El Club Natación Metropole prepara el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectará a 20 trabajadores para reducir en cerca de medio millón de euros los costes salariales anuales, tras fracasar las negociaciones entre la Presidencia y la representación de los trabajadores. Mientras el club considera que hubo una negativa del comité de empresa para aceptar los despidos o la reducción de todos los salarios en un 35%, desde el comité critican que la negociación no fue tal, sino una imposición por parte de la cúpula de la entidad, y afirman que impugnarán el ERE.

La última reunión con los representantes de los trabajadores celebrada el pasado viernes 2 de septiembre, fecha en la que el club recibió un documento con más de 500 firmas de socios que solicitan una asamblea para abordar la posibilidad de la primera moción de censura contra un presidente en la historia de la entidad, significó la ruptura de una negociación catalogada como de «mala fe» por parte del presidente del comité de empresa, Adonay Gómez, ya que, a su juicio, el club nunca tuvo la intención de escuchar a la otra parte. «El presidente nunca se personó en las jornadas de negociación, solo acudía el abogado», critica Gómez. 

Tras negarse a aceptar el despido de una veintena de trabajadores y la reducción salarial, dado que los empleados con sueldos mínimos «se quedaban cobrando menos que en el paro», según Gómez, el comité propuso la realización de un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) durante un año para que el club se recuperase económicamente sin tener que despedir a ningún empleado. Según recoge el acta de esta última reunión a la que ha tenido acceso este periódico, la entidad alegó que el ERTE no era una solución viable porque la crítica situación que experimenta el club no es coyuntural, sino que «viene gangrenada, como se refleja en las cuentas económicas, no solo en las de 2021, sino de años anteriores».

Al no haber acuerdo, el presidente ha confirmado que se procederá a notificar al comité y a la autoridad laboral los despidos y, posteriormente, a los empleados afectados de forma individual antes del próximo viernes 16 de septiembre. «Hay una masa social silenciosa que me votó para tomar este tipo de decisiones dolorosas e impopulares», defiende el máximo mandatario de la histórica entidad deportiva.  

Personal sustituible 

Tal y como afirma Santana, los motivos escogidos para despedir a una veintena de empleados responden a criterios basados en informes económicos que determinan que existe una parte del personal que puede ser sustituido por empresas subcontratadas, plan que reduciría los costes salariales anuales en cerca de 500.000 euros. Esta situación es catalogada por el presidente como «dolorosa e impopular», pero justificada, ya que el club es incapaz de soportar el nivel de costes actual. «A nadie le gusta tener a veinte familias en la calle, pero también tengo detrás a ocho mil usuarios a los que se les ha pedido un esfuerzo aportando derramas; es doloroso tanto para los trabajadores como para los socios», lamenta. 

Y es que entre las medidas anunciadas por la junta directiva del club para reducir el gasto, como la bajada de la temperatura del agua en las piscinas, la reducción en los horarios de iluminación de los espacios, la subida del precio en algunas actividades o la supresión del pago de traslados a los deportistas, está también la exigencia a los socios de aportar derramas mensuales que ascienden a 35 euros. Asimismo, también se ha planteado la racionalización de los precios de las tarifas de los usuarios en función de los miembros de la unidad familiar, con lo que los hogares más numerosos tendrán cuotas más caras frente a los menos numerosos.