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Aflora en Las Canteras el primer cable de fibra óptica del mundo

Los movimientos de arena dejan al descubierto en La Cícer un tramo de la infraestructura submarina que une Gran Canaria y Tenerife desde 1987

Aflora en Las Canteras el primer cable submarino de fibra óptica del mundo.

Las corrientes marinas dejan al descubierto con cierta asiduidad las viejas infraestructuras que hay bajo la arena de la playa de Las Canteras. En esta ocasión, ha aflorado un tramo del que fuera el primer cable de fibra óptica del mundo que une Gran Canaria y Tenerife. Esta infraestructura se encuentra a la altura de la calle Cayetana Manrique de Las Palmas de Gran Canaria. Los trabajos de construcción comenzaron en 1985 y dos años más tarde tenían lugar las primeras pruebas. Un hito en la historia de las telecomunicaciones que permitió al Gobierno de Canarias de entonces mantener por primera vez una reunión por videoconferencia y que sirvió como ensayo para implantar uno más grande entre Europa y América del Norte.

La historia del cable de Optican -empresa encargada de construir esta infraestructura junto a Telefónica- no es tan conocida como la de la antigua central eléctrica de La Cícer. Cada cierto tiempo los movimientos de arena dejan al descubierto restos de distintas infraestructuras que formaban parte de la fábrica que daba luz a buena parte de la ciudad y de la Isla y que estaba situada donde hoy día está el gimnasio Go Fit. El blog Mi playa de Las Canteras se ha hecho eco en esta ocasión del afloramiento del cable de fibra óptica.

Con sus 116 kilómetros de largo, los trabajos para la construcción del cable de Optican comenzaron en septiembre 1985. En una primera fase enlazaron la central de Telefónica de Altavista con la playa de Las Canteras para, después, enlazar con la costa de Candelaria, en Tenerife. Esta infraestructura, novedosa para su tiempo, permitió transmitir voz, datos e imágenes de manera simultánea y sin prácticamente interferencias, según destacaron en aquel entonces los técnicos de la compañía. Aunque está mayormente a gran profundidad, en los arrecifes costeros -como el de Las Canteras- está recubierto por una capa de acero. Esto es precisamente lo que estos días ha salido a la luz en La Cícer.

Su puesta en marcha significó un hito en la historia de las telecomunicaciones, no solo a nivel del Archipiélago, también a escala mundial. Las Islas entraban en la era digital. La fibra óptica permitía así reducir en gran medida las interferencias que provocaban los cables coaxiales, algo posible por su mayor ancho de banda. Estos últimos se utilizaron durante la mayor parte del siglo XX para enviar telegramas o telefax.

El cable está recubierto por una capa de acero a modo protector en los arrecifes costeros

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Con tres repetidores a lo largo de su recorrido, el de Optican era un ensayo de cara a la puesta en marcha de una infraestructura mucho mayor. La idea era probar su efectividad para implantar uno de similares características entre Europa y América del Norte a inicios de la década de 1990. De hecho, su construcción se sufragó mediante un convenio entre Telefónica y la American Telephone and Telegraph y supuso una inversión de 6.500 millones de dólares.

Los estadounidenses escogieron las Islas por la orografía del lecho marino entre Tenerife y Gran Canaria -con profundidades de hasta 3.000 metros-. El canal cuenta con unas condiciones similares a las que hay en mitad del Atlántico entre sus dos orillas, de ahí que la compañía fundada por Alexander Graham Bell -inventor del teléfono- se interesara por el Archipiélago para este primer ensayo. Este sirvió para hacer una videoconferencia entre el entonces presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Fernández Miranda, y el vicepresidente. Había llegado la era digital.

Lo cierto es que esta no era la primera vez que Canarias entraba en la vanguardia de las telecomunicaciones a escala internacional. En la década de 1920 la italiana Italcable inauguraba un cable de telégrafos que unía el país trasalpino con América; el ramal que partía de Málaga con dirección Brasil y Argentina hacía escala en la capital grancanaria, de tal manera que la sede de la empresa estuvo junto a Las Canteras hasta su demolición en 1979.

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