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Puerto
Daura Vega Doctora, investigadora principal del proyecto DeepPlas de la universidad de las palmas de gran canaria

Daura Vega: «Los microplásticos pueden proceder del agua de nuestras lavadoras»

Imagen de Daura Vega, con un mural dedicado al plástico de fondo. José Carlos Guerra

La doctora e investigadora principal del proyecto ‘DeepPlas’, que determina la acumulación de microplásticos en las profundidades de las aguas canarias, participó recientemente en el evento de la asociación ‘Friends of the ocean’, que organiza Asocelpa. El estudio cuenta con el apoyo de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, la Agencia Canaria de Investigación e Innovación y el Instituto Español de Oceanografía.

El problema de la acumulación de los microplásticos está, desgraciadamente, en auge. El litoral de Las Palmas de Gran Canaria no es ajeno al mismo. ¿Dónde se encuentra el origen de la incidencia?

Orígenes de microplásticos puede haber muchos, pero uno de ellos, en el que además todos somos responsables, puede ser el agua que procede de nuestras lavadoras. La ropa sintética desprende fibras plásticas y cada lavado acaba por último en la estación depuradora. Estas instalaciones tienen una capacidad de retención más o menos avanzada (dependiendo del modelo), pero la retención no es muy elevada. En Canarias en general, y en Las Palmas (de Gran Canaria), en particular, las salidas de las depuradoras se vierten en el mar y afectan sobre todo al litoral municipal.

En la arena de la playa de Las Canteras suelen verse algunos restos de microplásticos ¿podría ser uno de los puntos negros de la costa capitalina?

Es una respuesta complicada. Las Canteras es una de las zonas que se muestrea sistemáticamente y, efectivamente, hay evidencias de llegadas de microplásticos, sobre todo de la barrera hacia afuera cuando hay marea baja -hay estudios que lo avalan-. En función de si sube la marea y según el oleaje, los microplásticos sí que entran en la playa. No podría asegurar que sea un punto negro, sino que es una de las zonas que más se ha estudiado. Podría haber zonas en las que las llegadas sean más importantes pero no se han hecho estudios, entre otras cosas, porque la metodología del muestreo de microplásticos en costa, se hace en playas de arena, pero no en zonas de piedras como la Avenida Marítima, por ejemplo. 

El proyecto en el que participa, DeepPlas, estudia la acumulación de microplásticos en las aguas profundas de Canarias, pero ¿se podría hacer una valoración conjunta con lo que se acumula también en la costa?

Las valoraciones globales son muy aproximadas, porque es muy difícil extrapolar los datos. En profundidad, las muestras son de 72 litros de agua, por lo que la cantidad de masa y peso de microplástico es muy poca, pero en unidades, si podemos hablar de decenas de restos de microplásticos que se pueden recoger en esta cantidad. Sin embargo, no podemos decir que sea representativo de todo el océano, sería muy atrevido. 

Los datos que maneja la comunidad científica dicen que son entre 8 y 12 millones de toneladas de plástico los que se vierten en el mar anualmente. ¿Tienen los océanos capacidad para soportar tal cantidad de residuos?

 Aún siendo conservadores y tomando como dato que sólo son 8 millones de toneladas de plástico los que se vierten, la realidad es que esa cantidad con lo que luego se mide en la superficie, no encaja. Los valores no cuadran, por lo que se habla del plástico perdido. Esa es una de las cosas que nos lleva a a decir que a lo mejor lo que está ocurriendo es que esos millones de toneladas que se han ido acumulando año tras año, se han fragmentado tanto, que están dispersos por todos los océanos del mundo, en toda la vertical, en toda la columna de agua.

¿Y hay perspectiva de que se degraden en el mar estos residuos en un corto espacio de tiempo?

Las degradaciones son muy lentas. Depende del tipo de plástico, de su composición, su tiempo de degradación puede variar, pero esta en una media de 400 años. Si tenemos en cuenta que el plástico sólo tiene 70 años de existencia y la duración de nuestro ciclo de vida humana, todavía queda mucho para que ese plástico que se produjo en los años 50 (del pasado siglo) se empiece a degradar.

