Juan Manuel Puente Pérez, quien fuera vicesecretario del Gobierno Civil de Canarias durante casi tres décadas, falleció hoy a los 93 años de edad. Padre de cuatro hijos y abuelo de ocho nietos, sus familiares destacan su vitalidad y su independencia, que le llevó a valerse por sí mismo pese a su longevidad hasta que recientemente se le diagnosticó una dolencia que le provocó la muerte. Entre su legado, están unas memorias en las que cuenta todos los pormenores de sus días dentro del edificio de la plaza de la Feria y de los diferentes gobernadores a los que ayudó a integrarse en el Archipiélago.

Nació un viernes, el ocho de febrero de 1929 en el por entonces pequeño pueblo madrileño de Colmenar Viejo, que apenas tenía 8.000 habitantes -en la actualidad es una de las poblaciones más importantes de la Comunidad de Madrid con casi 50.000 residentes-. Era el hijo del alcalde y de pequeño, con tan sólo siete años, vivió uno de los momentos que le marcó de por vida: el fusilamiento de su padre en la Guerra Civil.

Su conexión con el Archipiélago llegó a finales de los años 50 cuando durante el periodo militar fue destinado a Las Palmas como alférez. Fue en una guagua donde conoció a la que sería su futura esposa. En el transporte iba con otros dos compañeros y allí, durante el trayecto, se relacionaron con un grupo de chicas. Entre ellas estaba Mariola Reyes Medina, que poco después se convertiría en su mujer. De aquel viaje también nació el matrimonio de uno de sus acompañantes.

Finalizó sus estudios de Derecho con excelentes calificaciones y aprobó en 1959 la oposición a la Administración del Estado. Juan Manuel Puente decidió entonces poner otra vez rumbo a Canarias para estar junto a la que por entonces era su novia. Su primer periodo fue El Hierro, donde pasó una corta época para, poco después, comenzar a labrar su carrera profesional dentro del Gobierno Civil de la plaza de La Feria.

Fruto de su matrimonio nacieron cuatro hijos: Juan Manuel, director de banca ya retirado; Antonio, escritor, periodista y colaborador de LA PROVINCIA / Diario de Las Palmas; Luis, profesor de Economía en Lanzarote; y Francisco, pedagogo y profesor de Educación Especial en San Juan de Dios.

Durante su larga trayectoria profesional vio pasar a numerosos gobernadores civiles, algunos de los cuales se llegaron a convertir en grandes amigos, como Juan José Barco, de UCD, que fue gobernador civil durante la etapa de Adolfo Suárez, y Bertín del Pozo, que sucedió al anterior cuando Felipe González comenzó a gobernar en 1982. En épocas estivales, Puente incluso llegó a suplirlos al frente del Gobierno Civil como máxima figura del equipo de funcionarios del Estado.

Su profesión le llevó a conocer grandes figuras de la política y la judicatura como el actual presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo de España, Manuel Marchena, quien señaló al conocer su fallecimiento: «La muerte de Juan Manuel nos arranca a un hombre de bien, a un amigo del que aprendí que se puede mantener la dignidad incluso cuando se está muy cerca de exhalar el último aliento. He conocido a pocas personas tan entregadas a su familia y a sus amigos. Todos los años nos veíamos en Madrid, en La Peralera, una cita que abría oficialmente nuestro verano. El paso del tiempo reforzaba sus ilusiones y le permitía hacer nuevos planes para seguir paladeando cada momento de la vida. Probablemente él nunca haya sabido cuánto me enseñó sin proponérselo y cuánto he llegado a admirar su actitud frente a la vida. Descanse en paz».

Manuel Marchena: "He conocido a pocas personas tan entregadas a su familia y a sus amigos"

Sofía Perea Muñoz, mujer del magistrado y que compartió con Puente sus últimos años en la plaza de La Feria, indicó: «Juan Manuel Puente fue mi primer jefe cuando llegué a la Delegación del Gobierno en Canarias, en 1984, en mi destino como funcionaria. Era un jefe extraordinario y una mejor persona. La vida nos ha regalado disfrutar de su amistad durante todos estos años. Hoy lloro su pérdida. Juan Manuel era, me cuesta decir que ya no es, una persona alegre, buena, inteligente, vitalista, generosa y optimista, entusiasta y detallista, que hacía que el mundo fuera un lugar mejor. Ha sido siempre un ejemplo para mí y lo seguirá siendo».

La finca de La Peralera, a la que hacen mención Manuel Marchena, es la propiedad de Colmenar Viejo que era de su padre, que además de alcalde era ganadero de toros de lidia que fueron toreados en Las Ventas de Madrid. A pesar de sus 93 años, Juan Manuel Puente nunca dejó de viajar a Madrid para pasar unas semanas en los terrenos, donde organizaba comidas junto a sus amigos, a quienes les invitaba a su especialidad: la paella. Lo hizo hasta el pasado mes de marzo, cuando cogió un avión por última vez para volver a la que también era su casa.

La conducción de su cadáver tendrá lugar hoy, a las 16.00 horas desde el tanatorio de San Miguel al Cementerio de Las Palmas donde se le dará sepultura.