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Los socorristas de Las Palmas de Gran Canaria piden negociar para mejorar los sueldos y ampliar plantilla

La sección sindical en la capital exige también entrenamientos efectivos que dirija alguien cualificado | El Ayuntamiento toma nota para futuros pliegos

Dos socorristas de la ciudad en una de las sillas metálicas en la playa de Las Canteras LP/DLP

Los socorristas de las playas de Las Palmas de Gran Canaria han dicho basta. Los profesionales exigen un mayor reconocimiento a la labor que llevan a cabo a diario, que es fundamental para la seguridad en los arenales de la principal ciudad del Archipiélago, y en relación con la alta cualificación que se les exige desde la administración local para poder desempeñar el puesto. Además, lamentan que las malas condiciones de trabajo en el sector están haciendo que mucha gente se decida a desarrollar su trayectoria profesional en otros ámbitos, lo que ha dejado a la plantilla bajo mínimos, pese a que el pliego de diciembre establecía un número de trabajadores nunca antes visto en la capital.

Este es un resumen de las reivindicaciones que pone sobre la mesa la Unión de Socorristas de las Islas Canarias, la única sección sindical que existe en este sector en el Archipiélago, y que pertenece al sindicato CGT. El colectivo solicita sentarse a dialogar con el área de Ciudad de Mar para tratar de llegar a acuerdos que satisfagan las necesidades que aseguran tener y, de no ser así, amagan con emprender movilizaciones que pueden acabar en huelga, "porque se ha demostrado que es la única manera en la que se consiguen avances en otras regiones como Mallorca o Barcelona".

El edil de Ciudad de Mar, José Eduardo Ramírez, se muestra dispuesto a sentarse a dialogar con los socorristas, como ya han hecho en otras ocasiones, para tomar nota de sus demandas desde el plano técnico, si bien recuerda que no existe "relación laboral ni contractual con el Ayuntamiento". "Ellos trabajan para Cruz Roja y es esa empresa nuestro interlocutor y a quien ellos deben plantear sus demandas, sobre todo sin son de tipo laboral", apunta el concejal de Nueva Canarias, quien también garantiza que se harán las auditorías obligadas por los planes de seguridad municipales para "revisar todo lo que se pueda mejorar y consultaremos a los representantes del sector para tratar de seguir mejorando y alcanzando la excelencia" en el servicio.

Los profesionales reclaman más torres de vigilancia para sustituir las antiguas sillas metálicas

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El portavoz sindical, David Molina, critica que las Islas sean una región "con servicio de socorrismo todo el año" por los turistas y visitantes que llegan a ellas de enero a diciembre, pero que sean también "de las más precarias del país" en cuanto a sus condiciones. El servicio de socorrismo en las playas de la capital está externalizado, de tal manera que, si bien es Ciudad de Mar la que crea los pliegos técnicos, es otra entidad, en este caso Cruz Roja, la que presta el servicio tras presentar su oferta al Consistorio, por lo que estas condiciones, aunque se establezcan en los pliegos, dependen de la concesionaria.

Una de las principales exigencias que plantean está relacionada con el salario. "Somos los primeros intervinientes pase lo que pase en la playa. No entendemos el salario en base a lo que somos: cobramos un salario mínimo teniendo una titulación específica y amplias responsabilidades", explica Molina, quien señala que compañeros socorristas en otros puntos de España llegan hasta los 1.800 euros al mes, en el caso de Barcelona, y que lo más habitual es que ganen 1.400 euros mensuales. Sobre ello, el concejal José Eduardo Ramírez afirma que en el servicio les consta que a nivel estatal se está negociando un nuevo convenio. "Si se aprueban nuevas condiciones, pediremos a Cruz Roja que lo cumpla", asevera.

Nuevas torretas de vigilancia

Otra "línea roja" para los socorristas tiene que ver con la falta de personal que dicen padecer, hasta el punto que Molina insiste en que este verano "estamos bastante cortitos de personal". De hecho, indica, el día de julio en el que falleció un menor ahogado en Las Alcaravaneras había un socorrista menos de los que debían haber. "El Ayuntamiento pretende que tengamos más funciones y presencia, pero se quedó muy corto a la hora de gestionar personal", agrega el portavoz sindical, quien también achaca a las "condiciones vergonzosas" que haya tan poca gente interesada en este trabajo. Para José Eduardo Ramírez, en cambio, existe un número suficiente en base al decreto regional de 2018 y que el contrato suscrito con Cruz Roja cumple con las exigencias, al tiempo que recuerda que el monto total de esa vinculación se duplicó con respecto a la anterior, "porque sobre todo se crece en número de socorristas".

También piden los socorristas al Ayuntamiento que actualice las sillas metálicas de vigilancia que existen desde hace años por más torretas de las que ya han instalado en los principales arenales de la urbe -una en cada uno de ellos-. Y es que las actuales sillas no protegen al trabajador "de las inclemencias del clima, ni de las radiaciones ultravioletas, ni de la lluvia -porque nosotros trabajamos también en invierno en el caso de Las Canteras-". Sobre ello, el concejal de Ciudad de Mar anunció que están sondeando el mercado "para encontrar las q mejor se adapten a las diversas zonas y tipologías" de los arenales capitalinos, al tiempo que destaca: "Es una prioridad así que esperamos poder sacar a concurso pronto las nuevas sillas".

El techo de la torreta de vigilancia de La Laja se desprendió este verano y no se ha arreglado LP/DLP

Por último, la Unión de Socorristas de las Islas Canarias también critica los entrenamientos que se recogen en el nuevo pliego de condiciones que impulsó el Ayuntamiento a finales del pasado año. La idea, reconocen, les parecía buena sobre el papel y era algo que llevaban mucho tiempo demandando, pero a la hora de ponerla en práctica han surgido inconvenientes. "Cualquier persona que sepa de entrenamientos, sabe que ese entrenamiento no es lógico, lo que hace es cargar a la plantilla, no tienen que ver con el trabajo que desarrollamos", comenta David Molina.

Ramírez recuerda que el servicio está externalizado, y que la cuestión laboral no es su competencia

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Además, creen que la prueba de reválida que tienen que aprobar cada seis meses es "una herramienta para quitarse al personal laboral de encima", y que no sería necesaria si se realizaran entrenamientos efectivos y dirigidos por personal cualificado para ello, "porque estaríamos preparados al 100%". El edil Ramírez responde que estas pruebas "son exigentes" porque persiguen tener "los socorristas lo más preparados y formados posible". "Se les evalúa cada cierto tiempo porque esta es una actividad en que hay que mantenerse en forma porque la seguridad de la gente está en manos de esos socorristas", reitera.

El propio David Molina participó en el último pleno ordinario del Ayuntamiento, celebrado a finales de julio, donde expuso a la Corporación las problemáticas a las que se enfrenta el servicio de socorrismo de la ciudad. En esa ocasión, también presentó las demandas que realiza el sector. José Eduardo Ramírez, por su parte, concluye que considera que en la ciudad "se presta un muy buen servicio" y que las playas son "seguras", pero que revisarán y modificarán lo que consideren necesario.

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