Confianza en la nueva directiva del CN Metropole

No tengo dudas que la Junta entrante obrará con la sensatez que requieren las circunstancias. A su buen hacer se anuda el destino del Club

El Metropole logra movilizar a sus socios para votar la moción de censura.

El Metropole logra movilizar a sus socios para votar la moción de censura. / Juan Carlos Castro

Andrés Martínez

Andrés Martínez

Desde hace unos días el CN Metropole está representado por una nueva Junta Directiva. La preside Antonio Santana Miranda. Hasta el momento ha acreditado un eficaz y aglutinador liderazgo, a partir de ahora tiene por delante un desafío de enorme transcendencia: demostrar capacidad de gestión. Por el bien del Club, sumido en una realidad compleja, espero que posea esa cualidad. La presencia en esa Junta de personas que conozco y distingo por su buen criterio me hace ser optimista

Durante los últimos meses he sido miembro de la Junta saliente pilotada en este tiempo de sobresalto por Alberto Santana Álamo, laborioso y brillante profesional de los números que apenas ha durado un año como presidente. Nadie es infalible, esta Junta ha cometido equivocaciones y aunque normalmente benignas tornaban siempre en artillería de grueso calibre en su contra. Exigida sin tregua desde el primer minuto de su exiguo mandato, no ha tenido momentos de bonanza. Ni de empatía. Y sí de fatalidad. Ha sufrido el lacerante impacto de una suma de contingencias exógenas y endógenas, entre ellas la crisis energética, que casi ha triplicado los costes de un suministro vital en clubes de natación como es el eléctrico, y las pérdidas persistentes en las cuentas del Club y en su masa social.  

Este infortunio multifactorial le obligó a tomar drásticas medidas de supervivencia, como la ejecución de un despido colectivo de trabajadores y el cierre de una sección deportiva. Absolutamente indeseadas si interviene el corazón pero necesarias si se actúa con racionalidad y en exclusivo interés de la continuidad del Club. Además, se intentaron evitar con propuestas de choque que lamentablemente no prosperaron

Sensatez

No tengo dudas que la Junta entrante obrará con la sensatez que requieren las circunstancias. A su buen hacer se anuda el destino del Club. Conviene otorgarle nuestra confianza, y de haber oposición que sea empática ante la ardua misión que esta Directiva ha de llevar a cabo. La dificultad no es menor, incurrirá en desaciertos. Es aconsejable comprensión e identificación con ella, no reprobarla por cualquier irrelevante desatino. Si se atiende a la tradición, hay antecedentes, no resulta probado que poner palos en las ruedas reporte beneficios al Club, en cambio sí es presumible que provoque tensión social y añada un plus gratuito de presión que pueda perturbar la labor de gobierno del órgano directivo, ya en sí misma exigente. Se precisa unidad, el triunfo de esta Junta es el de la masa social

Que la rumorología dañina que episódicamente ha sacudido al Club sea historia irrepetible. El ruido que crispa y divide, la negación de lo objetivamente bien hecho simplemente por prejuiciosos antagonismos, sucesos más propios de la actividad política que de una entidad privada de ocio y deportes, tienen como principal perjudicado al propio Club. Su fuerza atractiva reside en gran medida en proyectar una imagen saludable y amistosa

Retos trascendentales

Esta Junta tiene trascendentales retos a solventar. Uno es la conclusión del concurso con el previsible pacto con los acreedores que permita la viabilidad de la entidad. Pero hay otros. El Club se desangra por la disminución de un tercio de su masa social en este último decenio. Urge encontrar la receta sanadora. Naturalmente, es esencial el mantenimiento y captación de nuevos asociados. Como también lo es la reformulación de unas secciones deportivas deficitarias, la adecuación moderada de las cuotas de pago en proporción creciente al número de miembros de la unidad familiar que disfrutan de las instalaciones, y la armonización con nuestros mayores de un nuevo baremo de exenciones de pago de esas cuotas que respetando sus derechos adquiridos ofrezca una mejor solidaridad contributiva

El matrimonio es un 97 por ciento conversación. La autoría de la frase se le atribuye al extraterrestre aunque irlandés Oscar Wilde. El logro de esos retos que para la salvaguardia del Club tiene ante sí la Directiva exige materializar consensos, y en el tránsito mucho diálogo con los implicados, que solo tiene cabida en un entorno de paz social. 

Estoy convencido que esta Junta satisfará las expectativas y obtendrá el éxito que se le demanda, pero mucho más lo estoy del comportamiento diligente de la masa social, que resistentemente terca a todo revés hará lo que esté en su mano para que la vida de su legendario Club se prorrogue en 88 años más, como mínimo.