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Puerto

Los regatistas atan los últimos cabos

El Muelle Deportivo rebosa actividad entre los pantalanes, en la previa de la salida de la ARC Plus. Entre los preparativos, siempre hay tiempo para disfrutar

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La ARC Plus calienta motores JC Guerra

Banderolas al viento y mucha actividad la que se respiraba ayer en el Muelle Deportivo de Las Palmas de Gran Canaria, en la jornada previa a la salida de la regata transoceánica Atlantic Rally for Cruisers (ARC) en su modalidad Plus, que tendrá lugar hoy, con dos salidas (12.45 y 13.00 horas).

Las tripulaciones de los 91 veleros participantes en esta distancia, se movían frenéticas entre los pantalanes, intentando ultimar todos los detalles para afrontar la primera parte de la travesía que tiene como destino el puerto de Mindelo (Cabo Verde). 

Tampoco cesaba la actividad en la zona comercial. Las tiendas de ventas de utensilios y repuestos náuticos contaban con una notable afluencia de navegantes que intentaban hacerse con el equipamiento necesario. «Nunca está de más, tener un poco más de cable en la recámara, por lo que pueda pasar», comenta Harry, perteneciente a uno de los barcos que tienen bandera de Canadá, justo a la salida de uno de los comercios. 

Para él era la primera vez que pasaba por Gran Canaria, aunque reconoció que sus compañeros «ya habían venido y participado» en esta regata. «Estamos repasando la check-list, pero ya está casi todo preparado. Intentaremos tener tiempo para disfrutar esta noche (por ayer)», remarca.

Unos cuantos metros más al norte, el Saylor’s Bay Bar estaba en ebullición. Centro neurálgico de reunión tanto de los regatistas como de los marineros locales que tienen sus barcos atracados en el Muelle Deportivo, la cafetería no tenía ni una mesa vacía. En el vaivén de los camareros, uno de ellos le comentaba a un cliente, «esto va a ser así hasta finales de noviembre. Desde que se abre hasta el cierre, es un no parar». 

En los servicios de lavandería se encontraba Emma, juntos con sus dos hijos, Enzo y Loana, haciendo las últimas coladas. «Aprovechamos para lavar algo de ropa y sobre todo las mantas y llevarnos todo limpio», indica. Pese a que son conscientes de que una travesía de este tipo tiene sus riesgos, confía en que salga «todo bien» y aludió a «la buena organización de la prueba», en la que ya habían participado en anteriores ediciones. 

Sesiones de seguridad

Las condiciones y advertencias sobre la seguridad son una de las premisas en la que mayor hincapié se hace desde el comité organizador de la prueba, que al mediodía mantuvo la reunión con los patrones en las instalaciones del Club Natación Metropole. 

Las instrucciones aportadas vinieron a reforzar las diferentes sesiones formativas -que se llevaron a cabo en la jornada del jueves- para los participantes dedicadas a mostrar en detalle algunos de los elementos y prácticas de rescate importantes, por si se diese el caso durante el viaje. 

Por un lado, el instructor principal de Hamble School of Yachting, Roger Semour, también director del equipo de inspección de seguridad ARC Plus, hizo una demostración de bengalas, contando con la colaboración de sus compañeros inspectores. A los participantes se les mostró cómo encender una bengala, se les explicó el proceso y se les dieron consejos importantes para dispararlas en caso de una emergencia en el mar. 

Los restaurantes y las tiendas de náutica contaron con bastante movimiento durante la jornada

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Además, las tripulaciones disfrutaron de una demostración en vivo de un rescate en helicóptero en el mar de Salvamento Maritimo Air-Sea Search and Rescue con la ayuda de Helia2, quien voluntariamente ofreció su bote para el rescate. Muchos más espectadores de todo el Muelle Deportivo se unieron a los participantes en el dique para ver cómo se desarrollaba la operación. 

En busca de un sueño

Entre el frenesí que supone la jornada previa al inicio de cualquier evento, no deja de haber tiempo para el disfrute. La tripulación más joven de la regata, la del Tokerau, ocupa su tiempo preparando las cañas de pescar con las que tienen la intención «de pescar algo» durante la travesía. 

Capitaneado por Joaquín, que cuenta con 26 años, y bien secundado por su mujer, Antonia, estos jóvenes chilenos se encuentran inmersos en lo que se podría catalogar como la consecución de un sueño. Antonia explica la idea de recorrer los océanos tuvo su origen en la más tierna infancia. 

