Ya falta menos para que el arte del pintor Pepe Dámaso vuelva a ver la luz, justo en la fachada de la entrada principal del Mercado Central, donde el artista pintó en 1957 dos murales, que el paso del tiempo y la indiferencia se encargaron de borrar. El Ayuntamiento ha anunciado la recuperación inminente de esta obra, después de que al Cabildo haya liberado el dinero necesario para volver a pintar los frescos.
De carácter indigenista, los de Dámaso fueron los primeros murales que se pintaron al aire libre en Las Palmas de Gran Canaria y su autor se declara entusiasmado con la idea de recuperarlos.
De hecho, conserva en su taller de La Isleta los bocetos en los que se basó en su día para pintar los murales, aunque en esta ocasión la obra se reproducirá sobre azulejos para garantizar su durabilidad.
Aunque el gobierno de Augusto Hidalgo se comprometió en 2015 con el artista a recuperar el mural, que fue tapado después de los años 70 debido al gran deterioro que sufría, el proyecto no ha podido materializarse hasta ahora por diferentes motivos.
Finalmente, el Cabildo de Gran Canaria aprobó el pasado jueves en el pleno una subvención de 64.200 euros para devolver a la calle la obra de arte.
El concejal de Turismo y Desarrollo Local, Pedro Quevedo, ha indicado que una vez conseguidos los recursos económicos necesarios el siguiente paso será ahora prepararlo todo para iniciar la obra, que correrá a cargo del equipo técnico del pintor.
«Pepe Dámaso, resaltó Quevedo, «se merece este reconocimiento después de años de absoluto abandono y hemos hecho todo lo que hemos podido para recuperar la obra de una figura que es entrañable para todos los canarios. Nos parece que es algo justo».
Además, subrayó que sacar a la luz de nuevo estos murales «añade valor a la ciudad y al entorno del Mercado Central».
Dámaso, por su parte, se mostró emocionado con la idea de emprender cuanto antes la tarea de recuperar una obra que tiene un especial significado para el artista, pues fue la primera que le reportó una gratificación económica.
«Rescatar ese gran grafiti, el primer mural público que se pintó en Las Palmas es una gran noticia. Aún conservo los bocetos de los murales. Con ellos gané mi primer dinero. Creo que me pagaron unas 25.000 pesetas. Recuerdo que mi padre se echó a llorar y me miró con ternura, como diciendo: pues parece que vas a tener razón, que se puede vivir de la pintura».
El entonces alcalde José Ramírez Bethencourt le encargó los grafiti, que fueron como la guinda que coronó el edificio del Mercado Central, recién terminado bajo el diseño del arquitecto Joan Margarit, de cuya obra habla maravillas Pepe Dámaso.
Carlos Javier Delgado, autor de la obra El artista transitable : la obra de Pepe Dámaso en los espacios públicos y privados, considera que los murales tienen un «importante calado indigenista pero sin abandonar los matices abstractos vigentes en la época de su trazado».
Añade en su libro que el Ayuntamiento, al encargar el primer mural público de la isla, había «entendido» el mensaje de las vanguardias artísticas, respecto a «la necesidad de crear arte para la convivencia y conveniencia ciudadana».
La obra, en la que se puede ver un volcán, un cactus y caracoles envueltos en vivos colores causó un gran impacto en la época, según destaca el periodista Luis Jorge Ramírez en una entrevista que le hizo a Dámaso, publicada en el Diario de Las Palmas. El artista le explicaba que pintar la obra fue muy fácil, ya que «el arquitecto pensó en los murales y así mi pintura cabía allí perfectamente. Esta visión del arquitecto Margarit es admirable y se emplea mucho en los murales de América, donde además de grandes maestros hay cierta similitud de clima y ambiente con nosotros».
