El Mirador del Lloret ha estrenado este martes sus vistas a la bahía de Las Canteras y a la costa norte de Gran Canaria para los visitantes y vecinos que pasean todos los días por el extremo oeste del paseo, dentro del entorno del Auditorio Alfredo Kraus. La plataforma horizontal donde se ha llevado a cabo la construcción luce ahora unos bolardos de madera que actúan como una barandilla y un camino de hormigón de color blanco ubicado a distintas alturas para facilitar la contemplación del paisaje y de las actividades de surf que se llevan a cabo en sus alrededores. Finalizan así las obras del observatorio, que comenzaron en noviembre del año pasado y que se abren ahora para los usuarios.
Los primeros transeúntes y pescadores de la zona ya pudieron estrenar ayer la novedosa construcción arquitectónica que adornará desde esta semana la salida de la ciudad por la autovía del norte y desde la que se podrá observar gran parte de la costa capitalina. La zona recibe en el día a día una afluencia considerable de residentes de la capital que pasean por el camino para ejercitarse. Por otra parte, su cercanía a edificios como el auditorio y el Centro Comercial Las Arenas puede atraer al nuevo mirador a bastantes turistas extranjeros.
El proyecto se enmarca dentro de la iniciativa llevada a cabo por el Cabildo de Gran Canaria para instalar durante el último año distintos puntos de observación a lo largo del paseo, para lo que se ha destinado una inversión de 200.000 euros. Este es el tercero de los miradores finalizados, junto a los de Las Coloradas y La Isleta. La iniciativa busca poner a disposición de los transeúntes distintas áreas de descanso a lo largo de Las Canteras desde las que sea posible pararse y visualizar los elementos característicos del paisaje.
Junto a los observatorios de Las Coloradas y La Isleta, el proyecto busca mejorar la relación entre los ciudadanos y el paisaje de la zona
Los tres puntos de la bahía se han construido con materiales similares, como la piedra, el acero corten, la madera y el hormigón, que hacen que estos rincones compartan una estética similar. En este proyecto se ha tratado de cuidar en especial la escasa vegetación de la zona y no intervenir de manera excesiva en el terreno, por lo que no se han plantado nuevas especies sino que se han mantenido las que ya estaban presentes.
Desde la plataforma, los visitantes pueden observar una panorámica abierta de los alrededores, aunque el mirador no es muy visible desde la distancia porque se ha optado por reducir la incidencia paisajística del lugar con el objetivo de fomentar la interacción entre los ciudadanos y el paisaje. Se han dispuesto a su vez dos carteles señalizadores de acero corten y dos papeleras construidas con el mismo material que decora el camino.
El lugar se encontraba muy deteriorado a nivel ambiental antes de llevar a cabo el proyecto debido al depósito de múltiples vertidos en la zona. Además, la ausencia de una protección adecuada del borde del acantilado podía provocar que cualquiera se acercara y cayera al agua, mientras que el estado de los antiguos muros rompeolas generaba también una situación de inseguridad importante para los transeúntes. Con el fin de evitar posibles accidentes se ha instalado ahora una barandilla de madera que se alza a una altura de 1,10 metros.
Mantener la limpieza
La consejera de Política Territorial y Paisaje del Cabildo insular, Inés Miranda, ha pedido a su vez la colaboración ciudadana para mantener en buen estado el espacio y que la acción humana y el vandalismo no deteriore la zona, evitando que vuelva a caer en desuso como se encontraba antes. Con ese mismo fin, los usuarios que acudan al lugar disponen de cubos para tirar la basura y limitar la propagación de los desperdicios.
La superficie total construida es de 242 metros cuadrados, mientras que se ha limpiado y desbrozado un terreno de casi 600 metros cuadrados para poder llevarlo a cabo. Junto al camino se disponen de diversas barracas, como una zona de descanso pensada para los caminantes, así como para todos aquellos que acuden a la zona de forma habitual para realizar ejercicio. En total, son 29 losas prefabricadas de 20 centímetros las que decoran el perímetro con un texturizado superficial.
El espacio presentaba un gran deterioro debido a los depósitos de vertidos contaminantes
«Estos espacios se instalan en todos aquellos lugares estratégicos donde la gente puede practicar yoga, hacer gimnasia o descansar cuando se está haciendo una marcha, como vemos en el día a día a muchas personas practicando deporte en este espacio. También pueden sentarse simplemente a meditar y disfrutar del paisaje del Rincón, de la costa norte, de las personas que practican el surfing en estas aguas y de un lugar entrañable para los hombres y mujeres de esta ciudad y de esta isla», aseguró Antonio Morales, presidente del Cabildo de Gran Canaria, tras una visita al lugar junto a Inés Miranda.
La empresa Hermanos Medina La Herradura fue la encargada de llevar a cabo la idea, para lo que contó con una inversión de 53.500 euros. Por su parte, la estructura está ideada por los arquitectos Miguel Santiago Peña y Javier Cabrera Librada. En un inicio, estaba previsto que las labores para abrir el tercer observatorio de la ciudad estuvieran finalizadas a comienzos de este año, pero los diversos retrasos han prolongado el proyecto hasta julio. Sin ir más lejos, en diciembre del año pasado se paralizaron las obras por un error de medición que obligó a detenerlas hasta la llegada de una pieza.
La construcción de estos puntos en la ciudad se enmarca dentro del Plan Territorial Especial de Ordenación del Paisaje de Gran Canaria y, en concreto, dentro del proyecto AA44 Costa de Las Palmas Poniente, que busca establecer más lugares para visualizar las zonas de playa de la capital. La futura gestión del espacio de El Lloret recaerá a partir de ahora en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria.
"Seguiremos actuando en los próximos meses en la isla con miradores y otras propuestas de recuperación y embellecimiento del paisaje de Gran Canaria", afirmó el presidente del Cabildo. Sin ir más lejos, hace pocos días se anunció la construcción de una red de observatorios que se instalarán en una ruta entre los barrios de San Juan y San José. Por su parte, fuera de la ciudad, se han promovido ya puntos para la contemplación del paisaje en las cumbres, barrancos y costas de los distintos municipios de la isla, como Arucas, Gáldar, Telde o Mogán, entre otros.
