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La Virgen del Carmen de La Isleta resiste al calor

La Isleta vive el regreso de uno de sus días grandes tras la pandemia a golpe de abanico | Pese a las ganas de playa, varios miles de personas se acercaron al Puerto

Procesión marítima del Carmen de La Isleta

Procesión marítima del Carmen de La Isleta

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Procesión marítima del Carmen de La Isleta Adzubenam Villullas

«La Señora de La Isleta», como conocen en el barrio portuario a la Virgen del Carmen volvió este domingo a embarcarse. Lo hizo después de tres años sin hacerlo por culpa de la pandemia, al no poder salir en procesión en 2020 y 2021. El calor marcó la jornada, con los termómetros rondando los 30º, pese a eso, varios miles de personas se acercaron para vivir un día de devoción y contener las lágrimas.

Con los termómetros superando los 30º, la botellita de agua y el abanico se convirtieron este domingo en el mejor de los aliados. Pese a todo, había ganas de volver a ver a la Virgen del Carmen embarcándose en el muelle Pérez Galdós, por lo que ni el calor pudo con los más fieles devotos carmelitas. «La señora de La Isleta» volvió a salir de la iglesia de la calle Benartemi para poder reencontrarse con el mar y los marineros después de tres años sin hacerlo por culpa de la pandemia.

«Como la señora de La Isleta no se compara nadie», resaltó una fiel devota de la comitiva después de que un conocido le dijera que ella estaba «más guapa que la Virgen». Y es que el sentimiento de los isleteros por la patrona de los marineros es... otra cosa. Varios miles de personas se acercaron en la tarde del domingo hasta las calles del Puerto para poder presenciar la procesión marítima del Carmen. Algunos, incluso, recién llegados de la playa apuraban el paso por Belén María minutos antes de que la imagen zarpara a bordo del Tornado, uno de los buques de la Armada Española con base en Las Palmas de Gran Canaria.

Todo comenzó a eso de las cinco de la tarde. El calor todavía apretaba, pero las inmediaciones de la iglesia del Carmen de La Isleta estaban a rebosar de gente. Pasados unos minutos, el trono comenzó a asomar; para ese entonces los nervios entre el público estaban a flor de piel. No era para menos, los rayos del sol de plata que rodean la imagen rozaron con el pórtico del templo; en ese instante más de uno se temió lo peor, «estoy atacada», apuntó más de una. Todo salió bien.

«Tenía ganas de verla otra vez, porque ella es muy callejera», apunta María Teresa mientras ve llegar la procesión

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Las campanas rompieron a tocar su son y los primeros voladores rompieron la tensión inicial. La comitiva puso entonces rumbo al muelle Grande. La Virgen bajó por Benartemi acompañada de los miembros de la parroquia, comisión de fiestas y autoridades, entre los que estaban el alcalde, Augusto Hidalgo, el presidente del Cabildo, Antonio Morales, además de varios ediles y consejeros de ambas instituciones, tanto del gobierno como de la oposición. El trono lucía esta vez repleto de rosas, claveles, siemprevivas y lirios en tonos rosas y blancos.

«Tenía ganas de verla, porque ella es muy callejera», apuntó María Teresa Martín González con la emoción contenida. Apostada en una silla en compañía de varias amigas presenció el momento en el que un vecino del barrio le cantó a la Virgen. Entusiasmada, María Teresa reconoció que pasó dos años «horrorosos», pero esta ocasión no se la podía perder. «El recorrido ya no puedo hacerlo», indicó señalando el bastón que la acompañaba, pero el paso de los años no es excusa para ella para quedarse en casa.

Ya en la plaza de Manuel Becerra, con el sonido de la banda musical La Salle de Agüimes de fondo, Carmen Ramírez Peñate no podía contener las lágrimas; «eso no se puede aguantar», aclaró a su lado Cristóbal González con los ojos enrojecidos. Y es que, tal y como él mismo reconoció, «la fe y la procesión van por dentro». Uno de sus hijos es costalero, cuenta, por lo demás contaba orgulloso haberle cantado a la imagen al pasar por Manuel Becerra.

