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Luisa Ramos: «La reparación naval es la gran desconocida para los canarios, en especial para los más jóvenes»

La jefa de Ventas de Astican resalta las oportunidades de empleo que hay en el sector durante su participación en el podcast de la Zona Franca de Gran Canaria

Luisa Ramos, durante su intervención en el podcast Conversaciones Francas elaborado por la Zona Franca de Gran Canaria. LP/DLP

Luisa Ramos, ingeniera técnica naval por la ULPGC, es la presidenta de la Asociación de Reparaciones Navales (ARN) de Las Palmas y jefa de Ventas de Astilleros Canarias (Astican), empresa referente y foco tractor de este área productiva en nuestras Islas. Ramos es una rara avis por su condición de mujer en un mundo tradicionalmente masculino, máxime cuando accedió al puesto a finales de la década de los 80. Fue precursora, al convertirse en la primera mujer jefa de buques de un astillero español. Clara, directa y elocuente en su oratoria, acaba de repasar su trayectoria en las Conversaciones Francas, iniciativa promovida por la Zona Franca de Gran Canaria.

Ramos es una mujer viajera. Es la encargada de abrir las puertas a los clientes y una de los cuatro técnicos cuyo trabajo es captar nuevos clientes, sobre todo extranjeros. El 75% de la facturación de Astican son clientes no españoles, de Europa y EEUU, fundamentalmente. Promociona por el mundo las excelencias técnicas y humanas que posee Astican en el Puerto de Las Palmas, una permanente conexión con potenciales nuevos clientes en los cinco continentes.

De las flotas pesqueras a las offshore

Ramos comienza con una dosis de historia, recordando que el Puerto «adquirió, en principio, el prestigio que tiene gracias a la presencia de flotas pesqueras cuyas bases estaban aquí. Con la caída del Muro de Berlín y la desintegración de la URSS, provocó el traslado a otros puertos de las flotas rusa, de Alemania del Este, Corea, China o la propia flota española». Fue lo que califica como un momento de transición que ha llevado al Puerto «al momento actual, donde la fortaleza está en el mundo del offshore, las plataformas, buques-tanque, de apoyo y prospecciones petrolíferas… y ahora, con el boom de los portacontenedores». 

Esta hoja de ruta es la carta de presentación que aporta a los clientes: «Mi objetivo es que se hagan una idea clara de todas nuestras potencialidades. Hoy, sin duda, el Puerto de Las Palmas y, por supuesto Astican y otros astilleros, somos un referente internacional… Me lleno la boca de orgullo al expresarlo, porque somos los primeros en reparación de buques en el Atlántico medio por nuestra capacidad técnica».

De hecho, actualmente compiten con el Golfo de México. «Muchos barcos vienen desde el Caribe para recalar en el Puerto de La Luz, solo para reparar», señala. Ramos admite que con las zonas del Báltico, Mar Negro, China o Extremo Oriente se puede competir por la lejanía, pero en el Atlántico es diferente: «Nos atrevemos con todo», subraya.

El proceso de reparación de un barco

Luisa Ramos describe el proceso desde que se contacta con una naviera interesada en reparar un buque hasta que se formaliza y materializa: «El primer contacto se concreta en el momento que nos detallan, por medio de una lista de trabajos a realizar y partir de ahí, nosotros evaluamos si somos capaces de hacerlo, que casi siempre lo somos». Seguidamente, le presentan la oferta económica y el cliente la analiza y contrasta con las  de la competencia. Con una sonrisa, aclara que a veces tienen que «hacer algunos ajustes».

Una vez cerrado el acuerdo, se programa el barco con el Departamento de Producción de Astican, así como con los diferentes talleres locales que pueden aportar trabajos a ese proyecto y se comienzan los trabajos, coordinados siempre con el representante del armador. Ramos se muestra orgullosa de la capacidad profesional de todo el equipo técnico y administrativo: «Es una plantilla joven, muy bien preparada en conocimientos y que habla varios idiomas». Y un aspecto clave en la calidad del servicio: «Cuando cerramos una fecha de finalización de la obra, siempre cumplimos los plazos sin problema. Ahí nuestra solvencia es exquisita, cuestión fundamental en este ámbito».