¿En qué situación se encuentran los mares de Canarias?

Canarias desde el punto de vista científico tiene una situación única. La evaluación y la determinación del origen de los microplásticos en otras zonas de la Península, como Cataluña por ejemplo, es menos complicada, porque las referencias están en la costa. En nuestro caso (las Islas), los aportes que llegan a nuestras cosas sabemos que proceden de lugares situados a 5.000 kilómetros. En Canarias, junto con Madeira y Azores, no sólo tenemos la ventaja de estar en mitad del océano, sino que además tenemos mucha profundidad en poca distancia y eso es una singularidad a la hora de realizar estudios. Lo que vemos es que las llegadas de microplásticos son importantes, pero lo que más preocupa es que las valoraciones extraídas del estudio de nuestrso mares son un reflejo del Atlántico. 

Por lo tanto, ¿se puede afirmar que Canarias es un buen laboratorio para realizar los estudios de microplástico en todo el océano?

Canarias nos permite tener un acceso al océano profundo fácil y rápido. Para alguien de Cádiz, por ejemplo, este acceso le supone días de trayecto de barco oceanográfico. Para nosotros son sólo horas. Eso nos da una posición estratégica desde el punto de vista científico, porque hay una reducción de coste para acceder a los lugadores de estudio, en comparación con otros territorios peninsulares. 

«Los resultados de los estudios en Canarias son el reflejo del estado del océano Atlántico»

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En el ámbito insular, la costa este de Gran Canaria es la que mayor afección tiene con la llegada de los residuos plásticos, ¿se sabe el porqué?

Hasta ahora no hemos hecho un estudio siguiendo el rigor científico y la metodología necesaria, pero sí que hay indicios que la costa este sobre todo del ámbito teldense, están llegando cantidades más altas que en otros puntos de la Isla. Obviamente no tiene nada que ver con el municipio en sí mismo, son las corrientes las que lo traen, pero atestiguarlo requiere tiempo y financiación para poder ampliar los puntos de estudio.

¿Es cierto que a las Islas llegan restos de microplásticos vertidos en el Mar Mediterráneo?

Es uno de nuestros campos futuros de investigación. Hay certeza de que el Mediterráneo es uno de los mares más contaminados de plástico en el mundo y que el agua que sale por el Estrecho de Gibraltar, finalmente se incorpora a las mareas atlánticas -por sus características de salinidad y temperatura-. Debido a la dinámica océanica, esa masa de agua llega a las Islas y queremos ratificar que lo hace con microplásticos. 

Uno de los efectos más visuales es la conocida como Sopa de plástico del Pacífico. ¿Es eficaz destinar recursos para su limpieza directa?

Hay un proyecto que se llama el Ocean Clean Up, para limpiar esta gran acumulación de residuos en el Pacífico. Pero la comunidad científica parece indicar que como el problema es global y es grande, esa no sería la manera más efectiva de solucionarlo. No es que no sea positivo, es que tenemos otros problemas mayores, ese sería un poco el mensaje. Desde el punto de vista de la rentabilidad, es mejor destinar recursos para intentar equilibrar la curva de vertidos desde tierra que hay en la actualidad, porque la cantidad de basura que se tira al océano sigue creciendo. Hay un proyecto que se llama el Ocean Clean Up 2.0, que tiene el apoyo científico, para filtrar el agua que sale de los ríos hacia el mar.  

El trabajo de concienciación ciudadana se hace incluso más importante entonces...

Totalmente y además a nivel mundial. Hay países en los que tirar basura al mar no supone ningún problema. Hay que tomar conciencia de que el mar es uno sólo y estamos todos conectados. Si se ha vertido en el Pacífico es muy probable que tarde o temprano una parte llegue al Atlántico, no podemos pensar en un problema de Europa, Asia o Norteamérica, porque al final el océano de una manera u otra lo va interconectar, y va a ser un problema de todos. 

Por último, ¿considera que aún hay tiempo para intentar limpiar los océanos?

Considero que no debemos rendirnos nunca. Todo pasa por tener una mayor educación y conciencia ambiental. Las acciones deben partir desde los gestos individuales. 

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