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Tribunales

Un hombre acusado de abusar de su hijastra en Gran Canaria alega que sólo "jugaban al violador"

El procesado asegura que ese juego era para que la niña "aprendiera a defenderse" |"Una vez me dijo que cuando tuviese 12 años ya tendría la edad para penetración", lamenta la víctima

El acusado, este jueves durante el juicio en su contra. M. S. J.

Un hombre acusado de abusar de su hijastra menor en Gran Canaria alegó que sólo "jugaban al violador". Algo que también explicó la menor en su declaración en instrucción donde especificó que ella sacó esa idea de un programa de televisión.

En el juicio contra el vecino de Ingenio, Gran Canaria, que responde a las iniciales J. V. P. negó haber abusado y agredido sexualmente de la hija de su pareja en un periodo comprendido entre los años 2013 y 2017. El hombre relató que no recordaba que edad tenía la pequeña cuando la conoció y rechazó que la menor le viese como un padre. "Era más una relación como de hermanos y no era una figura paterna", apuntó, a la vez que explicó que él y la niña tenían muchos "juegos".

Uno de ellos era el del "violador" que, según él, lo aprendió la afectada en casa de su progenitor. "Recuerdo que me dijo vamos a jugar a que me violas, como me enseñó mi padre", sostuvo el acusado quien justificó que lo hacían para que ella "aprendiera a defenderse". 

J. V. P. también admitió que se bañaba con la hija de su pareja, aunque matizó que usaba "calzoncillos" y que no era algo que hacían todos los días. "Ella quería que la bañara", insistió. "Si yo le meto un dedo de estos a la niña la destrozo por dentro", expresó el hombre tras ser cuestionado por la fiscal Inés Herreros.

La representante del ministerio público también le preguntó si se había tumbado sobre la menor en la cama para después hacer movimientos sexuales, a lo que el procesado respondió que "así no fue. He hecho flexiones pero en el suelo, ella a veces se me ponía en la espalda o debajo y se me guindaba por el cuello", aseveró, al tiempo que reconoció que "unas veces me dejaba caer controlando el peso, no había nada erótico ni sensual", reiteró.

En la vista oral se reprodujo la declaración que hizo la niña durante la fase de instrucción con el fin de evitar una revictimización. Así, la pequeña contó que conoció al novio de su madre cuando contaba con tres años y que fue una figura paterna para ella. "Yo lo trataba como a mi padre, le cogí mucha confianza y mucho cariño. Él me cuidaba y me trataba bien siempre", relató la menor quien apuntó que el vecino de Ingenio también le hacía regalos, los cuales fueron en aumento cuando "empezó a tocarme".

El procesado tiene antecedentes por un delito de agresión sexual que cometió contra su hija biológica

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La niña no podía concretar con exactitud cuando iniciaron los abusos, sin embargo, manifestó que creía que la primera vez fue en la vivienda de él. "Me estaba cuidando, jugábamos a las carreras y me dijo que si yo ganaba hacia lo que yo quería, y gané. Le dije que quería que me montase a caballito por toda la casa, me preguntó si no quería otra cosa y dije que no. Me puse en el sofá y empezó a apretarme los muslos", contó.

En otra ocasión, la pequeña relató un episodio que no consideró "tan importante", se trata de un día en el que él supuestamente la llevó a su cama y empezó a tocarle en las piernas. "Una vez me dijo como que él siempre me tocaba a mí y quería que yo lo tocase. Yo le dije que no, pero terminó convenciéndome y le puse la mano encima", manifestó.

La víctima también declaró que la pareja de su madre le introdujo los dedos desde el principio de los abusos y hasta que estos cesaron. Además, detalló un episodio en el que presuntamente ella estaba en el baño y él le dijo que le "iba a hacer algo nuevo" y fue entonces cuando le practicó una felación a la niña, quien estimó que los abusos culminaron cuando ella tenía entre diez u 11 años.  La afectada también recalcó que J. V. P. le dijo «que con 12 años ya tendría edad para penetración».

"Siempre me decía que era guapa, que me quería muchísimo", narró la pequeña. Extremo que fue confirmado por el acusado. La menor añadió que a ella le gustaban estas cosas porque se sentía "importante y querida", además, desconocía la gravedad de los hechos hasta que tuvo un novio y empezó a sentirse culpable por engañarlo con su padrastro y porque, a su vez, el acusado traicionaba a su madre con ella. Aspectos que, según la perito que atendió a la niña, son compatibles con la huella traumática que le dejó estos hechos. "La niña sentía vergüenza y culpa por no oponerse", reveló la psicóloga, a la vez que precisó que el testimonio de la víctima es verosímil.

Estos hechos ocurrían, según la afectada, cuando se quedaban a solas en la vivienda debido a que su madre trabajaba. Con respecto a el día en que el acusado, supuestamente, se le puso encima e hizo movimientos sexuales, la niña manifestó que "estaba encima de mí, me puse nerviosa y le pedí que parase. Él como que no me escuchaba, entonces yo lo empuje y salí corriendo y me fui a un rincón de la casa a llorar. Me pidió perdón y ya no le hable más", lamentó.

Sobre el juego del "violador", la pequeña describió que consistía en que él "intentaba quitarme la ropa en contra de mi voluntad" y que fue ella quien se lo propuso tras verlo en una serie de televisión. 

Tras un año y medio aproximadamente de la ruptura entre su madre y el acusado, la niña contó que confesó a sus amigas lo que le había hecho el procesado y fue una de ellas la que le animó a decírselo a su progenitora y así lo hizo.

La madre de la pequeña expuso que el encausado le comentó que había estado en prisión pero por temas de drogas y que dudó de que fuese por ese delito después de que la hija el contase sobre los abusos. Sin embargo, no supo que el hombre había cometido una agresión sexual a su hija hasta que las forenses se lo dijeron en instrucción.

La Fiscalía pidió una condena de 32 años de cárcel por dos delitos continuados de abuso sexual a menor de 16 años, así como otro de agresión sexual a menor de 16 años. La representante de la acusación pública también recordó que el acusado tiene antecedentes penales que datan de 1999 por un delito de agresión sexual cometido a su hija biológica. La defensa, por su parte, pidió la libre absolución. El juicio quedó visto para sentencia.

Libertad provisional



El Tribunal de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Las Palmas, decretó la libertad provisional del acusado después de que la fiscal solicitase su ingreso en prisión por un posible riesgo de fuga. El magistrado presidente, Miguel Ángel Parramón informó, tras concluir el juicio en contra de J. V. P., que la Sala acordaba la obligación del acusado de comparecer los viernes y lunes en horario de 9.00 a 11.00 horas hasta que se dicte la sentencia. Además, detalló al procesado que, en caso de incumplir la medida, sería puesto en búsqueda y captura. El investigado también pidió a Parramón que, de condenarle, «no me mande a la policía a mi casa, me da una semana o dos para buscarle un sitio a mi perro». J. V. P. le manifestó a la Fiscalía que no tenía dinero ni pasaporte para huir del país pese a admitir que tenía la posibilidad de conseguir trabajo en Yugoslavia o Argentina y que si él fuese culpable se habría ido de la Isla, a la que llegó desde Galicia para «comenzar una nueva vida». «Yo he confesado todos los delitos que he cometido», concluyó. | M. S. J.

 

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