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Los consignatarios, ‘inventores’ del éxito del Puerto de Las Palmas

Asocelpa reúne a todos sus antiguos presidentes para reflexionar sobre la eclosión del tráfico de contenedores y retos como la eólica flotante

Coloquio sobre el puerto con los antiguos presidentes de Asocelpa. Jose Carlos Guerra

El 3 de enero de 1925, a las 15.00 horas, varios representantes de compañías consignatarias se reunieron en la casa Elder para constituir una organización empresarial con la que pretendían replicar el modelo que había crecer a otros puertos europeos. Casi un siglo después, La Asociación de Consignatarios y Estibadores de Buques de Las Palmas (Asocelpa) es la patronal portuaria más antigua de Canarias y continúa impulsando el negocio portuario de La Luz. Este jueves reunió a sus antiguos presidentes en ese mismo escenario para repasar con ellos los éxitos del pasado y los retos que marcarán el futuro del recinto de la capital grancanaria.

«Esta es una profesión que nos ocupa las 24 horas del día», arrancó el actual presidente, Jaime Cabrera del Pino, que presentó durante el acto una nueva guía que la organización ha elaborado. En ella se da a conocer entre el público general las claves de un trabajo fundamental para la economía y la sociedad del Archipiélago que suele pasar desapercibido más allá de la valla del Puerto de La Luz

El desconocimiento acerca del papel de los consignatarios, cuya misión fundamental es la representación del buque y su armador ante las autoridades españolas, cambió con la pandemia. «El covid nos ha puesto en el marco de esa esencialidad» por la continuidad del transporte de mercancías en un territorio fragmentado y alejado, como Canarias. Ese mismo carácter indispensable es el que quieren transmitir a las instituciones, agregó el líder de los consignatarios, para reclamar un puesto en el consejo de administración de la Autoridad Portuaria. Este asunto, no exento de polémica en el ámbito de la representación empresarial del Puerto de La Luz, volvió a ser abordado a lo largo del acto por varios de los presidentes presentes. Cabrera insistió en que la actividad de los consignatarios «está muy viva, como las páginas de la Historia que nos ha tocado vivir» y celebró el singular carácter de la organización, paradójicamente compuesta por empresas que rivalizan por la misma clientela. «Dentro de la asociación somos complementarios y fuera, competidores», recalcó. 

Representación institucional

El primero en tomar la palabra tras la introducción del periodista Manuel Vidal fue José Juan Rodríguez Castillo, que reivindicó las cotas de poder que la organización llegó a alcanzar durante su mandato, con asientos en la Cámara de Comercio o la Confederación Canaria de Empresarios, además del propio consejo de la por entonces Junta de Obras del Puerto. «Fue gracias a gente como Caridad Cuyás, Juan Pérez y Uwe Harms», también presentes en el acto de ayer. 

Pérez fue, de hecho, el siguiente en intervenir. Quien fuera presidente en dos ocasiones de los consignatarios aseguró que «el Puerto se reinventa cada vez que hace falta» y puso como ejemplo el tráfico de contenedores, que en las últimas cuatro décadas se ha convertido en uno de los pilares del crecimiento de La Luz. Ahora, desde la jubilación, reconoció vivir ajeno a las nuevas oportunidades de negocio que hay en el horizonte, aunque se mostró convencido de que «cualesquiera que sean, seguro que van a tener el apoyo de todos».

Harms, que también acumula casi medio siglo de experiencia en el sector de los contenedores, abundó en el éxito de este tráfico. Realizó un somero repaso desde los «tres o cuatro contenedores» que traían a bordo los primeros barcos hasta los grandes barcos actuales en una evolución que describió como «espectacular». «Parece que vamos bien», agregó, mordaz. 

Francisco Naranjo también puso en valor el potencial de nuevos negocios que se esconde entre los muelles de La Luz y aseguró que la garantía del futuro se encuentra en la propia historia del Puerto. «Los 100 años que pronto se cumplen lo demuestran, solo hay que mirar lo que se ha hecho con medios limitados», celebró. Además de los contenedores, mencionó las operaciones de reparación del sector oil&gas como otro de los últimos éxitos del Puerto, así como el incipiente nacimiento de una industria vinculada a la eólica marina flotante. «Y seguro que en 10 años, o cuando hayamos agotado eso, nos inventaremos algo nuevo», vaticinó.

Más mujeres

También se mostró muy optimista Caridad Cuyás, la única mujer que ha ocupado la presidencia de Asocelpa. Con un discurso conciliador y alejado de la polémica, la empresaria reconoció ser una enamorada de La Luz y haberse sentido muy acompañada durante toda su trayectoria por muchos de los compañeros presentes en el acto, aunque también dejó claro que en el próximo encuentro no quería ser la única mujer sobre el escenario. «Las animo a que se acerquen al Puerto, hay muchas profesiones», insistió.

Sobre el futuro también reflexionó Juan Carlos Núñez Cuyás, antecesor de Cabrera al frente de Asocelpa, aunque sin olvidar la necesidad de «consolidar las cosas del presente». Reclamó una mayor capacidad de anticipación ante el futuro en inversiones de infraestructuras –los barcos de mayores dimensiones necesitan muelles de mayor calado, por ejemplo– y en tecnología. Citó al respecto el bunkering, «uno de los motores del Puerto que no se pueden perder» pese a los cambios en cuanto a combustibles que se van a suceder en los próximos años. «Tenemos que intentar buscar cosas que no hacemos para aumentar la capacidad de exportación», un nicho en el que mencionó actividades como la futura granja de pulpos o la explotación de minerales marinos en los fondos cercanos al Archipiélago.

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