Guaguas Municipales ha presentado este martes, en el marco de la Semana Europea de la Movilidad 2022, el diseño «flexible, singular y sostenible» que tendrán las 36 paradas que conformarán la red de la futura MetroGuagua, además de la estación de Hoya de la Plata, el paso inferior —subterráneo— de Santa Catalina y la terminal del Puerto. El acto, celebrado en la sede central de la empresa municipal de transportes, en El Sebadal, estuvieron presentes el concejal de Movilidad, Promoción Económica y Ciudad de Mar del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, José Eduardo Ramírez, la arquitecta del estudio TDA Arquitectura y Urbanismo, Elena Nedelcu, y el gerente de Capmar Sistemas de Información, empresa adjudicataria del proyecto, Nicolás Capablo.

El concejal de Movilidad señaló que este es un proyecto «decisivo» para Guaguas Municipales que cuenta con un presupuesto de seis millones de euros. Esas 36 paradas contarán con una estructura modular y sencilla para poder adaptarlas a los espacios urbanos en los que serán instaladas, ubicados a lo largo de un recorrido que cubrirá toda la zona baja de la ciudad, desde Hoya de la Plata hasta la plaza Manuel Becerra, en el Puerto. Asimismo, Ramírez anunció que en los próximos meses instalarán alguna a modo de prueba, para comprobar su encaje en el entorno urbano.

«La parada de MetroGuagua recoge las condiciones particulares de su implantación en la ciudad, su climatología y las necesidades de la nueva línea de transporte rápido», ha explicado la arquitecta Elena Nedelcu, al tiempo que ha concretado que «se trata de un diseño flexible que interpreta en clave urbana las funciones clásicas de una parada de guaguas: señalización, información, espera y abrigo», transmitiendo una imagen «ligera, moderna y alegre» inspirada en el ambiente marino.

Parada «permeable»

Según explicó Nedelcu, el modo en que la cubierta se ancla al suelo mediante dos «patas» está optimizado para ocupar el menor espacio posible sobre la acera y evitar crear una barrera física entre la calzada y los comercios o el espacio público que queda detrás de la parada. «No existe un parte trasera, la parada es muy permeable para la circulación, de manera que los pasajeros puedan subir y bajar, aproximarse o alejarse del vehículo en el menor tiempo posible», señaló la arquitecta, añadiendo que la pretensión es que el elemento funcione como una pieza de mobiliario urbano más, con un banco bajo una cubierta que protege del sol y de la lluvia al pasajero durante el corto tiempo de espera, ya que se prevé una frecuencia de paso entre vehículos de unos cinco minutos.

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Este es el diseño de las 36 paradas de la MetroGuagua TDA Arquitectura y Urbanismo

Además de la cubierta y el banco, la parada dispone de otros elementos funcionales como una máquina expendedora de billetes, una pantalla táctil con información de movilidad en la ciudad, un poste de señalización alimentado con energía solar con la información en tiempo real sobre la llegada del próximo servicio —como los que ya hay en la actualidad—, red wifi a disposición de los viajeros y una papelera para residuos. También se prevén diferentes paneles donde se pueden instalar pantallas o información estática.

La parada incluye una serie de facilidades que la hacen accesible para personas con diversidad funcional, tales como paneles táctiles, sistemas de aviso e información por audio, además de señalización en el pavimento. Para los pasajeros con movilidad reducida, se prevén sitios exclusivos de espera y sistemas de aviso en tiempo real para agilizar el acceso a la guagua de las personas en silla de ruedas.

Los materiales que se emplearán son duraderos y adaptados al uso en una ciudad de ambiente marino. La estructura contará con perfiles de acero inoxidable y la cubierta ligera será de fibra de vidrio, también para evitar la corrosión. Según Ramírez, lo que se ha pretendido es realizar un diseño lo más sencillo posible, con reducción de elementos al mínimo, para simplificar su mantenimiento y evitar actos vandálicos.

Configuración modular y adaptable

El diseño propone un sistema flexible y modular para adaptarse su implantación a las diferentes dimensiones y configuraciones del emplazamiento en los distintos puntos del recorrido de la línea. El objetivo es encajar en cualquiera de ellos sin molestar y sin crear inconvenientes en su entorno. Se pueden configurar paradas de uno, dos o tres módulos, en función de la afluencia de los viajeros o del espacio libre disponible, e incluso se puede prescindir de su cubierta si fuera preciso por las especiales características del emplazamiento.

El módulo base incorpora la estructura de dos patas y la cubierta en forma de dos alas, el banco y el resto de los elementos que, al no estar unidos, permiten ser desplazados o suprimidos si fuere necesario. Esta flexibilidad de configuración es un requisito, puesto que la línea de MetroGuagua recorre lugares tan diferentes en la ciudad como el paseo Felipe Blas Cabrera, la avenida Mesa y López o el paso frente al Mercado Central. El diseño está pensado para que, ya sean necesarios uno, dos o tres módulos, la parada encaje en cualquier emplazamiento sin perder su imagen continua ni su funcionalidad. Una configuración «a la carta» adaptable en cualquier lugar de la ciudad.