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Urbanismo planea el derribo de un centenar de viviendas en los riscos de San Juan y San José

Los solares darán lugar a parques, plazas de aparcamientos y prolongar calles | La mayoría de los edificios a derribar son infraviviendas o están en ruinas

Vivienda a derribar en la calle Centauro de San Juan, el solar dará lugar a una plazoleta. Juan Castro

La regeneración de los riscos de San Juan y San José contempla el derribo de un centenar de viviendas. La mayoría son infraviviendas o casas en ruinas y suponen solo el 2,5% del total de parcelas edificadas en ambos barrios -93 de un total de 2.731-. La eliminación de estas casas permitiría prolongar calles, crear nuevas dotaciones, zonas de aparcamientos y pequeñas plazoletas. La idea será que puedan conservar su perfil tradicional de casas terreras, al tiempo que sus vecinos puedan ganar en calidad de vida.

El plan especial de regeneración de San Juan y San José ha sido redactado de tal manera que estos barrios sigan formando parte de una imagen icónica de Las Palmas de Gran Canaria. Los técnicos han planteado las mejoras en materia de movilidad y accesibilidad, además de la creación de nuevas dotaciones y servicios básicos de tal manera que el impacto en el tejido urbano sea el mínimo. La idea será demoler un número reducido de edificaciones, limitar las alturas de las casas a dos y tres alturas y establecer una ordenanza estética. Habrá parcelas destinadas a la reposición de vivienda dentro del barrio.

Por otro lado, la nueva regulación elimina la Unidad de Actuación UA-01 de San José propuesta en el planeamiento anterior, que data de 1998, y que sigue en vigor a través del plan general de ordenación (PGO) de 2012. Esta figura urbanística permitía una completa renovación de las edificaciones y del trazado viario en un área delimitada por las calles San Vicente de Paul y Centauro. La supresión de la misma elimina la posibilidad de procesos especulativos que por regla general expulsan a los vecinos y transforman el perfil tradicional del barrio.

De hecho, la concejalía de Urbanismo eliminó también las unidades de actuación del risco de San Nicolás, a petición de los propios vecinos del barrio. No obstante, en el caso de San José el plan especial contempla la demolición de una decena de casas antiguas situadas en la zona que estaba delimitada dentro de esta figura urbanística. La mayoría llevan abandonadas décadas y de unas cuantas apenas quedan unos pocos muros -especialmente en las inmediaciones de la calle Cantabria-.

El plan especial elimina la unidad de actuación de San José para evitar la especulación

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Más de la mitad de las casas a derribar están distribuidas en San José de norte a sur. Algunas, como las dos infraviviendas situadas en la bifurcación de las calles Doñana y Arpa darán lugar a una zona de aparcamientos con plazoleta en la cubierta aprovechando el desnivel de la calle. En la calle Asia, el plan contempla demoler otra decena de casas para hacer también una bolsa de estacionamientos y, además, simplificar el trazado de la calle para conectar mejor esta zona interior del barrio.

Con esta misma finalidad se derribarán un buen número de viviendas, la mayoría en mal estado, en varias manzanas en las inmediaciones de las calles Compás y Centella. La liberación de suelo en esta zona también servirá para crear espacios libres a modo de plazoletas con encanto.

Expropiaciones

En la parte alta del barrio, en la zona que linda y hace frontera entre San Juan y San José, el plan contempla el derribo de una veintena de viviendas que permita la prolongación de una serie de calles. El objetivo de esta actuación será conectar mejor la zona de cornisa a través de los ejes viarios de Tajinaste y de Tártago-Chano Bartolo. Muchas de estas sí están habitadas, por lo que será necesario hacer expropiaciones cuando el Ayuntamiento decida activar la puesta en marcha de esta parte del plan -de hecho, la conexión de Tajinaste con Centella ya estaba vigente en el plan del 98 -.

En el barrio de San Juan, las demoliciones se concentrarían en la gran parcela que separa la Carretera del Centro de la calle Real de San Juan. Las viviendas de esta zona se encuentran actualmente ya fuera de ordenación, en su mayoría son casas en mal estado, aunque también las hay habitadas. En su lugar, la idea será que esta parcela se convierta en un espacio libre con zona de aparcamiento bajo rasante y un área con instalaciones deportivas.

Las casas podrán tener hasta tres alturas siempre y cuando no supongan un obstáculo visual

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También en San Juan, la propuesta será demoler una decena larga de viviendas en las inmediaciones de la calle San Felipe. La idea será conectar esta con Real de San Juan en lugar de la estrecha escalera actual. Por último, el plan prevé habilitar una pequeña bolsa de aparcamientos. En esta zona baja del risco -la más antigua, con los callejones más intrincados- habrá otras demoliciones de viviendas en mal estado o en ruinas y en su lugar crear pequeñas plazoletas con encanto. Algunas de estas son ahora basureros improvisados.

Los técnicos de Urbanismo han intentado diseñar el menor número posible de expropiaciones, la mayoría restringidas a meras ruinas. Muchas de estas ya están fuera de ordenación en el planeamiento actual. No obstante, el plan reserva una serie de parcelas de titularidad pública o privada -la mayoría están sin edificar- para realojar a las familias que pierdan su vivienda habitual.

Un máximo de dos alturas

El objetivo del nuevo plan especial es mantener el carácter tradicional del barrio y evitar una profunda transformación del perfil de ambos riscos. De la mano de esta filosofía, por regla general, los edificios deberán tener un máximo de dos alturas. Solo estará permitida una tercera planta siempre y cuando el inmueble no suponga un obstáculo visual. Esta limitación busca preservar la estampa de casas terreras de colores. 

No obstante, podrá haber edificios con hasta tres alturas en numerosos puntos de ambos riscos. Concretamente, estarán permitidas en todo el paseo de San José y de la calle Real de San Juan. En el lado de San Juan que da a Barranco Seco la excepción se hará en los números pares de Camino al Polvorín, Batería de San Juan o Marfea. Al otro lado de la ladera, la norma hará lo propio con los impares en calles como Arocha, Chano Bartolo o Tajinaste.

Las casas, siempre de colores

El plan especial de San Juan y San José incluye una ordenanza estética con el propósito de poner en valor la imagen tradicional de ambos barrios y de mejorar la percepción paisajística del conjunto. Esta normativa se hará efectiva también en San Nicolás y San Roque con el objetivo de preservar la estampa icónica de las casas de colores de Las Palmas de Gran Canaria. La ordenanza establece una paleta de colores predeterminados, quedan prohibidos el negro y los tonos estridentes; así, para pintar la fachada de una vivienda habrá que tener en cuenta el color de las que están inmediatamente alrededor. Tampoco podrán azulejiarse las fachadas en su totalidad y las azoteas deberán ser siempre planas y transitables, solo podrá haber pequeños cuartos de lavadora y similares. No se permitirán cubiertas con tejas. | A. V.

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