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ANÁLISIS

Recordando a Fernando Díaz Cutillas

Méritos no le faltan a Nanino para ser recordado dada su amplia trayectoria a lo largo de su vida, destacando en su última etapa las agradables veladas en Tenderete

El joven nadador Fernando Díaz Cutillas. | | LP/DLP M. Rodríguez Díaz de Quintana

Pocas veces un personaje isleño fallecido hace ya 34 años es tan frecuentemente recordado en los medios de comunicación como es el caso del singular Nanino. En realidad, méritos no le faltan por la amplia trayectoria de la dilatada labor que a lo largo de su fecunda vida fue desarrollando, destacando, en su última etapa, las agradables veladas del admirado Tenderete, el programa de televisión que según Marisol Ayala, que lo adoraba, unió a los canarios más que ningún partido político

Aunque se consideraba portuario y playero hasta la médula, Fernando Vicente José María Díaz Cutillas nació en la casa de sus abuelos de la calle Torres del barrio de Triana a las 8 de la mañana del 29 de enero de 1937. Por línea paterna su padre, don Luis, procedía de Teror y de unos Díaz de origen portugués, mientras que su madre, doña Carmen Cutillas de Lugo, era una dama palmera descendiente de históricas y antiguas familias de la Isla bonita. Fue el segundogénito de once hermanos.

Tras sus primeros pasos por los parvularios locales y primeras enseñanzas en las escuelas de La Palmita, colegio del Carmen y las aulas de don Domingo Díaz Frois, marchó a Barcelona donde cursó el primer año de Filosofía y Letras. Después del servicio militar que sirvió en el cuartel de Artillería de Mata, empezaron a desarrollarse todas sus variopintas facetas, como las de poeta, actor, gimnasta, bailarín, músico, cantante, periodista, futbolista aficionado y, sobre todo, la de gran deportista de la natación canaria, de la que llegó a ser uno de los primeros campeones de España que dieron las islas en esta modalidad.

Recordando a Fernando Díaz Cutillas

Ya ubicado con su familia en primera línea de Las Canteras, el adolescente Nanino empezó a ser señalado como un icono imprescindible del lugar. Sus paseos diarios por la orilla de la playa hasta la Peñón eran seguidos por sus admiradores. Era una época en la que los atractivos jóvenes locales animaban con su palmito nuestro curioso y novelero recinto playero. El nadador competía en aquellos años con las féminas que en aquel momento también brillaban destacadamente en el entorno y que de igual modo arrastraban diariamente a las Canteras a un gran número de curiosos a admirarlas apoyados horas y horas a lo largo de las barandillas de madera de la avenida. Destacaban en aquellos placenteros años, otros dos iconos de la época, como eran Nelsy Chelala López y Leticia de la Torre Hernández, dos imprescindibles y bellas doncellas en la memoria de tantos recuerdos de aquella sana juventud.

Pasado cierto tiempo en la madrileña Residencia Blume como deportista y estudiante, Nanino se convirtió en uno de los mejores nadadores del país. Formando parte del equipo de Canarias afiliado al Real Club Victoria fue proclamado en Cádiz campeón de España en 1955, y cuatro años más tarde,  destacando en la modalidad de Salvamento, llegó a ser subcampeón de Europa en la ciudad alemana de Wiesbaden, en una difícil prueba de 200 metros. La victoria europea le colocó en el pódium que le correspondía al ser un excelente nadador internacional.

Pasados los primeros años de juventud llegó al periodismo, también dando brazadas, porque sus primeras crónicas fueron deportivas. Con el tiempo se convirtió en un reportero para todo, pues tanto hacía entrevistas, retransmisiones, comentarios culturales y hasta llegó a componer las listas diarias de farmacias de guardia. Además de colaborar en los rotativos Diario de Las Palmas y El Eco de Canarias comienza también a intervenir en programas de radio y televisión. Tantas ocupaciones le daban aún tiempo para ser un destacado actor aficionado del grupo de teatro de Pedro Lezcano, y de rellenar cuartillas con sensibles poemas. De esta última actividad nació la publicación de su entrañable libro Primeras y Tempranas Flores de un Rosal.

Otra de sus pasiones fue la de cantar. Cantaba entre los teletipos y los periódicos. Y así fue como sin darse cuenta llegó su encuentro con el folklore. De aquellas reuniones nocturnas en Guanarteme con un grupo de tendereteros, como Perico Lino, Eduardo Guerra, Nano Doreste, Paco Sánchez, Eduardo Moreno y, a veces, Elfidio Alonso (cuando este último viajaba de la vecina isla a nuestra ciudad), fue naciendo, entre copas y tanganazos de ron, el deseo de profundizar en las raíces de la tierra.

Canciones canarias

Comienza así el programa de televisión que sería el más laureado del Archipiélago. Su larga permanencia en antena y la repercusión social que alcanzó fue determinante e irremplazable. Se empezó por rescatar magníficas voces y virtuosos tocadores que, en torno a Nanino, se interpretaban canciones canarias y sudamericanas que prácticamente ya estaban casi olvidadas por los propios isleños. Este logro lo pudo conseguir porque de inmediato empezó a recorrer palmo a palmo todos los rincones de las islas para ir recuperando el auténtico y rico acervo de nuestro patrimonio musical.

El primer programa se emitió en directo el martes 7 de septiembre de 1971, a las 10 y 10 de la noche, siendo director de la creada Televisión Española en Canarias, César Alonso García. Con el importante centro emisor ubicado en la Casa del Marino se empezaba a introducir algo más que el Telecanarias y retransmisiones deportivas. Se daba paso a una programación más variada y entretenida.

Cuando Nanino estaba en la plenitud de sus facultades y quehaceres su repentina muerte fue un mazazo para la sociedad de las Islas. Una septicemia acabó de manera fulminante con su vida. Falleció a los 51 años de edad el 27 de diciembre de 1988.

Resulta curioso que a pesar de la serie de distinciones que alcanzó a lo largo de su existencia, como la Placa de Honor al Mérito Periodístico que en 1962 le otorgó la Federación Española de Natación; la medalla de bronce de la Federación Española de Montañismo; distinciones de la Delegación Provincial de Sindicatos; de haberse creado la Fundación Nanino Díaz Cutillas por parte de los responsables de la Escuela de Folklore del Departamento de Música del Cabildo Insular; de crearse el Concurso de Malagueñas y un Memorial con su nombre por parte del Gobierno de Canarias y de hacer entrega el presidente del Gobierno, Lorenzo Olarte Cullen, de la Medalla de Oro de la Comunidad con motivo del Día de Canarias, no cuente en el propio municipio que le vio nacer con la merecida rotulación de una calle que recuerde la excelente huella de su pasado, al grancanario que abrió un camino y realizó una labor impagable. Mientras que siendo alcalde de la ciudad de La Laguna Elfidio Alonso, y director de Los Sabandeños, el Ayuntamiento de la ciudad de los Adelantados le dedicó en 1989, “al folclorista singular, Fernando Díaz Cutillas”, una calle situada en el polígono industrial de Los Majuelos y las Chumberas, y frente a la zona de expansión universitaria y de la facultad de Ciencia de la Información. Así son las cosas.

La Playa de las Canteras nos va a seguir evocando su recuerdo.

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