Un café con leche que sabe a despedida

Pasarán los años y regresarán las navidades al llegar diciembre, pero lo de este lunes en las Casas Consistoriales de Las Palmas de Gran Canaria no se repetirá más. El grupo de gobierno municipal celebró en la azotea su tradicional encuentro con la prensa envuelto en aromas de despedida, con Augusto Hidalgo a punto de cambiar la plaza de Santa Ana por la calle Bravo Murillo y Javier Doreste enfilando el retorno a la vida privada tras ocho años en el consistorio. Pedro Quevedo es el único del triunvirato local que repetirá como cabeza de cartel, por lo que tras casi ocho años de acción a tres bandas entre el PSOE, Podemos y Nueva Canarias, todos quisieron escenificar por última vez su sintonía personal. 

El propio Augusto Hidalgo arrancó sus palabras haciendo mención al «final de etapa» que supone este paso del año 2022 a 2023, aunque no llegó a completar un balance de la gestión que ha llevado a cabo el equipo de gobierno en las Oficinas Municipales, algo que prefirió dejar para los historiadores del futuro: «Creo que dentro de 20 o 30 años se juzgarán estos ocho años de mandato y espero que lo hagan de manera honrosa, porque creo que hemos dejado, como mínimo, huella en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria». El alcalde resaltó también la estabilidad del tripartito –«Mucho más estable que muchos gobiernos con mayoría absoluta que han dirigido esta ciudad», presumió– y la «magnífica relación» con los medios de comunicación. 

Javier Doreste hizo gala de su socarronería al recordar que al equipo de gobierno se le daba por amortizado desde los primeros días de junio de 2015, pero también lanzó un mensaje que bien podría ser un recado para quienes integren la lista electoral del entorno a la izquierda del PSOE en mayo: «Algunos nos vamos de la política, pero la voluntad de que siga habiendo gobierno de progreso y la derecha siga en su cueva se mantiene», aseguró.

Entre bromas con sus dos compañeros, Pedro Quevedo aclaró que «el buen rollo no es solo para la foto» en el equipo de gobierno municipal. Insistió, de hecho, en la resolución discreta de las desavenencias, que las hay: «No somos iguales, pensamos cosas distintas, pero por respeto a la gente no habrán visto una bronca en los medios, todo lo contrario». En este tiempo han «asumido y entendido» su responsabilidad: «Dignificar y trabajar con el máximo rigor para un cambio en la primera ciudad de Canarias y novena en el Estado español». 

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