Bolivia, con más de un millón de kilómetros cuadrados de superficie y 7.252 kilómetros de fronteras carece de acceso al mar. Este hecho dificulta el desarrollo de su economía y la posibilidad de exportar e importar recursos. Según Naciones Unidas, el 90% del comercio mundial se hace por vía marítima. Pero este país sudamericano ha buscado una alternativa a través de los caudalosos ríos que parten de los Andes y la Amazonía y desembocan en el Atlántico. En menos de cuatro años, el Complejo Portuario Jennefer ha logrado doblar el volumen de mercancías que mueve anualmente. Su equipo directivo ha llegado esta semana como uno de los alumnos modélicos a la Trainfortrade, la semana de gestión portuaria que la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Transporte (Unctad) está celebrando en Las Palmas de Gran Canaria.
«Para nuestro puerto y nuestro país este programa ha significado muchísimo», señala Bismarck Rosales, gerente general del complejo Jennefer, ha permitido conocer experiencias, tener una asesoría, una orientación y poder adaptarnos a un sistema tan competitivo como el comercio fluvial marítimo». En 2018 consiguieron el estatus internacional y desde entonces, por medio del asesoramiento de la Unctad, han tenido un crecimiento sostenido en el tiempo. El año pasado lograron mover 2,1 millones de toneladas de mercancía, «un millón más que hace cuatro años», indica Rosales.
Jennefer está situado en el corazón de América del Sur, en la frontera de Bolivia con Brasil. Un canal permite conectar el complejo con el río Paraguay, el cual desemboca en el Atlántico tras atravesar Brasil, Paraguay y Argentina. Cuenta con el primer depósito aduanero del país andino. Su construcción comenzó en 2011 y, según detallan, han logrado convertirse en una alternativa a la vía terrestre hasta los puertos de Chile.
«Debemos fortalecer los lazos con el puerto de Las Palmas, es una oportunidad para Bolivia y Latinoamérica»
Rosales destaca que el programa de formación a través de la Unctad les ha permitido crear puestos de trabajo, «no solo en los puertos, también en la cadena de servicios» e impulsar la inversión privada. Actualmente, exportan harina y aceite de soja, urea, cemento y mineral de hierro. Además, importan elementos metálicos, como bobinas y barras en cargas de tipo ro-ro.
La delegación boliviana señala que la visita a Gran Canaria «está siendo de alta importancia», por su situación estratégica como puerto hub para África y también para América Latina, «por esto vemos que debemos fortalecer los lazos con el Puerto de Las Palmas, pues se convierte en una gran oportunidad comercial no solo para mi país, sino para los puertos latinoamericanos».
El director general de la Autoridad Portuaria de Valencia, Francesc Sanchez, afirmó en la apertura de la cumbre en la Isla que «el de Bolivia es un ejemplo gratificante», en referencia a los programas de formación que han impartido en el país andino. «Muchos alumnos hoy son directivos y les ha servido para desarrollar una cultura portuaria», precisó.
Rosales elogió la capacidad de relacionarse entre puertos similares mediante la Unctad, «compartir las experiencias que han tenido hace que demos pasos avanzados». En esta ocasión, Serbia es el otro país sin salida al mar que ha acudido a la cumbre -en total están asistiendo 24 países de todo el mundo-. Por otro lado, uno de los objetivos de este organismo dependiente de la ONU será incluir a Las Palmas en su red de puertos -en España solo están Valencia y Gijón-; lo que permitiría transmitir formación a países de África o América.
