Cuatro pollos de pardela han sido rescatados esta semana gracias a la colaboración ciudadana, después de que las aves acabaran en la arena de la playa de Las Canteras aturdidas por las luces de las farolas del paseo tras abandonar sus nidos.

La concejalía de Ciudad de Mar del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria se suma, un año más, a la campaña de protección de la pardela cenicienta, que tiene como objetivo recuperar y ayudar a volver al mar a los pollos de esta gran ave marina.

Gracias a la cooperación ciudadana, en los últimos tres días, se han recuperado cuatro pardelas en la playa de Las Canteras.

La pardela cenicienta es una de las mayores aves marinas de Canarias.

De hábito pelágico y migrador, solo acude a la costa para reproducirse y, precisamente, en esta época del año, los pollos, al realizar sus primeros vuelos se desorientan con la contaminación lumínica y resultan heridas al caer al suelo o sin incapaces de remontar el vuelo.

El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, a través de la concejalía de Ciudad de Mar y la Policía Local, colabora cada año en el rescate y traslado de estos ejemplares de pardelas al centro de recuperación de Fauna Silvestre del Cabildo de Gran Canaria en Tafira, donde se recuperan de sus heridas y son devueltas a su hábitat natural para continuar su migración atlántica.

Pollo de pardela en Las Canteras José Quintana

Desde que comenzó la campaña a finales de septiembre han llegado al centro insular de fauna unas 20 pardelas rescatadas en diferentes espacios de la capital, sobre todo en el entorno de La Isleta, Playa de Las Canteras, en la zona de El Rincón, en el Puerto de Las Palmas, en el Parque de Santa Catalina y de manera singular, en Miller Bajo.

Ciudad de Mar recuerda a la ciudadanía que si se encuentran con un pollo de pardela en las playas pueden avisar al centro de recuperación de fauna silvestre, 928 351970, al 112, a la Policía Local, o comunicarlo directamente a los operarios de limpieza y mantenimiento de playas.

Para no dañar al pollo se debe recoger cubriéndolo previamente con una toalla o similar para evitar que se asuste, introducirlo en una caja de cartón con agujeros y dejarla en un lugar fresco y oscuro sin alimentarlo ni darle de beber hasta que los servicios públicos de medio ambiente procedan a la retirada del ave.