La vida de los vecinos y vecinas de Barranco Seco se ha convertido en un suplicio desde hace año y medio, a causa de la peste que tienen que soportar por el paso de camiones cargados de lodos, que resultan del proceso de depuración de las aguas fecales en la estación de Barranco Seco. Los vehículos circulan a todas horas justo al lado de sus casas.
Las familias ya no saben qué hacer para soportar la tremenda pestilencia que se ha adueñado de sus vidas. Emalsa cambió la ruta de los camiones por esta carretera, que solo usaban los vecinos para acceder a la carretera del Centro, debido a los desprendimientos ocurridos en la vía por la que iban antes directamente hasta Salto del Negro.
Un derrumbe que tuvo lugar hace año y medio en la otra calzada que usaban los vehículos obligan a desviarlos por la vía de Barranco Seco
Los residentes hacen de tripas corazón para soportar el continuo mal olor dentro de sus casas que les amarga la existencia y en ocasiones les provoca hasta el vómito. Y es que cada vez que la peste pasa por la puerta de sus casas, aseguran, la calidad de vida de la que gozaban hasta hace año y medio salta por la ventana.
«Los camiones van a terminar con nosotros», se queja Verónica Aparicio, vecina del lugar. «Yo, que soy la que vive más cercana a la carretera, cuando pasa el camión es que el olor te da arcadas, porque la carretera tiene un poco de cuesta y el vehículo va chorreando y es horroroso el olor que se mete en la casa. Desde las seis de la mañana no paran de pasar camiones durante todo el día, porque además de los que van cargados con lodos están los que van a arreglar las averías y destupir las calles y van con las herramientas y los tubos detrás golpeando unos contra otros y haciendo una escandalera tremenda porque la calle está a medio asfaltar», cuenta.
María del Carmen Santana y Carmen Gómez, otras dos vecinas del pago en el que viven seis familias, dan fe de lo que dice Verónica y aseguran que lo que están viviendo es «insoportable».
Es oír los camiones y dejarlo todo y salir corriendo para cerrar puertas y ventanas para que el olor no se cuele en el interior. «Pasan durante todo el día. Te cogen a todas horas, comiendo, por la tarde, por la noche.
Y es horrible», relata Verónica, quien está convencida de que el problema que sufren no se ha resuelto porque son pocos vecinos.
La concejala Inmaculada Medina asegura que el Cabildo se ha comprometido a arreglar la carretera por la que pasaban los camiones de Emalsa
La concejala de Servicios Públicos, Inmaculada Medina, aseguró durante la última comisión de pleno de Desarrollo Sostenible, que el Cabildo le ha asegurado que va a arreglar la antigua vía por la que pasaban antes los camiones para solucionar el problema de los vecinos.
«Desde que se produjo el desprendimiento de la carretera, nosotros nos pusimos en contacto con Emalsa y con el Cabildo y este nos ha dicho que se hace cargo de mejorar el acceso a Barranco Seco. Está hablado y decidido», sostuvo Medina, quien añadió que el consejero insular de Sector Primario, Miguel Hidalgo se ha comprometido a hacer una obra de emergencia, porque la «imposibilidad» de circular por la vía afectada por los desprendimientos también tiene efectos negativos en el transporte de agua purificada para el riego de los cultivos.
La comisión aprobó por unanimidad una moción presentada por el Partido Popular (PP), en la que el gobierno municipal se compromete a buscar una solución al problema.
El viceportavoz del PP, Ángel Sabroso, reclamó que «se busque una solución ya, bien por parte del concesionario o del Ayuntamiento. No es tan difícil arreglar el desprendimiento y asegurar la vía por la que han ido toda la vida los camiones de la depuradora». Planteó también usar la desviación de la GC-31 como vía alternativa mientras se arregla la carretera.
Mientras el problema se soluciona, los vecinos y vecinas de Barranco Seco se mueren de asco por la peste, un problema que se están planteando denunciar al Seprona. "Esos residuos emiten gases, que estamos soportando continuamente. No creo que sea muy sano. Estamos comiéndonos toda esa basura”, advierten.
El trasiego de tanto camión ha terminado de hundir la carretera de acceso a este barrio, que necesita un buen asfaltado. En un extremo de la misma ha aflorado una tubería debido al mal estado del firme.
Esta vía, recuerdan los vecinos, se hizo en su día para conectar el antiguo polvorin del Ejército, un acuartelamiento que está abandonado desde hace muchos años. De hecho, desde la depuradora tuvieron que romper parte del muro del acuartelamiento para poder tener acceso a esta carretera vecinal.
Los residentes se quejan también de la basura que se acumula frente a sus casas en unos matorrales, porque algunas personas se dedican a arrojar residuos en la zona. Otra queja está relacionada con la abundancia de mosquitos en el lugar debido al canal de la depuradora por el que circulan aguas continuamente barranco abajo.
