.
Este hito de la ingeniería cerró sus puertas al tráfico en una primera fase en el verano de 2011, momento en el que comenzaron los trabajos de perforación del nuevo túnel, que discurre de manera paralela. Se tomó tal decisión ante la debilidad del terreno y por existir riesgo de derrumbe -apenas 20 metros separan ambas calzadas-. En su lugar se abrió una vía provisional para conectar Tamaraceite con Arucas.
El nueve túnel -inaugurado en 2012- dotó a la carretera de dos carriles para cada sentido de 3,5 metros de ancho. No obstante, una vez finalizaron los trabajos de perforación, Obras Públicas reabrió el túnel viejo. Y es que ambos convivieron durante un tiempo. De tal manera que los que iban en sentido Arucas utilizaban el antiguo y los que circulaban con dirección a Tamaraceite, el nuevo. Pocos años después, la obra de ingeniería diseñada por Juan León y Castillo pasó a mejor vida y fue cerrado por completo al tráfico.
La intención de Tasate será abrir «un proceso participativo» con los vecinos de Tenoya y de la zona para ver qué posibilidades puede tener este enclave histórico. La asociación ya le ha trasladado la iniciativa a la concejalía del distrito Tamaraceite Tenoya San Lorenzo, que preside Mercedes Sanz, quien ha acogido de buena manera el proyecto. «Está pendiente que lo vea Cultura, nos han dicho que una posibilidad sería generar un concurso de ideas», precisa Yeray Castellano.
El acueducto centenario
La loma que atraviesa el antiguo túnel de Tenoya guarda un secreto sobre su costado: un acueducto. Esta vieja infraestructura hidráulica fue construida de manera simultánea al pasaje que diseñó el ingeniero Juan León y Castillo en 1864, según reseña el catálogo de patrimonio Etnográfico del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Con unos 140 metros de longitud, está formado por una acequia que canalizaba las aguas de escorrentía hacia las fincas que cubrían el valle de esta localidad hasta Costa Ayala. Cuenta con un gran arco a mitad de trazado. La asociación cultural Tasate ve importante recuperar esta construcción a la que se accede fácilmente por un sendero de tierra. | A. V.
