La Diócesis de Canarias ha manifestado su intención de revertir una parcela en Almatriche Alto al inventario municipal para que el Instituto Municipal de Deportes (IMD) la adecúe y convierta en un espacio deportivo para la población del barrio. Esta es una demanda histórica de los vecinos y vecinas, que carecían de una zona en la que practicar actividad física. En marzo de 2008, el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, en junta de gobierno, aprobó ceder esta parcela, en el número 13 de la calle Lentisco, a la Iglesia con el objetivo de que le diera el uso necesario para el cumplimiento de su misión apostólica en esta localidad. Sin embargo, desde entonces nada se ha hecho, y por ello, el Consistorio ha requerido que se devuelva a su propiedad.
Más de la mitad de la parcela en cuestión fue cedida en su momento al Obispado de Canarias, pero otra pequeña parte sí es ya de titularidad municipal. De hecho, esa zona que sí tiene el IMD ya ha sido tratada. A finales de enero, operarios del Ayuntamiento acometieron unos trabajos de adecentamiento del talud, que presentaba un grave peligro de derrumbe, y vallaron el perímetro para evitar la entrada de personas, así como limpiaron de maleza y residuos la finca. Pero nada pudieron hacer en la otra parte, que se encontraba en aquel entonces en litigio. De prosperar la reversión, se comenzarían los trabajos de adecentamiento de la finca "en no más de cuatro meses", según el concejal de Deportes, Aridany Romero.
Romero asegura que, desde que pase a manos públicas, se actuará "en no más de cuatro meses"
Con este paso adelante del Obispado, se pondría fin a un "culebrón" que ha llegado hasta el Ministerio de Justicia, tras un recurso presentado por el área de Urbanismo del Ayuntamiento de la ciudad a la calificación negativa del Registro de la propiedad número cinco de la capital a la reversión unilateral de la cesión, aprobada en abril de 2021. En la resolución de la Dirección General de Seguridad Jurídica y Fe Pública, fechada el 11 de abril de 2022, se da la razón al registrador en su nota de calificación. "En el caso de este expediente, para llevar a cabo la resolución de la cesión en su día efectuada, será preciso el consentimiento expreso de la Diócesis o en su defecto la oportuna resolución judicial", reza el documento al que ha tenido acceso LA PROVINCIA.
Precisamente, tal y como ha adelantado a este periódico Aridany Romero, ese consentimiento expreso de la Diócesis se habría logrado, y a lo largo del mes de mayo se podría cerrar la reversión de la cesión que se hizo en su día. Con ello, Urbanismo adscribiría la parcela al IMD para que pudiera actuar sobre ella, en un proyecto que ya se tiene redactado y que solo habría que sacar a licitación y ejecutar "a la mayor brevedad posible". De hecho, en la parte que ya es de titularidad municipal, "los contratos ya están realizados para la adjudicación y la construcción de la cancha de voleibol y baloncesto", que serán una realidad pronto.
"Cuando nos adscriban la otra zona, pues haremos la parte de fútbol sala y balonmano, también acordada con los vecinos. Nos comprometimos a tener la parte municipal hecha antes de verano y la otra desde que tengamos el visto bueno de Urbanismo", ha asegurado el concejal de Deportes a este respecto.
En su opinión, "lo nuclear" es que esta situación con el Obispado se ha resuelto tras las numerosas gestiones que han emprendido distintas áreas del Ayuntamiento capitalino para lograr desatascar la cesión. Y que se ha hecho con un acuerdo beneficioso para ambas partes, ya que la Diócesis "no tiene intención de edificar nada allí" y los vecinos lograrán por fin ver cubierta una de sus principales necesidades. "Cuando unos vecinos se unen en torno a una asociación vecinal y hace este tipo de reivindicaciones, el Consistorio tiene que agradecerles el trabajo que están haciendo y oír convenientemente sus peticiones, porque son de justicia", ha agregado Romero.
Y es que la asociación vecinal del barrio ha estado muy activa para lograr recuperar la vieja cancha para la población. Primero porque suponía un peligro para la gente que pasaba por allí el estado en el que se encontraba en la actualidad. Y segundo porque no había ningún otro espacio en el vecindario en el que la juventud pudiera practicar deporte.
