La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La compra del palacete Quintana llevará al cierre del asadero de pollos La Plazuela

El consejo de Gobierno aprueba la compra de parte del inmueble, en la plaza de las Ranas, para ampliar la Biblioteca Insular, que ocupará prácticamente toda la manzana

Asadero de pollos La Plazuela, en la planta baja del palacete Quintana, que será comprado por el Cabildo insular, este lunes. Jose Carlos Guerra

El palacete Quintana, situado en la esquina de la calle Muro con la plaza Hurtado de Mendoza, conocida popularmente como plaza de Las Ranas, le costará al Cabildo de Gran Canaria 1.578.000 euros, según el expediente que se ha elevado este lunes a consejo de Gobierno para su aprobación. La intención del área de Presidencia y Patrimonio es adquirir gran parte de este inmueble, que data de 1870, para continuar con la ampliación de la Biblioteca Insular, que pasaría a ocupar prácticamente toda la manzana entre las calles Remedios, Muro y la propia plaza. Ello provocará el cierre del asadero de pollos La Plazuela, en la planta baja del inmueble actualmente. 

Los propietarios del edificio, la familia Domínguez González, presentaron a finales de febrero una oferta de venta de parte del palacete por importe de 1.578.000 euros, un precio inferior al que había establecido la Corporación insular el día 7 de ese mismo mes en su tasación independiente, que ascendía a 1.593.601,93 euros. En la transacción, no estaría incluida la totalidad del inmueble, solo aquella parte que gestionan directamente los dueños. Esto es el local comercial del popular asadero de pollos en la planta baja y el sótano, que cuenta con una superficie de 346,5 metros cuadrados construidos, y la planta alta -la vivienda propiamente dicha- con derecho a la azotea y el torreón, a la que le corresponde una superficie de 345,5 metros cuadrados, según se desprende del informe técnico del servicio de Patrimonio, al que ha tenido acceso este periódico.

Concretamente, el Cabildo se haría con las denominadas fincas 1 y 3, dejando la 2 en manos de la familia Domínguez, que la tienen arrendada a un local de restauración y, por tanto, con cargas en las que la Institución no quiere entrar al desconocer los detalles de la vinculación. Y es que una de las condiciones impuestas por el área de Presidencia y Patrimonio, que dirige el consejero Teodoro Sosa, para formalizar la compraventa del inmueble, obra del arquitecto Ponce de León, es que se encuentren libres de arrendatarios, ocupantes, actividad comercial y profesional, así como de cargas y gravámenes de cualquier tipo.

Ello obligará al cierre del asadero de pollos La Plazuela, uno de los más icónicos de la ciudad, que lleva prestando servicio desde 1976. El establecimiento, del que también es propietaria la familia Domínguez, dejará de prestar servicio en un plazo de dos meses, prorrogables 15 días más, desde que se notifique el acuerdo insular a la propiedad. Una vez se cumpla ese plazo, el palacete tendrá que estar vacío y expedito del mobiliario e instalaciones que se utilizan para la realización de la actividad, incluidas las chimeneas de extracción y el almacenamiento de gas butano en la cubierta del mismo. 

La Corporación pone como condición que las fincas queden libres de cualquier carga o gravamen

decoration

Las negociaciones entre la familia y la Corporación insular se han extendido durante seis años, hasta que por fin se ha llegado a un acuerdo en el que se han resuelto algunas de las vicisitudes que rodeaban la operación. Según el director general de Patrimonio del Cabildo de Gran Canaria, Pablo Rodríguez, «no ha sido un proceso sencillo por todos los condicionantes» que se han encontrado en el camino. Uno de ellos es, precisamente, el relacionado con la finca 2, ya que los Domínguez han preferido no «forzar el final del contrato» que tienen suscrito con la empresa de restauración, explicó ayer el alto cargo. «Lo que sí hemos dicho es que de surgir a futuro la posibilidad de volver a sentarnos, la intención es llegar a un entendimiento», adelantó. 

Biblioteca en expansión

Y es que la Corporación insular ya se ha ido, poco a poco, haciendo con la mayoría de edificios de esta manzana. En 2001 compró a esta misma familia el palacete de Doña Úrsula Quintana, que hace esquina en esa misma calle Muro con Remedios, y emprendió unos trabajos de rehabilitación del inmueble que concluyeron en 2013, casi duplicando la superficie de la Biblioteca Insular. La última rehabilitación de las sucesivas ampliaciones de la institución cultural se terminó apenas unos meses antes de iniciar los contactos para la compra del palacete Quintana, hace alrededor de seis años. 

«Entendemos que es una pieza de vital importancia desde el punto de vista del área de Cultura, y como polo cultural por la ubicación del edificio», insistió Rodríguez. Aunque la situación del inmueble es buena en principio, una vez se adquiera, técnicos insulares redactarán un proyecto para rehabilitarlo y acondicionarlo a su nuevo uso como espacio cultural. Algo para lo que todavía habrá que esperar unos años.

Compartir el artículo

stats