Rosi, visitadora del Carmen: «Su día grande es el 16, pero hoy honra a los hombres y a las mujeres del mar»

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«Con los pelos de punta», confesó Carmen que estaba cuando el trono se acercaba a escasos metros de ella, «todavía no me lo creo, que volvamos a tenerla aquí en la calle». Y es que la espera durante estos dos años de pandemia se han hecho largos; y aunque la imagen -de autor desconocido- luce todo el año en lo alto del altar de la iglesia de la calle Benartemi, «no es lo mismo» a verla entre los fieles, rodeada de la multitud.

Sobre los hombros de 35 costaleros, el trono enfiló por Belén María para comenzar su entrada en el recinto del Puerto de La Luz y de Las Palmas. Rosi, Lidia y Auri son tres amigas isleteras de toda la vida que estaban esperándola a apostadas bajo el control de la Guardia Civil. «Esto es lo más grande», subrayó Lidia. Las tres son visitadoras de los enfermos de la Pastoral del Carmen, por lo que no podían faltar en una fecha como esta. «Su día grande es el 16 julio pero hoy [por este domingo] honra a los hombres y a las mujeres de la mar», explicó Rosi.

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La Virgen del Carmen de La Isleta resiste al calor Juan Castro

Y es que si La Isleta tiene una definición, esa es la de barrio portuario. Ese barrio que creció hace un siglo a un costado del Puerto de La Luz. «La Isleta es mucha Isleta», dicen; sin duda, marca identidad. Por eso hay quien se ha mudado y, aún así, acude cada año al reencuentro con la Virgen del Carmen. Una devoción que le valió a la fiesta convertirse en Fiestas de la Ciudad en 2016.

Autoridad Portuaria

En primera fila, Carmen y Ana Castro esperan a la Virgen, muy pegadas al edificio de la Autoridad Portuaria; mejor sitio que ese, difícil. Tía y sobrina, isleteras de nacimiento, ahora viven en el Sureste, «queríamos verla muy de cerca y cogimos el mejor sitio». Llegaron temprano junto a otros miembros de la familia, cuando todavía faltaban un par de horas para que la comitiva de la procesión llegara, pero el sol no era excusa.

«Vale la pena el sacrificio», apuntó Carmen, «ya era hora de estar aquí, antes nos reuníamos y nos bebíamos después la cervecita aquí detrás». Y es que en esta ocasión la familia nota la ausencia de un ser querido que perdieron recientemente. «Los recuerdos están ahora a flor de piel», señalaron emocionadas. Para ese entonces, el canto de la banda ya se escuchaba a la vuelta de la esquina.

Inma: «Es mi primera vez en el embarque, cuando me llamaron para confirmar que tenía plaza no me lo creía»

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Cientos de personas presenciaron la llegada de la Virgen en los cantiles, además de una decena de barquillas en la dársena del muelle Grande. Comenzaba así la ceremonia para el embarque. Primero subieron al buque de la Armada autoridades y aquellos que lograron plaza para una travesía por la bahía capitalina. Por último lo haría la imagen levantada a pulso por varios costaleros y alzada luego a hombros hasta sujetar bien la talla a los anclajes.

«Cuando me llamaron para confirmarme que tenía una plaza no me lo podía creer», apuntó Inma Suárez. Natural de Ingenio, esta era la primera vez que se embarcaba con la Virgen. Reconocida devota después de que se encomendara a la imagen tras perder a un sobrino llamado Carmelo, Inma vivió la travesía emocionada.

Las fiestas del Carmen culminarán el próximo fin de semana. La Isleta celebrará el domingo 31 la procesión terrestre por las calles del barrio a partir de las cinco de la tarde con la banda La Salle. Finalmente, el lunes 1 de agosto, la imagen volverá a subir a su camarín después de casi un mes de festejos en el barrio portuario.

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