Ella, junto con el resto del grupo formado por Teresa, Fernanda y Nicolás, practicaban la vela desde que eran unos niños. «Competíamos en Optimist y desde entonces, hemos soñado con navegar en velero por el mundo», dice. 

Las tripulaciones de diferentes veleros coinciden en que están cumpliendo «un sueño»

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Recién casados -hace unos siete meses que pasaron por el altar-Antonia y Joaquín decidieron comprar un velero en Italia. «Desde entonces, hemos estado dos meses en el Mediterráneo, para después salir desde Gibraltar y unirnos a la regata», remarca. 

La intención de ambos es llegar hasta la costa chilena, para vender la embarcación, aunque antes les gustaría estar año y medio haciendo vida en el mar. Sus compañeros de aventura no cuentan con tanto tiempo. Con sus respectivos trabajos, han tenido que hacer un esfuerzo extra durante el año, para poder contar con los días libres necesarios y tener la oportunidad de vivir esta experiencia. 

Una avería en la botavara, retrasó su salida desde Gibraltar, por lo que arribaron a la Isla con poco tiempo para visitarla, aunque destacan que «el recibimiento de la gente de aquí ha sido espectacular» y esperan repetir visita en un futuro no muy lejano. 

Inculcando valores

En el catamarán Maroro, procedente de Méjico, el ritmo es algo más tranquilo. A bordo, uno de los tripulantes corta verduras y prepara la fruta, mientras el capitán Imanol y su familia están en el interior entretenidos antes de abordar el almuerzo.

«Ante todo en la travesía, lo primero es la seguridad», apunta el patrón del ‘Maroro’, Imanol

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La vinculación de esta tripulación con el mar viene desde hace muchos años. «Siempre hemos mantenido una estrecha relación con la navegación, es un mundo al que la familia ha estado ligado durante muchos años», subraya. 

Imanol reflexiona en alto. Ha llegado a una fase en su vida, en la que se ha dado cuenta que el tiempo pasa y que los niños (sus hijos) crecen. Es por ello que ha visto en la ARC -de la que ya tenían noticias por algunos conocidos- la mejor oportunidad para «mostrarles (a los más pequeños) que existen otras realidades»

«Vivimos en una sociedad en la que el ritmo que te marca el trabajo es alto, el estrés de las grandes ciudades te va invadiendo y la excesiva dependencia de la tecnología hacen que las nuevas generaciones hayan perdido el contacto con la naturaleza», manifiesta. 

Ante este escenario, nada mejor que hacer un alto en el camino y aprovechar el tiempo de calidad con la familia. Imanol considera que «esta experiencia es una buena forma de inculcar valores a los niños y que refuercen el vínculo con el mar». 

En lo que al apartado de preparación del viaje se refiere, el capitán del Maroro lo tiene muy claro: «Ante todo, lo primero -lo segundo y lo tercero- es la seguridad», aunque espera -«ojalá»- no tener que hacer uso de las instrucciones recibidas para afrontar situaciones de emergencia. 

Destaca Imanol la amabilidad de la gente que han tratado en la capital grancanaria y aunque en esta ocasión no han tenido tiempo de conocer mucho, reconoce que «en la próxima ruta, estaría bien visitar tanto Gran Canaria como el resto de islas».

La bodega de la ARC: «Al rico camarón»

La popa del Attitude emanaba un olor de esos que abre cualquier estómago circundante. El capitán de la embarcación portuguesa, Rui, se afanaba divinamente en la barbacoa, dándole vuelta a lo que denominó como «camarones», que en las Islas es más conocido como langostinos. Una decena de personas conforman el grupo de viajeros que partirán hoy rumbo al Puerto de Mindelo, en Cabo Verde, donde harán escala para abordar el último tramo hasta el destino final de la ARC Plus, la isla de Granada, en el Caribe. Para Rui «el mar es lo más bonito que hay, casi un obsesión», por lo que participar en esta regata «supone un sueño cumplido», en el que esperan vivir «una experiencia inolvidable». El patrón portugués no tenía ningún vínculo profesional con el mar -se dedica a la industria farmacéutica-, aunque es cierto que sí que tiene bastante experiencia navegando. Tanto Rui como el resto del grupo en el barco opinan que «la Isla es preciosa» y valoran no sólo los langostinos -«que son canarios»- sino también el resto de bondades de Gran Canaria. | X. L.

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