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Fiestas del Carmen

La Isleta vibra con los romeros de las Fiestas del Carmen

La tradicional ofrenda a la Virgen del Carmen congrega a cientos de personas del barrio y de fuera de él, en una jornada con mucha canariedad y folklore

Romería de la Virgen del Carmen

Romería de la Virgen del Carmen LP / DLP

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Romería de la Virgen del Carmen Christian Afonso

La tradicional romería-ofrenda a la Virgen del Carmen volvió a llenar este sábado las calles de La Isleta de alegría, canariedad y mucha música. Las rondallas animaron la tarde a vecinos y visitantes en el regreso de uno de los días grandes de las fiestas en honor a la patrona del barrio portuario, que vivió con intensidad este acto. Para mucha gente, de hecho, se vio más bullicio en esta ocasión, tras el parón obligado por la Covid, que en ediciones anteriores. Y es que las ganas de recuperar las costumbres propias de las islas pesan mucho y reúnen cada fin de semana en los pueblos a cientos de personas con el anhelo de recuperar cierta normalidad y felicidad

Entre isas, malagueñas tajarastes y sirinoques, las carretas avanzaron por varias calles de La Isleta hacia la iglesia de Nuestra Señora del Carmen, donde la Virgen aguardaba la ofrenda en medio de un animado ambiente. Un ir y venir constante de personas no hacían sino denotar que ahí había fiesta, y que no era una fiesta cualquiera. El barrio portuario es único, como lo son sus gentes, y también sus eventos, convertidos en referente de la ciudad y de más allá de sus fronteras. Y una muestra de ello fue la presencia de dos vecinas del risco de San Nicolás, Paca y Leli, o de Ana Cruz y su pareja Marcos, de Telde, que se animaron a acercarse hasta esta parte de la capital para vivir sus fiestas junto a los isleteros de pro.

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Romería de la Virgen del Carmen Juan Castro

Las pilas se cargaban con las papas arrugadas, el mojo, los huevos sancochados y otros manjares típicos de las romerías que llevaban las carretas, carritos y bolsas de la compra que desfilaban rodeadas de gente con vestimenta típica, alegría a raudales y ganas de comer, beber y disfrutar. Porque no quedan muchas celebraciones como esta en la ciudad, que poco a poco las ha ido perdiendo. De eso saben mucho en la asociación cultural Tagenza, que ayer estuvo presente en La Isleta para animar el ambiente. Uno de sus fundadores, Néstor, comentó que en algunos pueblos también se ha modificado la tradición para hacerla más apegada a lo que han construido las nuevas generaciones, con toques más festivos. 

Pese a ello, el miembro de Tagenza reconoce que La Isleta ha hecho bien en «tratar de respetar y mantener una tradición real para evitar que se acabe pervirtiendo por los nuevos tiempos». Y es que las carretas fueron tiradas por bueyes, los participantes en el desfile iban todos ataviados con la vestimenta típica, y el costumbrismo primaba sobre la novedad, a veces excéntrica. «Intentamos nosotros también mantenerlo tal cual nos ha llegado a nuestros días, también en la música», detalló Néstor antes de arrancarse, junto a sus compañeros, con un sirinoque de La Palma.  

Este domingo, la imagen se sube a un barco para recorrer parte de la bahía capitalina en la procesión marítima

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Cientos de personas aguardaban en los balcones, ventanas, puertas y plazas al paso de las carretas. Un vecino, acompañado por parte de su familia, se alegró de ver a tanta gente. «Se ve mucho más ánimo y a muchas personas que están participando, hace tiempo que no se veía la calle tan llena», afirmó mientras movía alegremente los pies al ritmo de una canción popular. También lo hacían dos ancianas sentadas en sendas sillas en la acera, con sonrisas de oreja a oreja, mientras daban palmas. Eran la viva imagen de la felicidad recuperada tras tantos meses de encierro forzoso y de restricciones sociales. 

En la calle Palmar, una de sus vecinas más ilustres también bailaba y tarareaba al son de las rondallas que pasaban por la puerta de su casa. Rosita es una isletera de pro, y vive las fiestas del Carmen con gran fervor y regocijo. En el alféizar de su ventana, uno de sus hijos preparaba vasos de refresco y agua para todos los romeros, para que no les faltar con qué saciar la sed. Y ella misma se pasó la jornada cocinando unas torrijas que volaron a las primeras de cambio. «Aquí está la reina, como ella no quedan», dijo a modo de saludo una de las personas que iban en comitiva hacia la iglesia del Carmen. «Es una pena que estas cosas se pierdan en otros lados, pero este barrio es único y aquí seguimos viviendo de lo nuestro», comentó la mujer, quien cuenta en su haber con múltiples premios por las alfombras y decoraciones que hace en la fachada de su hogar con motivo de las festividades. Un año este que, además, ha sido especial para ella, después de haber logrado superar un cáncer, por lo que era ocasión de «celebrar con alegría y vivir esta pasión que siento muy adentro».

También recorrieron todo el trayecto Paca y Leli, dos amigas de San Nicolás que tienen conocidos en La Isleta, y que viven las fiestas del Carmen como dos isleteras más. De hecho, Leli vivió una temporada en la zona y conoce muy bien cómo son estos fastos y lo que representan para el barrio. Aunque ellas se apuntan a cualquier sarao, desde los Carnavales a las romerías de los pueblos. «Lo que más me gusta es ver esta alegría y saber que estamos recuperando la normalidad», señaló Paca mientras canturreaba. 

«Es una pena que este tipo de cosas se pierdan, aunque aquí siguen muy vivas», señala una vecina

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Desde Telde llegaron Ana Cruz y Marcos, quienes no dudaron en acercarse a La Isleta al conocer que ayer iba a haber romería. «Fue un plan sin plan», bromeó el hombre. Para ellos, este barrio es, realmente, «un pueblo dentro de la ciudad», por su idiosincrasia propia y porque siempre ha apostado por la pervivencia de las tradiciones, algo que es de agradecer. 

Poco a poco, las fiestas del Carmen van llegando a su fin, pero todavía quedan algunos grandes eventos por delante. Este domingo, la imagen volverá a recorrer las calles del barrio hacia la zona puerto, donde se embarcará para recorrer parte de la bahía capitalina. La cita es desde las cinco de la tarde, cuando saldrá de su iglesia en la calle Benartemi para dirigirse hacia la costa. La procesión marítima es una de los principales actos de las festividades en el barrio portuario, que el próximo domingo, homenajeará a la Virgen con una nueva procesión terrestre por muchas de sus calles. Y no será hasta el lunes, 1 de agosto, que la imagen volverá a subir a su camarín, dando por concluidas las festividades de este año. 

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