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El hip hop más inclusivo se hace notar en Vegueta

El Centro de Artes Plásticas saca a la calle distintas disciplinas, de la danza a la música, la pintura y la escultura a través de lo urbano

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Actividad N2K-PAS de Artes Plásticas del Cabildo Ángel Medina

Vegueta cambió las parrandas que cada domingo acuden al mercadillo de la plaza del Pilar Nuevo por la cultura hip hop. Danza, rap y grafiti estuvieron presentes este domingo en la trasera de la catedral de la mano del Centro de Artes Plásticas del Cabildo, con la participación de la asociación Asdownsur, entre otros.

Uniformados de blanco y negro, nueve chicos y chicas suben al escenario dispuestos a improvisar unos pasos. Ensayan una vez por semana y son unos cracks de la improvisación, cuentan. Suena la música, el funky y el rap con aires más noventeros inunda la trasera de la catedral y una de las integrantes del grupo no duda a la hora de demostrar flow en la pista. Todos ellos forman parte de la asociación síndrome de down del Sur (Asdownsur) y este domingo dieron una exhibición en la plaza del Pilar Nuevo con motivo del N2K-PAS organizado por el Centro de Artes Plásticas, dependiente del área de Cultura del Cabildo de Gran Canaria.

Y es que el hip hop más inclusivo se hizo notar este fin de semana en Vegueta. El arte del graffiti, el rap, el street dance y el funky sustituyeron a las tradicionales agrupaciones folclóricas que, normalmente, amenizan cada mañana el mercadillo de artesanía que se despliega desde hace años en la trasera de la catedral. «El objetivo de todo esto ha sido sacar las distintas disciplinas de las artes plásticas a la calle en sus distintas manifestaciones», señala Chiqui Gómez Guerra, coordinadora del Centro de Artes Plásticas.

«Les enseño cuatro pasos y luego todo es darles libertad para expresarse», indica Capi, coreógrafo

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Capi Fusionatix, nombre artístico, lleva 20 años en esto de la danza urbana. Pasan las 11 de la mañana y el coreógrafo puso manos a la obra a los chicos y chicas de Asdownsur. Con unas buenas gafas de sol como complemento -importantes, puesto que el sol pegó de lo lindo para ser noviembre- dio las instrucciones en forma de unos cuantos pasos básicos de street dance y funky. La idea era instruir al grupo de la asociación, pero unos cuantos curiosos y noveleros que pasaban por la plaza del Pilar Nuevo no dudaron a la hora de sumarse para mover un pizco el esqueleto. 

Y es que a las 12, minuto arriba, minuto abajo, tocaba enseñarle al público lo que habían aprendido durante los últimos meses y, por encima de todo, ser ellos mismos. «Con ellos es complicado formar coreografías exactas, pero llevan muy bien el freestyle, la improvisación», resalta Capi, quien lleva unos diez años trabajando con los chicos y chicas de Asdownsur; «eso sí, tienen muy bien oído musical», precisa. «En vez de limitarlos les enseño cuatro pasos básicos que hacemos todos juntos y ya luego es darles libertad para expresarse», explica.

Cada uno de los nueve que conforma el grupo tiene su propio estilo y lo defiende sobre el escenario. Mientras algunos tiran más por el lírico, pasos de ballet incluidos, otros se atreven con las acrobacias más propias del break dance. «Al final es dejarles que conozcan su cuerpo, sus limitaciones y se muestren a sí mismos», apunta Capi. «Trabajo con varios grupos, pero allá donde voy es con ellos quien se me reconoce», afirma orgulloso. Y es que, al principio este profesional del baile no tenía «ni idea» de cómo trabajar con personas con síndrome de down y ha terminado por descubrir que «muchas veces son ellos quienes me enseñan a mí».

