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Tamaraceite

Las viviendas de los descendientes de Adeun necesitan restauración

Urge un plan de rehabilitación y conservación de las casas cuevas de La Montañeta, creadas en la época en la que los antiguos canarios gobernaban el cantón

Vista de Tamaraceite a finales del siglo XIX La Provincia

En las últimas semanas hemos estado leyendo o escuchando en diversos medios de comunicación la polémica sobre la aprobación del API 08 o también llamado Plan Especial del casco Histórico de Tamaraceite.

Al margen de valoraciones, positivas o negativas, sobre la redacción del mismo, ya que no soy yo la persona más adecuada para hacerlo, sí que estamos de acuerdo todos los vecinos en que Tamaraceite necesita un plan de rehabilitación, porque no se ha acometido ninguna acción de rehabilitación ni conservación en más de cincuenta años, y las que se han hecho son acciones puntuales que han generado el descontento entre mucha parte del vecindario.

Aclarando la necesidad de un plan de actuación de rehabilitación que lleve aparejado un plan de embellecimiento urbano en la zona, me atrevería a decir que es de urgencia el que se apruebe y se ejecute.

Tres jovenes pasean por La Montañeta La Provincia

No obstante, mi pregunta es la siguiente: ¿nadie se ha parado a pensar en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria en la joya etnográfica que tenemos en la Montañeta? Para el que no lo conozca, un cono volcánico que tiene su mayor altura en la Plaza de La Cruz y que Vicente Araña clasifica como un volcán reciente. 

Este cono está muy erosionado y degradado por el sobrepoblamiento, la abundancia de construcciones y por las aguas superficiales que han ido arrastrando materiales con el paso de los siglos a zonas sedimentarias limítrofes y al barranco de Tamaraceite.

Es un espacio que ha servido de viviendas naturales desde época prehispánica, cuando Adeun reinaba el cantón de Atamarazaid, antes de la llegada de los castellanos.

En la Montañeta de Tamaraceite o la Montaña de la Cruz, conocida por la cruz que la preside, es donde se celebra la tradicional bendición de los animales en las fiestas del barrio cada mes de enero y a cuyos pies hay muchísimas cuevas.

 Cuevas, muchas de ellas que han llegado hasta nuestros días, aunque poco a poco y sobre todo a mitad del S XX, el tamaraceitero ha ido transformando, haciendo sus «casas» más modernas con fachadas de una o dos plantas y alguna habitación más en la azotea. Pero dentro continúan teniendo las cuevas que dan un fresquito en verano y son calentitas en invierno, con agua y luz y algunas hasta encaladas.

El API 08 no plantea nada sobre la conservación o rehabilitación de las mismas, ni para las fachadas, muchas de ellas centenarias que están en un estado de conservación calamitoso. 

Destrucción del patrimonio

Por ello nos preguntamos: ¿Por qué denominarle plan de rehabilitación y conservación si no se trata de rehabilitar ni conservar nada? Porque de lo único que trata este API 08, es de hacer calles nuevas y derribar casas cuevas, eso sí, siempre que el propietario esté de acuerdo, al menos eso dicen los técnicos del ayuntamiento, aunque esa sea un arma de doble filo.

Porque para rehabilitar y restaurar las fachadas habría que realizar otro proyecto denominado de embellecimiento. Quizás es un problema de denominación, pero que lleva a la confusión de la ciudadanía, personas humildes de barrio, que no entienden ni de planeamiento, ni de procedimientos, lo único que quieren es no perder su propiedad y seguir viviendo en su cuevita. 

En Andalucía, este mismo año, se publicó un nuevo reglamento de la Ley del Suelo que dedica su título IX, a las casas-cueva como parte del hábitat tradicional e histórico. En la propia Ley se permiten actuaciones urbanísticas en los barrios de cuevas, para mejorar las dotaciones y su entorno, y a la vez fomentar el uso turístico de un tipo de vivienda singular y por ello con indudable atractivo. Esto es para los andaluces porque por lo visto para los políticos canarios esto es una vergüenza.

Pero es que en Tamaraceite ya estamos hartos de que se «carguen» nuestro patrimonio histórico, natural y etnográfico y si no para muestra varios botones: la ermita y las cuevas de San Gregorio, la Montaña de San Gregorio, Las Charcas de San Lorenzo dentro del Paisaje protegido de Pino Santo, el Barranco de Tamaraceite, el Puente, el entorno de la Mayordomía, las viviendas históricas de la Carretera General y ahora las casas-cuevas de la Montañeta,.. y casi un kilómetro del Camino Real que unía a Tamaraceite con San Lorenzo y que quedó sepultado bajo los grandes centros comerciales, aún estando catalogado dentro de la Red de Senderos de la Isla de Gran Canaria.

Quizás ese es nuestro destino, el de la pobre gente de barrio, que tenemos que aguantar lo que nos echen, porque no vemos que se lo salten ni en Vegueta, ni en Triana ni en Ciudad Jardín. 

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