Puerto

Astican arranca el año con las calles de varada llenas y trabajo hasta marzo

Las restricciones en China por el covid y el buen tiempo en las Islas impulsan las reparaciones navales | El crucero ‘La Belle des Oceans’ se estrena en el astillero

El crucero ‘La Belle des Oceans’, varado en las instalaciones de Astilleros Canarios (Astican) en el Puerto de Las Palmas, ayer. | | ANDRÉS CRUZ

El crucero ‘La Belle des Oceans’, varado en las instalaciones de Astilleros Canarios (Astican) en el Puerto de Las Palmas, ayer. | | ANDRÉS CRUZ / J. C. G.

Jacobo Corujeira

Jacobo Corujeira

Las instalaciones de reparación de buques de Astilleros Canarios (Astican) en el Puerto de Las Palmas han arrancado 2023 con el cartel de ‘completo’. Una decena de buques se reparten por las calles de varada atraídos por los servicios navales, las particulares condiciones climáticas de Canarias en invierno y otros factores externos, como las restricciones sanitarias que han desplazado a buena parte de la flota de los puertos chinos en los últimos meses. La situación, en cualquier caso, no es algo puntual: entre las naves varadas y las que se encuentran a la espera de tener hueco, la carga de trabajo está garantizada en la atarazana grancanaria al menos hasta el próximo mes de marzo.

Entre los diez buques varados en Astican, hay uno destaca por lo singular de su paso por el astillero. Se trata de La Belle des Oceans, un pequeño crucero de 103 metros de eslora operado por la compañía francesa Croisieurope que realiza cruceros por las Islas durante esta temporada invernal. La nave, que pasó por el syncrolift -la plataforma que eleva los buques desde el nivel del mar hasta las calles de varada- el 4 de enero, aprovecha su visita al Archipiélago para pasar inspecciones rutinarias por primera vez en el astillero, que de este modo gana un nuevo cliente. Su estancia no se alargará muchos más días: el crucero, que navega bajo pabellón belga, tiene previsto regresar al agua a finales de esta semana.

La Belle des Oceans es el único crucero entre los barcos que se encuentran en reparación en estos momentos en el astillero. El resto son dragas, buques de carga general, pesqueros o naves de investigación, como suele ocurrir en unas instalaciones versátiles y habituadas a trabajar de forma simultánea con distintos tipos de naves. Entre ella se encuentran barcos habituales en las islas, como el Dr. Fridtjof Nansen, propiedad de la Agencia Noruega para Cooperación al Desarrollo, que suele operar en aguas de los países ribereños africanos gracias a acuerdos bilaterales con el estado escandinavo. También dragas como la Westford y la Paraná, o pesqueros como el Cap Blanc y gaseros como el Kazak, llegado expresamente a Astican desde Brasil.

La alta ocupación en las instalaciones en seco de Astican es un fenómeno habitual cada año al llegar estas fechas. Las particulares características climatológicas del Archipiélago lo convierten en un lugar seguro en el que llevar a cabo inspecciones, mantenimientos o reparaciones con la garantía de que el mal tiempo no obligará a realizar paradas imprevistas que alargan los plazos de entrega acordados con los clientes. Mientras en otros puntos de Europa es necesario parar debido a la lluvia o la nieve, en el Puerto de Las Palmas hay cierta garantía de estabilidad atmosférica incluso durante los meses fríos.

A las condiciones particulares que ofrece Canarias para la reparación de barcos en cualquier momento del año -no en vano, Astican suele promocionarse en los mercados internacionales como «el astillero soleado»- se suman otros aspectos externos que impulsan la actividad en el arranque de este 2023. Entre ellos, factores geopolíticos y sanitarios, como la estricta política de confinamientos seguida hasta hace pocas semanas por China para tratar de atajar las nuevas variantes del coronavirus. El estricto cierre al que se vieron sometidas varias ciudades portuarias impidió el atraque de barcos que tenían previstas varadas, lo que llevó a sus armadores a mirar hacia el oeste a la hora de buscar instalaciones alternativas.

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El paso de La Belle des Oceans por Astican es un caso poco habitual en el astillero, que solo suele atender cruceros de expedición en sus viajes de reposicionamiento entre los polos al llegar la primavera y el otoño o veleros de recreo como los de la familia Sea Cloud. El caso del barco de Croisieurope es singular porque forma parte de la flota que pasa el invierno en Canarias realizando rutas por las Islas y otros territorios cercanos en la Macaronesia o la costa africana y gracias a sus reducidas dimensiones puede acceder a las calles de varada del astillero. Para su llegada han resultado fundamentales las operaciones de puerto base en La Luz. De ese modo, el armador ha podido dejar a sus últimos pasajeros justo antes de varar el buque minimizando los desplazamientos con el barco vacío. | J. C. G.

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