El antiguo internado de Nuestra Señora de Fátima, encajado entre el paseo de Chil y Ciudad Jardín justo en frente del parque del Estadio Insular, recibirá un lavado de cara con el que se busca acondicionar y ampliar las estancias de las que dispone. En la actualidad, alberga a varias asociaciones sin ánimo de lucro y colectivos sociales que llevan a cabo su actividad. El inmueble, propiedad del Cabildo de Gran Canaria, será también actualizado a las normativas vigentes que garanticen una plena accesibilidad, con la instalación de ascensores que llegarán a todas las plantas.
La Corporación insular ha sacado esta semana a licitación el proyecto de obras, que cuenta con un presupuesto de alrededor de 4,5 millones de euros. El principal objetivo que se marcan los trabajos es el de acondicionar el conjunto, de unos 5.438 metros cuadrados de superficie construida, para mejorar su funcionalidad, accesibilidad y apegarse a las actuales normativas.
La obra se dividirá en dos fases diferenciadas. La primera actuación, que será más corta en cuanto a la duración, dará traslado a las instalaciones que dan servicio al conjunto de la parcela y acondicionará la capilla anexa al inmueble principal, que tiene una superficie de cerca de 500 metros cuadrados. Este espacio se reorganizará para dotar al conjunto de más lugares que sirvan para el trabajo cotidiano de las ONG que disfrutan del antiguo internado, creando para ello nuevas oficinas de acero y cristal.
Una vez terminada esa primera parte, en segunda instancia se intervendrá para acometer las mejoras en el resto del edificio principal y finalmente, se actuará en las zonas exteriores incluyendo una nueva zona de aparcamiento dedicada a los trabajadores de las distintas asociaciones. Esta era precisamente una de las principales demandas de los colectivos, puesto que en la zona de Ciudad Jardín no hay mucho espacio para ello. En ese sentido, también se abrirá un acceso rodado en la zona norte mediante el cual se trasladará a un área que se encuentra sin uso actualmente las instalaciones de bombeo.
Sede de la misión de las Oblatas desde 1947
Desde 1947, fueron las Hermanas Oblatas las que se encargaron de la gestión del antiguo internado de Nuestra Señora de Fátima, en el que vivieron cientos de niñas huérfanas o con familias que tenían escasos recursos no solo de Gran Canaria, sino también de Lanzarote y Fuerteventura, y a quienes cuidaban y amparaban desde temprana edad y hasta que se casaban. En un primer momento, eran únicamente dos grandes salas en las que dormían todas las niñas, pero con el paso de los años, y el sacrificio de las monjas y de las propias internas, fueron erigiendo el edificio que hoy en día preside la calle Antonio Manchado Viglietti. Con sus manos cargaron los ladrillos que fueron levantando el centro, con su piscina incluida, la capilla y las canchas deportivas.
Entre 1995 y 1996, el Gobierno de Canarias decidió desalojar el inmueble para instalar en él oficinas de carácter temporal, y ya en 1997 se lo cedió al Cabildo de Gran Canaria, que en un primer momento lo destinó a atender a menores de edad, pero que de un tiempo a esta parte recoge a distintas asociaciones de carácter social que desarrollan su trabajo en parte de estas instalaciones.
En el inmueble principal, que tiene tres niveles más la cubierta, se habilitará la otra de las nuevas zonas funcionales que tienen el objetivo de aportar un valor añadido a las instalaciones. Así, se acondicionará la azotea del edificio como una nueva gran área multifuncional al aire libre, todo ello en el marco de las inmejorables vistas de las que disfruta hacia la bahía capitalina. La idea que se tiene con ello es que se puedan desarrollar ahí actividades de diversa índole, como eventos, gimnasio al aire libre o zona de ocio, por poner algunos ejemplos.
En el interior de ese edificio principal, la organización y actual distribución de las dependencias tratarán de aprovecharse lo máximo posible en esta actuación. Ahí se alojan las oficinas y talleres para las asociaciones que se hospedan en este lugar, alrededor de una veintena, que llevan años demandando estos trabajos de mejora en las instalaciones que disfrutan, cedidas por el Cabildo insular.
Mejorar la accesibilidad
En la zona izquierda del edificio principal se creará un nuevo núcleo de comunicación vertical con dos ascensores para garantizar la accesibilidad a todas las plantas, incluida la cubierta, así como un nuevo núcleo de baños comunitarios centralizados. También en la capilla se prevé vaciar el interior para incluir tanto una escalera como un ascensor accesible.
También en esta zona, antiguamente dedicada al culto religioso, se acondicionarán los recorridos para que estos espacios sean plenamente accesibles, teniendo en cuenta que ahora no lo son a causa del desnivel que impide llegar a las personas con movilidad reducida al acceso de la capilla.
En general, detalla el documento técnico, se dotará a todo el edificio con nuevas instalaciones previendo su paso a través de la implementación de falsos techos y de nuevos patinillos registrables para posibles ampliaciones futuras. De esta forma, se garantizará una mayor flexibilidad y fácil adaptación a los distintos usos. Se renovará la práctica totalidad de los pavimentos de interiores para dar una imagen de continuidad en todo el edificio con excepción de los suelos de la entrada principal que están en buen estado. Finalmente, se sustituirá la carpintería interior y exterior para que el conjunto tenga un acabado homogéneo aún respetando su aspecto original.
El proyecto, que salió a licitación esta semana, tiene un plazo de ejecución previsto de 18 meses desde el momento en que comiencen los trabajos. Las empresas interesadas podrán presentar sus ofertas hasta el próximo 11 de agosto.
