Alumnos del colegio La Calzada han explicado a estudiantes de Setúbal su proyecto ‘Raíces’ sobre la flora canaria, y con ellos conocen sus plantas y comparten decálogo en medioambiente.

En el Colegio Público de Educación Infantil y Primaria de La Calzada, en Tafira, están acostumbrados a convivir entre la arboleda. En el centro hay palmeras, pinos, y hasta un drago. Ese lujo que les ofrece el hábitat donde estudian y el tener al lado el Jardín Canario ha hecho que se les ocurriera presentar el proyecto 'Raíces' para participar en el programa europeo Erasmus+. Además de aprender sobre botánica de la isla, unos 28 niños, con edades entre los 8 y los 11 años, que estudian en los niveles de Tercero a Sexto de Primaria, han tenido la oportunidad de viajar hasta Lisboa para explicar a los alumnos de la Escola Terra de Laurus de Amora en Setúbal (Lisboa) las características de los distintos tipos de bosque que se dan en Gran Canaria. 

 A su vez los estudiantes del centro de Setúbal les impartieron otra lección sobre la flora portuguesa, en la que descubrieron que hay algunos brotes que tienen en común como la esterlicia, los geranios o la margarita. Los alumnos de uno y otro centro suscribieron además un decálogo sobre la protección del medio ambiente, que se han comprometido a cumplir.

 A través de un video que grabaron en el Jardín Canario, los estudiantes de La Calzada explican en inglés cuáles son las especies características de la flora de su tierra. Los pequeños muestran así como son las tabaibas, los cardones, los acebuches, las sabinas, las palmeras, los dragos, el oro de risco, los brezales, las fayas o los pinos. Hasta les cuentan como influye el clima en esta vegetación ya que las lluvias son escasas. También con la ayuda de los profesores Armando Pérez, Dulce González, y Ramón Suárez, que les acompañaron junto a la directora Nayra Navarro en el viaje, confeccionaron un póster con un mapa de la isla, en el que aparecen dibujadas cada una de esas especies.

Los estudiantes del colegio de Tafira viajan a Lisboa al resultar su trabajo elegido en el programa Erasmus+

A Darío, de 10 años, uno de los pequeños de La Calzada, el viaje a Lisboa le encantó porque no sólo ha podido conocer a alumnos de un colegio de Portugal, que «es más grande que el suyo», sino que se hado cuenta que hay flores que se dan en su isla y en ese país. Una evidencia que ya dejaba claro Himar en la presentación. También confiesa que, en realidad, disfrutó mucho de todos los días que duró la visita, que realizaron del 3 al pasado 7 de mayo, porque además visitaron el Parque Natural Mata dos Medos, el Cabo de Roca, y otros lugares emblemáticos del centro de Lisboa.

Igualmente a Oswaldo, de 8 años, la experiencia que le ha permitido estar en otro país a su corta edad le ha dejado buenos recuerdos. De las plantas portuguesas la que más le llamó la atención fue «una con la que se elabora la pasta de dientes». Otra de las cosas que ha aprendido es la importancia que tiene manejarse con el inglés, por lo que desde ahora además de la natación que es su deporte favorito, va a tomarse muy en serio aprender a hablar un poco más el idioma de la City. 

A Morela, de 11 años, le dio tiempo hasta de entablar amistad y hacerse con los teléfonos de dos alumnos del centro de Setúbal, «de un chico y una chica». Le llamó la atención estar en un colegio tan grande dado que el suyo es más pequeño, y se conocen casi todos. En La Calzada estudian 65 alumnos de Infantil y Primaria. Y a parte del motivo de la visita, que le ha dado la oportunidad a su corta edad participar en este programa Erasmus+, y conocer lugares como el Jardín Botánico de Lisboa, a ella le sorprendió de la misma forma el centro comercial de esta ciudad portuguesa.

Por su parte, el profesor de Ciencias Naturales, Armando Pérez, destacó como surge todo el proyecto didáctico ‘Raíces’ con el que han intercambiado conocimientos con los alumnos de Setúbal. «En La Calzada tenemos un mini jardín canario quizás porque el que diseñó el centro supo aprovechar la naturaleza, imbuido por el Jardín Botánico, y quisimos aprovechar todo ese potencial». Aunque les había impartido más de una clase sobre las especies de la flora insular se lo tomaron de nota desde que supieron que iban a participar en un proyecto europeo. Eso si hubo que contar con la profesora de Inglés, Raquel Núnez, para que estos pequeños profes pudieran explicar en este idioma los nombres y la familia a la que pertenecen cada uno de los ejemplares árboreos. Lo de posar ante la cámara sin timidez es algo que ya lo llevaban algo más estudiado, quizás porque las nuevas tecnologías se lo han facilitado.