A pesar de ello y partiendo de la máxima de que «un barco en dique seco no genera dinero», confiesa recibir presiones de los armadores para acelerar el proceso de finalización de las obras de reparación naval. Ello se debe a que «la relación de trabajos a realizar que presentan inicialmente los armadores, siempre termina por quedarse corta y van apareciendo nuevas obras que hacer en el buque durante el proceso, circunstancia que retrasa el plazo cronológico suscrito en principio».

‘Aparcamientos’ a tope y tensión alta

Un escenario que se complica cuando el astillero está al completo, como ocurre ahora mismo. Astican dispone de siete calles de varada (aparcamientos para barcos). Por eso, cuando aparecen más obras no previstas y se retrasa la finalización de una reparación, se corre el riesgo de no cumplir el cronograma con la siguiente obra. Lo que en teoría sería solo causa de tensión y nervios, para la jefa de Ventas de Astican también es un trabajo apasionante: «Demostramos en tales escenarios que somos capaces de gestionar estas situaciones delicadas con solvencia». Y no parpadea: «Soy afortunada en trabajar en esta casa y en esta actividad, aunque es verdad que, a veces, tengo la tensión alta (ríe abiertamente), pero es gratificante ver satisfechos a nuestros clientes».

«Muchos barcos vienen desde el Caribe para recalar en el Puerto de La Luz, solo para reparar»

Luisa Ramos - Jefa de ventas de Astican

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Una de las últimas acciones impulsadas como presidenta de la ARN de Las Palmas es el grupo de trabajo constituido junto a la ULPGC, la Casa del Marino, el Clúster Marítimo y el Gobierno de Canarias. Todo para facilitar el acceso a la realización de prácticas a los alumnos que acaban de finalizar sus estudios. «Es cierto que muchos finalmente se han quedado con nosotros a trabajar, pero lamentablemente detecto algunas lagunas en la formación, tanto universitaria como de FP». La razón, según expone Ramos, «no es otra que la falta de adecuación de los contenidos curriculares a las necesidades reales, a raíz del avance que han experimentado las nuevas tecnologías en el mundo naval. Es cierto que se intentan sincronizar, pero no lo suficiente».

«Por eso mismo», matiza, «hemos sacado un programa de becas con la ULPGC y la FP Dual, pues no disponemos de personal cualificado en distintas ramas de la reparación naval. Nos vemos obligados a contratar personal foráneo, el idioma es uno de estos hándicaps más notables para captar a personal joven residente en las Islas».

La reparación naval, la gran desconocida

Ramos reitera, sin descanso, las enormes posibilidades que tiene este sector para estimular la economía y promover puestos de trabajo. Pero se lamenta: «La reparación naval es la gran desconocida para los canarios, en especial para los más jóvenes». Se reconoce como una clara defensora para que sean los jóvenes isleños los que copen los puestos de trabajo que oferta el Puerto: «Esa es mi gran ilusión».

Esa es la razón por la que se ha activado este plan estratégico en conjunción con la ULPGC y otras instituciones académicas. Eso sí, es sincera al reconocer que «este no es un trabajo cómodo». Requiere trabajar horas extras y en días festivos, porque «un barco en seco no da dinero, pero la remuneración económica es bastante buena y, por supuesto, se respetan los derechos laborales del trabajador».

Una mujer, la única que habla inglés, en un astillero

El hecho de que una mujer no solo haya accedido a una ocupación tradicionalmente copada por el hombre, sino que, encima, ocupe un puesto de alta responsabilidad, no deja de sorprenderla a ella misma. «Creo que me abrieron las puertas, al principio, porque dominaba el inglés».

«Siempre me trataron con respeto, los encargados, operarios y técnicos de Astican se volcaron en ayudarme a mi formación y rodaje laboral»

Luisa Ramos - Jefa de ventas de Astican

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Mérito que se lo concede a su padre, «un hombre singular que no era español, que había vivido en distintos países y que, desde pequeña, me inculcó aprender inglés y francés. Por esa razón me contrataron. No había nadie más». De hecho, fue la primera mujer en España nombrada jefa de buques en un astillero de reparaciones. Sin embargo y, contrariamente a lo que se pudiera creer, jamás se encontró como una extraña en este ámbito. «Siempre me trataron con respeto, los encargados, operarios y técnicos de Astican se volcaron en ayudarme a mi formación y rodaje laboral».

