La venta de vehículos siempre ha sido un negocio fluctuante, en gran medida sujeto al contexto económico de cada época por el alto valor de sus productos. Sin embargo, esto no ha significado un gran hándicap para Autos Vegueta, el concesionario de vehículos de ocasión decano de Las Palmas de Gran Canaria situado en la Calle Reyes Católicos 79. Durante 43 años, Manuel Sosa ha estado al frente de este negocio conocido por prácticamente todas las familias de la capital grancanaria, que en algún momento de su vida han acudido o han conocido a alguien cercano que ha comprado un vehículo en este comercio histórico. «En Autos Vegueta siempre hemos querido ofrecer un trato cercano y serio, buscando la satisfacción total del cliente», relata Manuel Sosa que, pese a nacer en Telde, siempre ha estado vinculado al barrio capitalino de Vegueta, dado que pasó su infancia junto a la Plaza de Santo Domingo.

«A partir de los 14 años me empezó a llamar la atención el mundo de la automoción porque empecé a trabajar en la empresa familiar, un concesionario de la marca Ford que mi padre regentaba también en Vegueta», explica. Esta primera etapa, en la que dedicaba gran parte de su tiempo a limpiar las piezas y repuestos que guardaban en el almacén de la tienda, le sirvió para vivir este sector de cerca y conocer cómo funcionaba. Después de pasar los primeros años 70 en el Sáhara español, ayudando a su padre a sacar adelante una empresa de fabricación de bloques para la construcción, a finales de la década, en 1979, iniciaría junto a su progenitor la que a la postre sería una larga andadura al frente de Autos Vegueta.

Durante más de 40 años, la seña de identidad de este comercio ha sido «la seriedad y el compromiso»

Posteriormente, Manolo comenzó a interesarse por el mundo de los rallies y, en un momento dado, empezaron a representar a la marca italiana Autobianchi, que quería introducirse en el mercado canario y promocionar sus coches en este tipo de competición. «Entonces me acabé comprando un Autobianchi Abarth y empecé a participar en las carreras en el año 80.  Esto nos sirvió también para promocionar la tienda, porque los coches llevaban nuestra publicidad», recuerda con nostalgia el empresario, cuya vida ha estado siempre ligada al mundo del rally, primero como piloto y después como aficionado. Al poco tiempo su padre se acabó desvinculando del negocio y él decidió sacarlo adelante por sí mismo. «Estuve algún tiempo solo hasta que mi hermano pequeño cumplió la mayoría de edad y empezó a trabajar conmigo».

Durante más de 40 años, la seña de identidad de este comercio ha sido «la seriedad y el compromiso», algo que ha permitido su existencia durante tanto tiempo y el mantenimiento de una clientela satisfecha. «Nuestra máxima ha sido siempre la confianza y la garantía hacia el cliente, así como proporcionar una atención personalizada. Gracias a estos hemos tenido muchos clientes que han repetido a lo largo de los años porque guardaban un buen recuerdo nuestro», destaca.

Vista del concesionario en la Calle Reyes Católicos 79 JC Guerra

Los años gloriosos

Según relata Manuel, la mejor etapa del negocio se desarrolló durante la década de los 90 y los primeros años 2000. El contexto de bonanza económica y de auge en el mundo del automovilismo generó una gran actividad en el sector que se vio reflejada en las ventas. «Esta fue la época gloriosa de Autos Vegueta, el contexto económico sumado a nuestro papel de ofrecer confianza y buen servicio hizo que el negocio se disparara», subraya, incidiendo en que el mercado de vehículos de segunda mano siempre ha tenido fuerza en España.

«Siempre hemos vendido vehículos de ocasión, pero también hemos sido concesionario oficial de alguna marca»

Aunque no solo de coches y motos de ocasión ha vivido Autos Vegueta, que también ha tenido la representación de diferentes marcas oficiales en algunos momentos de su historia. «Durante nuestra larga trayectoria siempre hemos vendido vehículos de ocasión, pero también hemos sido concesionario oficial de alguna marca de coches como Seat y de varias de motos». Y es que el cliente ha podido encontrar a lo largo de los años motocicletas nuevas pertenecientes a marcas históricas de diferentes países como las Royal Enfield inglesas, las Moto Guzzi italianas o, más recientemente, las custom norteamericanas de la histórica Indian.

En la actualidad, el negocio de los coches ha cambiado y el contexto en el que nos encontramos no proporciona muchas certezas sobre la evolución de un mercado que se ha visto duramente golpeado por la pandemia, la crisis de los semiconductores, la subida disparatada de los costes del combustible y, por último, la inflación. «Últimamente estoy viendo que por la crisis y el descenso en el poder adquisitivo, la mayoría de clientes se está yendo al coche mileurista. Ahora a lo que aspira la gente es a comprase un móvil y una patineta», analiza Manuel, criticando que el nuevo paradigma de movilidad ecológica no se está estableciendo como debería y está generando que el consumidor cada vez tenga menos opciones de comprarse un vehículo a estrenar. «Los coches nuevos cada día son más caros por el modelo de coche eléctrico que se quiere implantar deprisa y corriendo. Todavía no hay una infraestructura de recarga ni hay vehículos de este tipo que sean asequibles para la economía del cliente de hoy en día», sentencia el empresario, añadiendo que no ve nada claro el futuro del sector con esta sistema de movilidad.