El resurgir del deporte en Almatriche

Con el arranque de la nueva década -y en general, el siglo XXI-, el tiempo de uso de los teléfonos móviles, principalmente por parte de los jóvenes, se ha disparado. Incluso, hasta parece algo corriente ver a niños de cuatro años con una tableta. El nuevo mundo digital ha suprimido completamente a la infancia habitual de las personas más mayores. Por ejemplo, ver a unos niños jugar a la pelota en la calle suena a un recuerdo muy lejano o antiguo. En Almatriche Alto apuestan por un regreso al pasado.

La concejalía de urbanismo ha presentado este jueves la renovación de su cancha deportiva de libre uso de la calle Lentisco. Se trata de un proyecto que nació a raíz de una vieja reivindicación de los vecinos de este barrio de las afueras de Las Palmas de Gran Canaria. Antes de esta regeneración, los terrenos fueron cedidos a la Diócesis de Canarias, allá por el 2008, para que fuesen utilizados. Cinco años más tarde, en 2013, concluyó el plazo legal para construir algo. Las instalaciones quedaron intactas y nunca se construyó nada.

En el pasado, las canchas quedaron en desuso debido a que, lo habitual, eran las malas hierbas que ocupaban toda la superficie de la desdibujada pista de juego, la presencia de grietas por todos lados y las canastas de baloncesto sin aros. Además, durante un tiempo, las canchas se emplearon como un lugar para tirar los escombros, excrementos de perro, trastos y demás basura, que se acumulaban en sus esquinas.

Las canchas deportivas renovadas

La asociación vecinal del barrio presentó la primera demanda hace más dos años, con el objetivo de recuperar un espacio que estaba mal aprovechado y era empleado como un basurero. «Daba pena verlo», justificaba un vecino. Desde la propia asociación, se planteó la posibilidad de construir un aparcamiento en esa zona, pero prefieren que hayan regresado las canchas.

Con una inversión ligeramente superior a los 133.000 euros, la intención del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria es que aquel aspecto desolador quede como un recuerdo muy lejano o antiguo. Ahora, el aspecto es mucho más alentador. Las canchas están divididas en dos por un muro. En una de ellas, hay una cancha de fútbol, de color azul, de césped artificial y arena sílice -la que se usa en las pistas de pádel y que una de sus propiedades fundamentales es la disminución del riesgo de lesiones-. Al otro lado, se encuentra una cancha de baloncesto, con sus canastas y redes nuevas, dividida por una red de voleibol.

En cuánto a las medidas oficiales, el consistorio ha informado que los trabajos han incluido el cerramiento del perímetro con un enrejado con tubo redondo 30x2 los laterales y la parte trasera. Todo el conjunto se suministra en una única pieza soldada y sometida al tratamiento de galvanizado en caliente. La cancha cuenta con una superficie de 631,11 metros cuadrados, de los cuales 498,96 corresponden a la zona de juego y 112,2 m2 con de la zona de seguridad.

El barrio recupera su alegría

Desde hoy, los niños y niñas del barrio podrán disfrutar de sus deportes favoritos y volver a ese pasado donde el regalo de las navidades por excelencia eran los balones de fútbol, baloncesto y voleibol. De hecho, durante la presentación de las nuevas canchas, una decena de niños y niñas estrenaban y disfrutaban las nuevas superficies jugando un partido de fútbol o tirando a canasta. Si uno se quedaba observando, era posible ver, entre balonazos, las sonrisas de oreja a oreja que vislumbraban de los rostros joviales que disfrutaban de una tarde de pachangas entre amigos.

Tal era la ilusión, que los adultos también quisieron intervenir y jugar con los niños y niñas. Delfín Rodríguez era uno de ellos. Para este vecino del barrio, la presencia de unas canchas es un sueño cumplido. «Cuando tenía la edad de estos niños no teníamos nada de esto. Anteriormente, nos teníamos que ir a donde está ahora el Colegio El Zardo, que previamente era el Colegio Andalucía, y saltar el muro para poder jugar, declaró Rodríguez». Los vecinos de Almatriche Alto esperan que esta renovación sea un estimulante para el barrio y que se recupere la esencia de antaño. De hecho, no se descarta que, si las canchas son muy populares, se organice una liga de barrio formada por varios equipos de vecinos.

El alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Augusto Hidalgo, ha estado presente en el acto y quiso realizar un comentario acerca de la renovación. «Es una excusa ideal para pasar una tarde en familia, haciendo deporte y que Almatriche tenga un buen ambiente», afirmó el alcalde. «Con este proyecto respondemos a una demanda histórica de los vecinos de este barrio, en un proceso iniciado por Urbanismo a través de un expediente de reversión que permitió recuperar el suelo y convertirlo nuevamente en un espacio de uso público». El concejal de Deportes, Aridany Romero, también realizó declaraciones. Según Romero, «la idea era hacer que estas canchas fuesen multiusos y que los niños y las niñas no se tuviesen que ir a otros barrios para poder realizar sus deportes».

Ahora, el barrio de Almatriche Alto se tendrá que volver a acostumbrar a escuchar los botes de los balones, los pelotazos, las risas, el ambiente festivo, la alegría y el jolgorio con la recuperación de uno de los símbolos juveniles.

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