En la tarde del pasado 14 de septiembre falleció en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria don José Manrique de Lara Bosch, destacado abogado y miembro de la sociedad grancanaria. Hijo de Alfonso Manrique de Lara Fierro y Margarita Bosch Hernández, era el segundo de cuatro hermanos; Alfonso (fallecido en 1985), Juan (fallecido en 2014) y Pedro Manrique de Lara Bosch.

Nació en las Palmas de Gran Canaria el 18 de junio de 1928. Su infancia la pasó en una casa emblemática propiedad de sus abuelos en la calle Bravo Murillo, junto a sus hermanos y primas, las Guerra del Rio Bosch, quienes le recuerdan jugando en la trasera de la casa y entre las plataneras de la finca de su abuela, que es hoy en día la calle Tomás Morales. Su hermano Pedro lo recuerda como un niño muy vivo, seguro de sí mismo, de complexión muy corpulenta y atento con sus padres y hermanos.

Se licenció en Derecho por la Universidad de La Laguna en 1952. En su etapa como estudiante, su primo José Roca Suárez, con el que compartió colegio mayor, recordaba lo formal, honesto y serio que era. A José Roca le gustaba contar que su padre, Tomás Roca Bosch, le encomendó a José Manrique de Lara la gestión del dinero que le enviaba, así como velar por la integración de este en la vida universitaria. Lo acogió y ayudó en numerosas ocasiones, en especial recordaba una anécdota que refleja la lealtad que mostraba José Manrique de Lara con sus amigos y familia; al parecer, cierta noche en La Laguna, José Roca tuvo un encontronazo con otros jóvenes, la situación se iba complicando y al no saber cómo salir de esa situación, recurrió a decirles que era primo de Pepe Manrique, así lo llamaba, y estos, conocedores de la determinación, fuerza y ese principio que seguía José Manrique de Lara de velar por los suyos, acabaron disculpándose y dando por terminado el malentendido.

Ocho hijos

Se casó con María Jesús Martín-Neda Buergo el 2 de septiembre de 1957, tuviendo ocho hijos; Margarita, José Juan, María del Carmen, Baltasar, Jorge, Cristina, Marta y Rodrigo; y catorce nietos. Este matrimonio no quedó aquí, puesto que propició que dos de los hermanos de José Manrique de Lara se casaran con dos hermanas de su mujer; y para mayor coincidencia, cada matrimonio tuvo a su vez ocho hijos.

En los años 70, José Manrique de Lara, sus padres, y los tres mencionados hermanos fueron a vivir a un nuevo edificio familiar situado en la calle Ingeniero José Bosch y Sintes. Esta calle lleva el nombre de su abuelo, el cual fue un destacada personalidad de la ciudad por su contribución al tejido empresarial. Entre otras iniciativas, instaló el primer cine de la ciudad y fundó la primera industria cervecera de Canarias en 1910, denominada La Salud, situada en la calle Canalejas del barrio de Arenales, la cual se fusionó con La Tropical en 1960.

José Manrique de Lara tuvo una trayectoria profesional como abogado muy reconocida. Mediante oposición ingresó en 1957 como abogado de los Sindicatos para el asesoramiento y defensa jurídica de los trabajadores, actividad que simultaneó con el ejercicio de la abogacía en su despacho de la calle Bravo Murillo. Sus antiguos compañeros en los Sindicatos, como fue el caso del abogado Sebastián Palmés, lo recuerdan como un profesional serio, buen compañero y dispuesto a ayudar a aquellos que comenzaban en el mundo de la abogacía. Su actividad como abogado de los Sindicatos la ejerció hasta el año 1978, a partir del cual pasó a ejercerla como Letrado Jefe del Fondo de Garantía Salarial (Fogasa) velando para que los trabajadores de empresas insolventes pudieran cobrar lo que se les adeudaba, hasta su jubilación en el año 1993. A partir de esa fecha, se dedicó en exclusividad al ejercicio de la abogacía. Esta labor la compaginó durante muchos años con otras actividades, como fueron la de Secretario del Patronato de Protección de la Mujer y miembro de la Junta directiva del Gabinete Literario.

Ejercicio profesional

Durante sus más de 60 años de ejercicio profesional, destaca la defensa de los intereses de los últimos propietarios de la Casa de los Coroneles en Fuerteventura, como consecuencia de la expropiación iniciada en los años 90 por la Consejería de Cultura del Gobierno de Canarias. A modo de curiosidad, cabe destacar que su primo, el pintor Alberto Manrique, le hizo un retrato en reconocimiento por la labor realizada con dicho expediente.

Por su ejercicio de la abogacía, el Ilustre Colegio de Abogados de Las Palmas le concedió en 1980 la medalla de plata al ejercicio profesional y en 2006 la medalla de oro, en la época del decano Joaquín Espinosa.

Incansable trabajador, pasaba largas horas en su despacho de la calle Bravo Murillo estudiando concienzudamente los casos que representaba y en muchas ocasiones, ejerció desinteresadamente la defensa de personas con escasos recursos. Entre sus pasiones, aparte de la abogacía, estaban la historia, en especial de España, y las armas antiguas, ambas aficiones heredadas de su padre, quien llegó a contar con una de las mayores colecciones privadas de armas antiguas de España y ejerció como Apoderado de defensa del Patrimonio Artístico Nacional.

Don José Manrique de Lara, de carácter afable y una personalidad arrolladora, fue muy apreciado por sus numerosos amigos, querido por su familia y respetado por el mundo jurídico. Siempre respondió a unos principios y valores inquebrantables; y entre sus virtudes destacaban la rectitud, la honradez y la honestidad, como así lo demostró en incontables ocasiones.

El próximo jueves 22 de septiembre a las 20:00 horas, se celebrará la misa funeral en la Iglesia de los Padres Franciscanos.