Asdownsur nació hace 20 años -están de aniversario, cuentan- y las clases de hip hop al final son solo una actividad más dentro de la red solidaria que han creado distintas familias del sureste y sur grancanario. «Muchos padres pedían tener una asociación en Vecindario por la dificultad que tenían algunos para desplazarse a Las Palmas», indica Carmen Delia López, vicepresidenta del colectivo y quien no dudó este domingo a sumarse a la clase de baile improvisada que ofreció Capi en la plaza del Pilar Nuevo. «Con lo que recaudamos pagamos las clases de cocina, de baile, entre otras actividades, lo que queremos es materializar la integración de los chicos en la sociedad», resalta, «que ellos puedan salir, hacer actividades, viajes y relacionarse».

Turno de las rimas

Clásicos del hip hop estadounidense acompaña a las coreografías de los chicos y chicas de Asdownsur, pero lo cierto es que en Canarias también se hace mucho rap y del bueno. Tras finalizar la exhibición de baile tocó el turno de las rimas de la mano de cuatro artistas de las Islas de distintas generaciones, cada uno con su estilo  e inquietudes. Y mientras el rap reinaba sobre el escenario, los grafiteros Paula Sigilos y Dinamo le daban al spray sobre lienzos en blanco, mezclando dos facetas de la cultura hip hop que nacieron de la mano en los barrios más complicados de Estados Unidos.

«Lo que hemos querido hacer es un híbrido de disciplinas súper potente», explica Gabriel Crowty, breaker profesional y maestro de ceremonias en el evento de este fin de semana, como uno de los coordinadores del mismo. «La idea es que estas disciplinas se vean en un conjunto e implicar a personas de distintas edades», señala, «implicar a personas de todas las edades, hacer ver que el hip hop no es algo solo juvenil, eso es un cliché, hay que darle inclusión, hacer ver todo este arte como lo que es».

Sigilos: «Ha estado bien pintar al tiempo que alguien rapea, al final todo viene de una misma cultura»

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De fondo se escucha el «hey ho» del tema mítico Hip Hop Hooray de los Naughty by Nature. El público mueve las manos al unísono al son del remix de un tema publicado con éxito en los Estados Unidos en 1993. Y es que, clichés aparte, la cultura hip hop dejó hace tiempo de ser un nicho relegado a los jóvenes. Quienes vivieron en los 90 el primer rap llegado de los suburbios afroamericanos de Norteamérica ya no lo son. Precisamente este evento desarrollado en Vegueta ha tenido un poquito de vocación por recordar esos orígenes y de ahí que apostara por combinar disciplinas. 

«Nunca había pintado al mismo tiempo que alguien rapeaba, ha estado muy bien porque al final todo viene de una misma cultura», apunta Paula Sigilos. Natural de Valladolid, criada en Fuerteventura y residente en la Isla desde hace tres meses, este domingo necesitó de un paraguas para sobrevivir mientras le daba al spray. «Estaba pendiente de la música, pero al mismo tiempo me metí en mi mundo y pensaba en mis movidas», indica Paula, quien comenzó en esto del grafiti hace cinco años como medio para expresar su rebeldía, «por reventar el sistema y con un tono reivindicativo».

«Canario de barrio»

 Venido desde Tenerife, PERE aka Peregrino comenzó el concierto con un rap lírico por momentos; a modo de poeta, mostró al público algunos de los temas con los que participa en el proyecto Anti, el cual combina ritmos y sonidos del folclore del Archipiélago. The Magic Flow tomó el relevo con un estilo de rap más actual, seguido de Kali Ninma con un estilo melódico y reminiscencias del R&B. Hades el Presa cerró la primera ronda con un rap más clásico, más underground y de crítica social, cantándole así al «canario de barrio, del extrarradio».

«Hemos querido llevar las artes plásticas al ámbito urbano, a población que posiblemente no se acerque con tanta asiduidad a algo así», explica José María Valido, gestor cultural del Centro de Artes Plásticas, «sacar a la calle las distintas vertientes, todo así conforma un todo que se entiende por sí mismo». El sábado tocó la pintura con distintos grafiteros con el colectivo Back2Back, un mural participativo de la mano de Irene León. También hubo un taller de escultura, Reciclopedia animal, con Didier Maes y Andrea Farrah, quienes realizaron esculturas con materiales variados en forma de animal conceptual, «igual unían un tigre con un león y salía un tigrón, utilizaron enchufes, corchos, ramas secas, verguillas».

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