Un paseo marítimo unirá el barrio marinero de San Cristóbal con la playa de La Laja. El proyecto incluye amplias aceras, carril bici y una veintena de árboles para dar sombra. Con esta actuación, el objetivo del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria será conectar de manera peatonal la mayor parte del litoral capitalino, además de incrementar la seguridad en este tramo, dado que la alternativa hoy día es caminar por el borde de un enlace con la Avenida Marítima. La obra tiene un presupuesto de 1,4 millones de euros y está dentro de los proyectos Edusi -Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado- que están sirviendo para regenerar diversos puntos del Cono Sur, por lo que estará financiada con fondos Feder.
El paseo tendrá una longitud de 550 metros; arrancará en la calle Marina, en el extremo sur de San Cristóbal, hasta empatar con el tramo ya existente a la altura del enlace de Pedro Hidalgo. Bordea una serie de solares que sirven de aparcamientos y los terrenos donde estaba el antiguo almacén de Aguas de San Roque, hoy propiedad del Cabildo. La obra, que está pendiente de salir a concurso público, vendrá a completar un proyecto que lleva pendiente desde la remodelación de la entrada sur de la ciudad hace dos décadas. Por el camino el Ayuntamiento se ha encontrado con varios escollos que retrasado los trabajos.
Salvo el tramo equivalente con la calle Marina, el nuevo paseo irá paralelo al enlace de Pedro Hidalgo con la Avenida Marítima. Según el concejal de Urbanismo, Javier Doreste, la idea será «evitar que la gente vaya por este borde, por lo que separamos el paseo del tráfico por su seguridad». De esta manera, la estrecha acera que actualmente sube hacia la rotonda de Pedro Hidalgo se mantendrá de manera independiente.
El paseo discurrirá sobre un muro de contención que estará recubierto por mampostería
El paseo bordeará la rampa del enlace de Pedro Hidalgo coincidiendo con el linde de Dominio Público Marítimo Terrestre. Las obras previstas no invadirán este espacio y quedan pendientes de la autorización pertinente, aunque este tramo está contemplado en el documento, según aclara el proyecto. Los usuarios podrán usar como alternativa un camino ya existente que pasa bajo el viaducto del nudo de conexión -el cual da acceso también a una parada de Global-, el paseo continuaría después hasta empatar con el que el Gobierno de Canarias construyó hace más de dos décadas tras la remodelación de la GC-1.
El paseo discurrirá sobre un muro de contención que tendrá una altura variable en función del terreno. La pared estará recubierta en el lado exterior de mampostería vista «de color sensiblemente similar al entorno», según resalta el proyecto. La senda durante casi todo el trazado tendrá 5,5 metros de ancho -2,5 para el carril bici y 2,5 para la zona peatonal-. La excepción será en coincidencia con la calle Marina, donde el ancho será de 9,4 metros. Además, estará separada de la acera ya existente por un parterre arbolado.
En cuanto al mobiliario urbano, el paseo estará dotado con bancos prefabricados de acero y madera. Para dar sombra, habrá unas pérgolas de aluminio y listones de PVC con imitación a la madera. Según el documento, todos estos elementos tendrán que ser resistentes a la corrosión marina.
La construcción de este tramo de la avenida lleva estancada desde hace dos décadas
El proyecto incluye una serie de actuaciones en la red de saneamiento. Según el documento, los tres edificios con fachada hacia la calle Marina carecen de colector de saneamiento para verter aguas residuales, por lo que será necesario construir uno nuevo. Además, será necesario hacer un pozo de bombeo de aguas fecales puesto que el punto de vertido del colector estará a una cota inferior a la red existente. Según Doreste, esta actuación «encarece» la obra.
La construcción de este tramo de la avenida quedó estancada hace dos décadas al no poder expropiar un solar contiguo a San Cristóbal. Como alternativa, en 2010 el Ayuntamiento presentó un proyecto similar al actual en el que el paseo bordeaba los citados solares, además de los terrenos donde estaba Aguas de San Roque. Los trabajos no se ejecutaron por falta de financiación. Por otro lado, la institución insular bloqueó en 2018 la obra, al entender que había que dejar espacio a un posible ensanche del enlace de Pedro Hidalgo y mejorar los accesos al barrio marinero. Doreste apunta que las desavenencias al respecto están ya solventadas.
El Ayuntamiento tiene así como objetivo dar continuidad a los dos paseos ya existentes en La Laja y San Cristóbal, fomentando así una ciudad «más caminable», según apunta Doreste. «Al final será poder ir a pie desde El Atalante hasta El Tritón», precisa, «el barrio marinero dejará de ser un fondo de saco». Esta senda por todo el litoral capitalino quedaría a expensas del corredor peatonal y ciclista hasta Jinámar, un proyecto acordado con Telde. Según el edil de Urbanismo se trata de una actuación pendiente que será ejecutada a través de la consejería de Turismo del Gobierno canario.
Un parque infantil en el barrio
San Cristóbal contará con un parque infantil en el solar resultante del derribo de la antigua nave de Aguas de San Roque, entre las calles Proa y Timonel. El proyecto de Geursa contempla una gran plaza con pérgolas, bancos para sentarse, arbolado y una amplia zona de juegos similar a la que se ha instalado junto a la Base Naval, con formas que evocan a animales marinos. El concejal de Urbanismo, Javier Doreste, señala que la idea será «dar espacio de disfrute para los vecinos». La idea será así regenerar un terreno que actualmente luce abandonado. Los trabajos forman parte del Edusi, por lo que contarán con fondos Feder de la UE. Este no es el único proyecto que queda pendiente de la estrategia de desarrollo sostenible en el barrio marinero; la transformación del antiguo colegio -hoy Universidad Popular- en un centro etnográfico para la economía azul queda pendiente de la finalización de la obra del antiguo Carlos Navarro Ruiz. | A. V.
