Entre fuertes pasos, toques de corneta, golpes de bombo y salvas de cañones, la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria rindió homenaje este sábado, más de 400 años después, a aquellos artilleros de la antigua Fortaleza de Las Isletas y vecinos de la capital, que repelieron el ataque de los corsarios de británicos Francis Drake y John Hawkins, en la posteriormente conocida como Batalla de la Naval de 1595.
Los jardines del Castillo de la Luz fueron el escenario de este acto conmemorativo por el 427 aniversario de la gesta de las milicias grancanarias, que cada año se celebra en el día grande de las populares Fiestas de La Naval en honor a Nuestra Señora de la Luz, Patrona General del Puerto y Alcaldesa Mayor Perpetua de la ciudad.
Para el presidente de la comisión de fiestas de La Naval, Francisco Medina, este es «uno de los actos más importantes de las fiestas porque recuerda la historia de la ciudad y del Puerto, así como el acto heroico de la artillería del Castillo de la Luz y de los vecinos».
El acto sirvió para realizar la entrega del bastón de mando al nuevo alcaide del Castillo de la Luz
Una brigada del Regimiento de Artillería Antiaérea 94 (RAAA 94) de La Isleta, heredero de aquellos artilleros del siglo XVI, fue la unidad encargada de realizar la parada militar delante del Castillo, rindiendo homenaje a todos los caídos por la defensa de Gran Canaria de ataques extranjeros y, especialmente, a los que perecieron en la Batalla de La Naval, en 1595. No faltaron los estandartes y uniformes de época, así como una batería formada por cuatro cañones antiguos de 75 milímetros, que dieron final a la ceremonia con una estruendosa salva de artillería que dejó impactado al público allí presente.
El alcalde de la capital, Augusto Hidalgo, presidió el acto junto al coronel jefe del RAAA 94, José Miguel Salvador. También estuvieron presentes múltiples representantes del consistorio capitalino y de las Fuerzas Armadas, así como el cronista oficial de Las Palmas de Gran Canaria, Juan José Laforet.
Nuevo alcaide del Castillo
La ceremonia conmemorativa sirvió, asimismo, para realizar el acto de entrega del bastón de mando y el diploma representativo como alcaide del Castillo de la Luz al coronel Salvador.
El alcalde capitalino destacó la importancia de este evento dentro de las Fiestas de La Naval, dado que «significa la existencia de la propia fiesta». Hidalgo evocó también la valentía de los que defendieron a la Isla hace ya más de cuatro siglos de la invasión enemiga y destacó que hechos de armas como el de la Batalla de La Naval han forjado el carácter de la ciudad hasta la actualidad. «A partir de estos episodios bélicos comenzó a fraguarse la gran capital que es hoy Las Palmas de Gran Canaria, una ciudad abierta, respetuosa, dinámica y cosmopolita», aseguró.
Por su parte, el coronel José Miguel Salvador consideró que «no hay que olvidar eventos como este, porque los valores que se manifestaron en aquella jornada victoriosa son totalmente actuales». Para Salvador, la valentía y el arrojo «son los principios éticos y morales sobre los que se sustentó la victoria en aquel momento y siguen vigentes en los artilleros de La Isleta».
Traslado de la Llama y procesión
La jornada festiva de ayer continuó a las 19.00 horas con el traslado de la Llama Simbólica, que dio origen al nombre de La Luz. Este recorrido, efectuado también por el RAA 94, se desarrolló desde el antiguo Campo de España, en la avenida Juan XXIII, hasta la Iglesia la Luz, en La Isleta.
Una brigada del Regimiento de Artillería Antiaérea 94 desfiló en una parada militar
Posteriormente, a las 20.00 horas tuvo lugar la procesión de la Venerada Imagen de Nuestra Señora de la Luz, que este año volvió a recorrer hasta siete calles del barrio marinero.
El punto final al día grande de las Fiestas de La Naval lo puso el espectáculo pirotécnico, con multitud de fuegos artificiales que recrearon la batalla entre los navíos británicos y la fortaleza capitalina.