El hecho de que el Puerto de Las Palmas sea muy cosmopolita ha sido un factor primordial en valorar a la mujer, «no por su sexo, sino por su capacidad profesional. Eso no lo he visto en otros puertos del país. Aquí hay una igualdad con puestos de alta responsabilidad ocupados por mujeres y, espero, este sea el principio de fin para que el ser mujer deje de ser noticia».

El panorama tras la pandemia

La pandemia provocó un fuerte impacto al sector de la reparación naval. «Si bien los barcos seguían atracando y zarpando del puerto, lo cierto es que nosotros sí paramos, pues los responsables de las reparaciones de los armadores no podían viajar», explica. El covid ha obligado a actualizarse con rapidez: «Hoy tenemos que ponernos al día y adaptarnos a los nuevos protocolos que nos exige la situación sanitaria. Y eso nos tiene a todos trabajando a tope, liadísimos».

Circunstancias que han frenado la deseada velocidad de crucero que inyectar a la asociación que preside, ARN, «aunque sin olvidar la defensa de los intereses de nuestros asociados frente a las administraciones y dando soporte legal a las empresas como ha sucedido con los ERTE».

Dispuesta a colaborar: «La Zona Franca es necesaria»

Sobre el papel de la Zona Franca de Gran Canaria (ZFGC), Luisa Ramos considera que es «muy necesaria, pero tiene mucho potencial por desarrollar aún», al tiempo que asiente desconocer la situación actual y cómo se está aprovechando de la misma el empresariado local. Advierte que si su proyección se monopolizara solo al exterior, «correríamos el riesgo de que aquellas se conviertan en competencia para las entidades locales. Debemos encontrar el equilibro», reclama.

La presidenta de la Asociación de Empresarios de Reparaciones Navales se ofrece abiertamente a colaborar con la ZFGC para poner en marcha un trabajo en común, más coordinado con el empresariado local. «Creo que todos tenemos el mismo interés, siempre sin pisarnos la manguera», señala entre risas. Luisa Ramos abunda también en el reciente acceso de Astican al campo de las energías renovables marinas y offshore; en general, a la economía azul. «Un ámbito apasionante para nosotros y por el que estamos apostando decididamente, en combinación con la Plocan (Plataforma Oceánica de Canarias)», admite.

Asegura, con convicción, que ahora mismo solo estamos aprovechando el 5% de nuestras posibilidades. «Quizás alguien más docto me contradiga, pero eso es lo que yo observo en nuestra realidad actual: el turismo náutico o la acuicultura están por desarrollar y nos tenemos que poner las pilas».

Hablar de Germán Suárez, desnuda emoción

De repente, Luisa Ramos, da un vuelco al ser preguntada por la figura y la persona de Germán Suárez, presidente de Astican, ya ausente. «Aquí me has tocado la fibra: Germán Suárez Domínguez, para mí, fue lo mejor que le pudo pasar a Astican. Fue un momento de mucha incertidumbre al principio. Nunca conocí a nadie que lo tuviese más claro y siempre trabajando por los demás». 

«Siempre confió en mí y eso fue lo que irradió a todo su equipo: Confianza, cualidad muy difícil de encontrar en un jefe», añade. «Su carisma, su sentido del humor y el apoyo que nos prestó nunca se olvida, se nos fue demasiado pronto…”.

Suspira con cierto alivio: «Por fortuna, su hijo, Germán Suárez Calvo, sigue los pasos de su padre. Está formado académicamente de manera impresionante y comenzó desde abajo. Soy afortunada en tenerlo a él y a su hermana. Tienen la cabeza muy bien amueblada. La mejor prueba es que ahora estamos trabajando en Balboa, Panamá. Se abre un futuro muy halagüeño para la empresa».

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