Es una de esas reflexiones que, desgraciadamente, se transmite de generación en generación: los jóvenes cada vez lo tienen más difícil para labrarse un futuro profesional. Las carencias de los programas educativos, el desinterés por la formación, las rigideces del mercado laboral y la ineficacia de las políticas activas de empleo, son algunas de las causas fundamentales por las que las tasas de paro juvenil sean cada vez mayores.
Pese a este panorama, el Puerto de Las Palmas, se erige como una alternativa real en la búsqueda de trabajo. En los últimos años, los puestos vinculados a labores como las de patrón de barcos, mecánicos y reparaciones en el sector naval, han estado, como se suele decir, al alza. Todos ellos, requieren una cualificación académica específica.
Es en ese punto donde por un lado, algunas empresas vinculadas al sector, y por otro, organizaciones como la Sociedad de Promoción Económica de Gran Canaria (SPEGC), la Fundación Mapfre Guanarteme y el Clúster Marítimo de Canarias, junto con el Instituto de Formación Profesional (IFP) Marítimo-Pesquero de Las Palmas de Gran Canaria, entendieron que se hacía necesario encontrar un modelo que se adaptase a las necesidades productivas de las empresas y que a su vez multiplicase la empleabilidad de los jóvenes canarios: el FP Dual.
Colaboración empresarial
Se adaptó el currículo formativo, permitiendo que el alumnado pudiera recibir formación teórico-práctica en el IFP (dos días en semana) y a su vez pudiesen hacer un primer acercamiento al mercado laboral, trabajando directamente en alguna de las empresas asociadas (los tres días restantes).
Los resultados durante los tres años que se lleva desarrollando el proyecto han sido realmente positivos. La gerente del Clúster Marítimo de Canarias, Elba Bueno, explicó que el papel de esta entidad ha sido «el de coordinar a los diferentes agentes del sector marítimo para la consecución del proyecto». «En un primer momento, fueron las empresas Feroher y Sanper, las que manifestaron la necesidad de contratar aprendices o profesionales, preferentemente de la Isla, a los que poder enseñar la metodología de la empresa». A partir de ahí, se han ido sumando al proyecto más empresas colaboradoras como Rodritol, Turnaval, Astican, Zamakona, o en el última instancia, Kongsberg, que dará la oportunidad a dos alumnos de trabajar en un entorno angloparlante, con un formato noruego.
«La flexibilidad y predisposición por parte del IFP Pesquero Marítimo ha sido fundamental, así como el esfuerzo de las empresas, que pese a la pandemia, continuaron acogiendo alumnos. Uno de los objetivos, entre otros, era la formación de una bolsa de empleo de jóvenes polivalentes, que puedan desempeñar diferentes funciones ajustándose a los perfiles de las empresas del Puerto», indicó Bueno.
Puertas abiertas al sector
Aunque lo ideal sería que la totalidad del alumnado de los grados medios y superior relacionados con la actividad naval pudieran beneficiarse de la FP Dual, la realidad es que se hace una selección de ocho personas, «basada no tanto en los resultados académicos, como en la actitud para enfrentarse al mercado laboral», señaló Elba Bueno, y que tienen un contrato laboral de 20 horas semanales. En la promoción del último año, cuatro de los escogidos fueron vueltos a contratar posteriormente por las compañías en las que trabajaron.
Una de las elegidas es Miriam Rodríguez, de 21 años, alumna del ciclo de Técnico en Organización del Mantenimiento y Control de Maquinaria de Buques y Embarcaciones. Está trabajando en Astican y no duda en calificar esta experiencia como «maravillosa», puesto que le ha «abierto las puertas al sector» y en su caso «algo de autonomía económica». «Desde un principio, nos (también a sus compañeros) han tratado como uno más en la empresa. Poco a poco, hemos ido cogiendo más responsabilidad en el trabajo. Desmontamos, limpiamos, hacemos mantenimiento y volvemos a montar, lo que sea necesario, de la propulsión del barco», indicó.
En su opinión, las empresas lo que están buscando es «formar a alguien de cero», para que se adapte a la filosofía de trabajo desde el inicio. Además, para Miriam Rodríguez «el Puerto puede ser un nicho de empleo», porque «no hay un relevo generacional», lo que abre las oportunidades a los más jóvenes.
Revisión necesaria
El compañero de Miriam, Sebastián Velásquez, de 21 años, es otro de los seleccionados, en su caso, trabaja en Zamakona, afirmó que «la formación académica ofrece la base, para poder tener una visión global del trabajo». «La conciliación de las clases, con el trabajo, se ha hecho un poco complicado, porque no puedes despistarte con los estudios. Si suspendes, se puede rescindir el contrato laboral», dijo. Velásquez también coincidió en que «en el sector de la mecánica y la electromecánica se puede conseguir trabajo». «Los compañeros depositan su confianza en nosotros, los más jóvenes. Nos instruyen y si ven que tienes ganas, ellos dan todo por enseñarte», matizó.
Otro de los ejes en los que se sustenta el proyecto FP Dual, es el IFP Marítimo-Pesquero Las Palmas de Gran Canaria. Su director, Juan Socorro, reconoció que "pese a que los currículos actuales de la FP marítimos pesqueros en España no están actualizados», aunque «el de Máquinas se podría adaptar a la realidad del Puerto, en sus variantes de Mecánico Naval y Reparaciones en el Sector Naval».
«Cuando hicimos el proyecto, una de las premisas era que los módulos fueran duales. Finalmente, nos hemos dado cuenta de que la realidad no se puede ver en el centro y en la empresa, sino que haría falta hacer una revisión, para ajustar el contenido a la capacidad del alumnado, a los recursos con los que cuenta el centro y las necesidades del sector», subrayó Socorro.
