La imagen del Cristo Resucitado recorrió este domingo, por primera vez, las calles de Vegueta en el último día de la Semana Santa de Las Palmas de Gran Canaria. Tras siete intensas jornadas de fervor religioso, el Domingo de Resurrección pone el punto final al regreso de la Pasión como se conocía antes de que la Covid irrumpiera en la vida de la población mundial. Desde la parroquia de Santo Domingo, el paso congregó en su estreno como manifestación religiosa a un gran número de feligreses que desafiaron al ambiente cargado por el bochorno y la calima para celebrar que Jesús resucitó.
Una procesión sencilla que cambió su recorrido para adentrarse en las calles del barrio de Vegueta menos asiduas de la Semana Santa capitalina, acercándose a San José en lugar de a Triana. Con un ramo de anturios blancos a sus pies, la imagen -que la parroquia adquirió el año pasado- gustó mucho a la ciudadanía por su bello rostro y su fabricación más moderna pero sin dejar atrás la tradición de estas fechas.
Tras la eucaristía de la Pascua, sobre las 11.30 horas, las puertas de la iglesia de Santo Domingo se abrieron de par en par. Minutos antes, ya se arremolinaban por toda la plaza los feligreses a la espera de la salida del trono. Nada más aparecer bajo el umbral de las puertas del templo, la emoción brillaba en los ojos de mucha gente. Con un repique de campanas y los aplausos de los presentes, la imagen salió al bochorno capitalino y, con los acordes de la primera marcha a cargo de la banda de música La Salle de Agüimes, inició su recorrido alrededor de la glorieta para bajar por García Tello y doblar la esquina hacia la calle San Marcos.
"Ya era hora que hubiera una imagen de Cristo Resucitado en la Semana Santa de la ciudad, es de agradecer al párroco de Santo Domingo que haya decidido adquirirla", comentó Pilar, una feligresa que acompañó al paso durante todo su periplo junto con dos amigas. Celebró que, pese a ser la primera vez que procesionaba, hubiera tanta gente en las calles aguardando su paso, por lo que le auguró un “gran futuro”, como les ha pasado al Cristo Cautivo y la virgen de la Esperanza del Domingo de Ramos, “que al principio iban solo por la calle de los Reyes y ahora son muy queridos por la población”. De hecho, hasta la plaza de Santo Domingo se acercaron también numerosos turistas y visitantes que no quisieron dejar pasar la oportunidad de presenciar la Pasión palmense.
Para Pilar, “todos necesitamos de la luz de Cristo Resucitado en nuestras vidas”, por lo que se alegró de que el Domingo de Resurrección de la capital grancanaria tuviera por fin un paso al que venerar y con el que celebrar con júbilo el día grande de la cristiandad. Además, recordó que esta es la primera imagen del Señor renacido en la ciudad que sale a las calles. Hasta la fecha, la iglesia de La Luz contaba con un monumento bajo esta advocación, pero su procesión es claustral, es decir, dentro del mismo templo.
El paso siguió su recorrido en medio de multitud de móviles que querían inmortalizar el momento hasta que llegó a la esquina de San Marcos con Fernando Galván. Ahí, ocurrió una de esas anécdotas propias de las salidas primerizas que todavía no han calibrado sobre el terreno las necesidades y obstáculos que se pueden encontrar. La imagen quedó enganchada con unos cables eléctricos que cruzaban la vía y uno de los parroquianos se tuvo que subir al pedestal y, con una vara, levantarlos para que pudiera pasar por debajo el monumento religioso. Fue el único lapsus de una salida que transcurrió sin grandes sobresaltos.
Para Ana María Fournier, «la imagen es preciosa» y tiene un rostro muy actual para la juventud
“La imagen es preciosa, una maravilla, y el rostro del Señor me parece que está muy actualizado para la juventud de ahora”, señaló Ana María Fornier, quien junto con su marido siguieron toda la procesión por las calles de Vegueta, si bien en su opinión hubiera sido preferible que transitara por las vías que van del casco histórico hacia Triana, como es habitual en el resto de manifestaciones religiosas de la Semana Santa de esta parte de la capital grancanaria. Sentados en un banco de Santo Domingo, ambos veían cómo el trono enfilaba, en su recorrido de vuelta, nuevamente García Tello para entrar en la plaza y regresar al templo.
Con el mismo repicar desde el campanario de la iglesia, la ovación cerrada de los asistentes y la misma marcha musical de la banda La Salle, el Cristo Resucitado entró por la puerta del templo después de su primera salida por las calles de Vegueta y puso fin a siete días de Pasión en Las Palmas de Gran Canaria, tres años después de la última vez que esos recovecos sintieron la Semana Santa. En 2023, ese fervor volverá a recorrer la ciudad.
