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La hélice del barco ‘Canarias’ retirada de Tenerife acaba en la Base Naval de Las Palmas de Gran Canaria

Eliminada al ser símbolo franquista, acaba en los fondos del Museo Naval de la capital grancanaria

La hélice del crucero Canarias aparece en el punto del que fue retirada en febrero del año pasado, la entrada a la antigua estación del Jet-Foil. | Andrés Gutiérrez

La hélice del barco militar Canarias, retirada el 17 de febrero del año pasado de las calles de Santa Cruz de Tenerife por ser un símbolo que enaltece a la dictadura franquista, ha acabado en los fondos del Museo Naval de Las Palmas de Gran Canaria. Se cumple de esta manera el deseo de la Armada española de recuperar esta pieza, la única destacada que queda del Canarias, que había cedido a la capital tinerfeña hace 43 años. Uno de los buques de acción marítima de la base naval de Las Palmas trasladó la hélice de Santa Cruz al fondo museístico de la capital grancanaria en diciembre.

El 8 de febrero del año pasado, la Viceconsejería de Cultura y Patrimonio del Gobierno canario daba a conocer el catálogo de vestigios franquistas de Santa Cruz de Tenerife, un documento que en 3.000 folios enumera los elementos presentes en la capital chicharrera que enaltecen el franquismo y que el Ayuntamiento debe retirar por mandato de la ley de la memoria histórica. Entre estos 80 homenajes a los dictadores de la lista –Monumento a Franco o Monumento a los Caídos de la Plaza de España, entre otros– está la hélice del Canarias. La Autoridad Portuaria de la provincia tinerfeña, responsable de esta pieza del barco de guerra desde que se la cedió la Armada en 1980, tardó solo 10 días en reaccionar. El 17 de febrero, a primera hora de la mañana y con gran discreción, retiraba la hélice de la entrada de la antigua estación del Jet-Foil.

La Armada se enteró por la prensa de la eliminación de la hélice, según aseguraron fuentes del Ejército citadas por el diario La Razón en un artículo publicado el pasado mes de abril y titulado «La Armada quiere recuperar la hélice del crucero Canarias». Fue entonces cuando sus responsables se interesaron, según esta noticia, porque pasara a engrosar los fondos museísticos de la Armada. Los más cercanos están en el Museo Naval de Las Palmas de Gran Canaria, que es a donde ha ido a parar. Los promotores de la recuperación de la hélice albergan la esperanzas de que se pueda exhibir en un museo en el futuro –la ley de memoria histórica prohíbe la exhibición de los símbolos franquistas en la vía pública–, aunque por ahora permanecerá en los almacenes de la Base Naval, en el Puerto de la Luz.

La dictadura anterior a la franquista, la del general Miguel Primo de Rivera, mandó construir el Canarias en 1928. Fue botado el 28 de mayo de 1931, solo un mes después del restablecimiento de la democracia con la Segunda República. Era un crucero tipo Washington de 200 metros de eslora y 20 metros de manga. Su tripulación la componían 1.200 militares. Durante el golpe de Estado franquista de julio de 1936, formaba parte de una flotilla con base en Ferrol favorable al alzamiento militar. Su actuación a lo largo de la Guerra Civil fue decisiva para el dominio del mar del bando insurrecto. Se convirtió en la más célebre unidad de la Marina de Guerra, de la que fue su buque insignia durante casi 40 años.

Las autoridades tinerfeñas se ofrecieron a Franco para costear en 1937 la bandera de combate del Canarias, apunta La Razón. Se sufragó con una suscripción popular basada en la venta de boletos de 25 céntimos. La entrega, a cargo de jóvenes chicharreros ataviados con trajes típicos, se llevó a cabo en 1940 con grandes festejos militares, civiles y religiosos. Este diario añade que el 21 de junio de 1974, el Canarias realizó su última escala en el puerto de Santa Cruz, donde se le rindió un homenaje. En 1975, en los últimos meses de la dictadura y tras ser dado de baja, las autoridades tinerfeñas lo reclamaron para convertirlo en museo. Sin embargo, fue desguazado en 1977. De las grandes piezas solo quedó la hélice, que la Armada cedió a Santa Cruz el 16 de enero de 1980.

Según el catálogo de vestigios franquistas que debe eliminar Santa Cruz, a este buque se le atribuyen bombardeos contra miles de civiles en su retirada por la carretera de Málaga a Almería, en febrero de 1937, en plena Guerra Civil. El lugar al que ha ido a parar, la Base de la Armada en la capital grancanaria, mantiene un escudo franquista en una de sus entradas. Está en fase de ser retirada al incumplir también la ley de la memoria histórica.

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