La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Semana Santa | Procesión del Santo Encuentro

Vegueta vive el encuentro más cercano con la Semana Santa tradicional

La procesión del Miércoles Santo congrega a cientos de fieles en las plazas de Santo Domingo y Santa Ana, además de las principales calles del centro histórico

Procesión del Santo Encuentro en Las Palmas de Gran Canaria

Procesión del Santo Encuentro en Las Palmas de Gran Canaria José Carlos Guerra

Para ver este vídeo suscríbete a La Provincia - Diario de Las Palmas o inicia sesión si ya eres suscriptor.

Procesión del Santo Encuentro en Las Palmas de Gran Canaria J. Corujeira

El Cristo, San Juan, la Magdalena, la Virgen de los Dolores de Vegueta y la Verónica se acercaron este miércoles a los feligreses en la procesión del encuentro, una de las más esperadas de la Semana Santa de Las Palmas de Gran Canaria.

Tras dos años de parón forzoso por la pandemia, las tallas volvieron a recorrer las calles del barrio de Vegueta hasta reunirse en un acto cargado de emoción en la plaza de Santa Ana acompañadas por cientos de personas que pudieron acercarse a los pasos al desaparecer las vallas que antaño les separaban.

El encuentro más cercano con la Semana Santa tradicional de Vegueta | | JOSÉ CARLOS GUERRA

El encuentro más cercano con la Semana Santa tradicional de Vegueta

Los fieles congregados en Santo Domingo por la tarde servían como indicación del interés por la procesión del Encuentro, la de mayor tradición en la Semana Santa palmense. Aunque las conversaciones se sucedían, la plaza quedó en silencio en cuanto el Cristo con la cruz salió por el portón de la parroquia rodeado de flores violetas. Los asistentes prorrumpieron inmediatamente en aplausos mientras la Unidad de Música del Mando Aéreo de Canarias comenzaba a hacer sonar sus instrumentos.

El encuentro más cercano con la Semana Santa tradicional de Vegueta J. Corujeira

Entre las novedades de este año, algunos cambios en el trazado de la procesión como la elección de la calle Sor Brígida Castelló para el recorrido del Cristo desde Santo Domingo a Santa Ana en vez de la calle Pedro Díaz, como antaño. El destino final era el mismo que antes de la pandemia, en la plaza de Santa Ana, aunque con otro cambio significativo: el primer encuentro tuvo lugar ahí, en vez de la plaza del Espíritu Santo.

Hacia Santa Ana también se dirigían, aunque por la calle San Marcos, San Juan y la Magdalena. Allí les esperaba ya el Cristo, enclavado en el centro de la plaza, que hasta poco antes parecía medio vacía y que se llenó en cuanto se escuchó a la banda desde lejos anunciando la llegada de las tallas. Los murmullos también cesaron en un instante, igual que las gotas de lluvia que caían de forma dispersa, mientras el olor a incienso impregnaba todo el entorno. Poco a poco, las dos imágenes subieron la rampa desde la calle Obispo Codina y tuvo lugar el esperado primer encuentro.

Los aplausos inundaron entonces la plaza, mientras otros ocupaban las manos en grabar vídeos o sacar fotos para inmortalizar el momento. El obispo auxiliar de la diócesis de Canarias, Cristóbal Déniz, intervino desde una esquina de Santa Ana para narrar a los presentes las escenas que estaban viendo y explicar su simbolismo y la vinculación que pueden tener con la vida diaria. Al hablar de San Juan y la Magdalena los describió como «seguidores de Jesús que llevan la amistad en el alma», una amistad que nunca falla «aunque comprometa la propia vida» y que sigue ahí aunque no puedan cambiar nada. «¡Cuánto se necesitan estas amistades aparentemente poco útiles!», recalcó Déniz.

En ese momento, San Juan y la Magdalena regresaron hacia la calle Obispo Codina para encontrarse con la Virgen de los Dolores de Vegueta en la plaza del Pilar Nuevo. Muchos aprovecharon el momento de tranquilidad de Santa Ana –y la ausencia de vallas, otra de las novedades de este año pensada para acercar la procesión a los creyentes– para aproximarse hasta los pasos y sacarse una foto. Entre ellos, Rosa, que no ocultaba su felicidad por regresar a Vegueta tras tres años para participar en la procesión. «Lo he vivido con mucha emoción, era hora de que volviésemos a vivir esta tradición».

53

Procesión del Santo Encuentro en Las Palmas de Gran Canaria José Carlos Guerra

No hubo demasiado tiempo más para fotos: al poco, Déniz volvió a tomar la palabra para hablar de la Virgen y Cristo y, de paso, llevarlos a cualquier relación entre una madre y un hijo. En ese momento, el obispo auxiliar recordó a todas aquellas que sufren por su descendencia, ya sea por problemas de salud, de adicciones, de frustración ante un futuro truncado o por la crueldad y la guerra. «Estos meses estamos siendo testigos de imágenes desgarradoras en Ucrania y en otros lugares menos conocidos, recordemos a las madres», exhortó a los presentes.

Santa Ana volvió a llenarse de aplausos en cuanto apareció la Virgen. Algunos de los presentes trataban de tocar el paso mientras subía por la rampa, aunque la agitación paró en cuanto tuvo lugar el encuentro y comenzó a sonar una saeta. «Grande el dolor de una madre que a su hijo ve pasar», sonaba por la megafonía confundida con nuevos aplausos en el momento en el que la Verónica también accedía al centro de la plaza. La figura representa al pueblo, según explicó el obispo auxiliar, que destacó que es como aquel «desconocido que se convierte en amigo» frente a pruebas tan duras como la muerte: «¡Cuánta esperanza puede haber en el mundo si se multiplica el número de verónicas y buenos samaritanos!».

Un poema sobre la Semana Santa en el casco antiguo de Las Palmas de Gran Canaria –«Vegueta guarda silencio, es miércoles de pasión»– sirvió como colofón a los encuentros en la plaza. Las tallas emprendieron a partir de ese momento el retorno hacia Santo Domingo entre la emoción de los asistentes, que aprovechaban para echar un vistazo al móvil comprobando el horario de los actos religiosos de este jueves.

Compartir el artículo

stats