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Servicios Sociales

Las ONG reclaman más recursos para afrontar el repunte de las drogadicciones

Yrichen y Calidad de Vida registran un incremento en la demanda de ayuda, que oscila entre el 10% y el 20% , pero reciben la misma subvención que hace 5 años

Unidad de Atención de la asociación Calidad de Vida Juan Castro

La Fundación Canaria Yrichen y la Asociación de Integración Social Calidad de Vida reclaman más recursos de las administraciones para poder afrontar el repunte de las drogadicciones, cuyo incremento oscila entre el 10 y el 20%, al menos en esos porcentajes oscila el crecimiento en la demanda de ayuda, según los datos no definitivos que manejan ambas organizaciones, que atribuyen al empobrecimiento de la gente derivado de la pandemia, entre otros factores. Tanto Juanjo Pérez Estévez, director de Yrichen, como María Lidia Rodríguez Santana, presidenta de Calidad de Vida advierten del creciente incremento de las adiciones sin sustancias, de gente cada vez más joven enganchada al juego y a las tecnologías, que están cambiando el perfil de la gente enganchada, un problema del que aún se desconoce su dimensión porque estas personas no suelen pedir ayuda.

"Si la situación económica empeora , si hay más crisis y más inflación y las condiciones de vida son más difíciles, todo eso impacta o retroalimenta directamente el aumento de conductas adictivas, especialmente aquellas más ligadas a la vulnerabilidad como el consumo de heroína y sustancias duras", explica Estévez, quien añade que seguramente "la mayoría de la gente que está en las calles de la capital grancanaria" debido a problemas de adicción, "seguramente ya estaba antes, sólo que ahora empezamos a tomar más conciencia de ello y la gente que antes estaba mal lo tiene más chungo ahora. Si llevas tres años sin currar, ahora lo tienes más difícil".

En opinión de Rodríguez Santana, en estos momentos "se están percibiendo los efectos de dos años de pandemia", al principio de la cual se interrumpieron terapias y actividades presenciales y aunque la "red de adicciones siguió funcionando en Canarias , atendiendo a la gente, no pudo hacerlo en las mismas condiciones".

Además, añade, el aislamiento en las casas provocó en muchos casos el incremento en el consumo de alcohol y la tecnoadicción.

"Todo ello fomentó que aparecieran pautas de consumo no habituales. Se trata de una suma de muchos factores que han motivado un repunte de personas que se están enganchando a sustancias y, sobre todo, a conductas adictivas" como el juego.

Ambas ONG se quejan, en la línea del SOS lanzado el pasado junio por la Asociación Canaria de Adicciones, de que los recursos son los mismos que hace cinco años, mientras que la demanda de atención aumenta.

En las unidades ambulatorias de atención de Yrichen, la demanda de ayuda ha crecido entre un 15% y un 20%, lo cual "genera una lista de espera y más dificultades" para intervenir con gente que tiene problemas con drogas duras, alcohol, cannabis, pastillas, apuestas, tecnoadicción, aunque recuerda que "las reinas del mambo" siguen siendo el alcohol y el "uso irresponsable" de fármacos ansiolíticos, que "están superfeminizados y tienen mucho que ver con la violencia de género", entre otras causas.

Por su parte, Calidad de Vida, que tiene cuatro centros en Las Palmas de Gran Canaria, ha registrado un aumento que oscila entre un 10% y un 15%, aunque advierte que no son datos definitivos porque todavía no se ha cerrado la memoria. La ONG atiende a 1.600 personas en centros. Con los proyectos de prevención llegan a 5.000 personas al año.

Yrichen atendió durante el pasado año a 1.800 personas en las unidades de tratamiento, pisos de apoyo, casas de acogida y comunidades terapéutica interpenitenciarias. Con las campañas de prevención llegaron a 7.000 personas.

"Necesitamos más recursos y que el tratamiento de la adicción sea una prioridad en la agenda pública y la dote de una financiación más estable. Nuestros costes también han subido un montón, desde la fabricación de metadona hasta el personal y seguimos cobrando la misma subvención que hace cinco años. Por lo menos que se tenga en cuenta el IPC en las subvenciones, porque de lo contrario atenderemos peor a la gente", advierte el director de Yrichen, quien lamenta que el tratamiento de las adicciones "no sea una prioridad para las administraciones y desgraciadamente tampoco para la sociedad. Nos estamos durmiendo".

Para ambos gestores es fundamental un tratamiento holístico e integral del problema. Citan por ejemplo los casos de personas que terminan un tratamiento y "no tienen donde ir porque no hay pisos tutelados ni viviendas de inserción ni nada y al final todo se va al carajo y vuelven otra vez a consumir". La falta de continuidad implica que todo el esfuerzo de años no sirva para nada y que, en algunos casos, desaparezcan las posibilidades de recuperación.

Estévez echa también en falta campañas de prevención potentes que alerten a la gente joven.

Al respecto constata el aumento del consumo de heroína, que está invadiendo las calles canarias desde la crisis financiera de 2008.

Juanjo Pérez Estévez :"La heroína y las enfermedades de transmisión sexual han aumentado porque ha disminuido considerablemente la percepción de riesgo. Los pibes y pibas no tienen ni idea de lo que supuso la heroína en los 80"

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Cada vez se ven más jeringuillas tiradas por la calle, un claro indicio del aumento de su consumo.

"Yo siempre hago una analogía entre la heroína y las enfermedades de transmisión sexual. En ambos casos han aumentado porque ha disminuido considerablemente la percepción de riesgo. Los pibes y pibas de ahora no tienen ni idea de lo que supuso la heroína en los años 80. Y con las enfermedades de transmisión sexual pasa lo mismo. Si descienden las campañas de prevención es normal que baje la percepción de riesgo y que los problemas crezcan", subraya.

En cuanto al perfil de la persona adicta, Lidia Rodríguez subraya que está cambiando muchísimo. "Hasta hace unos años el perfil era el de un hombre que rondaba los 45-50 años, sin trabajo y con pocos estudios. Hoy en día el perfil es distinto, porque en estas nuevas formas de adicción sin sustancias cabe todo, desde un ama de casa que tiene 60 años a un chaval de 15 años que sale con un amigo y lo dejan entrar en una casa de apuestas . Si nos ajustamos a los resultados de nuestra memoria, va a seguir saliendo el perfil ese de 45-50 años, que sigue consumiendo heroína y tabaco y alcohol. Si pudiéramos tener acceso a toda la información de la gente que está ahora mismo" enganchada al juego o a las tecnologías, el "perfil cambiaría radicalmente".

Lidia Rodríguez Santana: "En los últimos años nos hemos olvidado de que las drogas seguían ahí. Cuando el problema se atajó y se estaba controlando, el problema dejó de existir para la sociedad".

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Rodríguez destaca que la red canaria de adicciones "es muy buena, muy bien organizada y con muchísima experiencia. Hace poco se aprobó el Plan Canario Sobre Adicciones y el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria está trabajando en la elaboración de su propio plan de adicciones. Lo que pasa es que las circunstancias económicas influyen y en los últimos años nos hemos olvidado de que las drogas seguían ahí. Cuando el problema se atajó y se estaba controlando, el problema dejó de existir para la sociedad".

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