Urbanismo

La reforma de La Paterna se retrasa hasta marzo por trabas burocráticas

El proyecto pretende crear rampas para personas con movilidad reducida, aumentar las plazas de aparcamiento y mejorar los espacios de jardinería

Bloques de edificios de La Paterna.

Bloques de edificios de La Paterna. / ANDRES CRUZ

El concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Javier Doreste, ha anunciado la licitación de la rehabilitación de La Paterna para el próximo marzo a pesar de que la ministra de Sanidad y candidata a la alcaldía, Carolina Darias, durante una visita el pasado jueves al barrio comunicó que sería esta semana. Doreste explica que la idea era sacar a concurso público el proyecto en esa fecha pero por problemas burocráticos ha tenido que ser retrasado. 

El edil del Consistorio capitalino explica que es un proyecto financiado con los fondos Next Generation que están vinculados al Plan de Vivienda del Gobierno de España del cual depende también el Plan de Vivienda del Gobierno de Canarias. La actuación se distribuirá en cuatro fases, en la primera de ellas actuarán en 898 viviendas de las 2.814 hogares que existen en su totalidad. El plazo de ejecución de la obra se prevé que sea de dos años. 

Para incluir el proyecto en los fondos europeos era necesario realizar una rehabilitación y no una reposición. “Nos han dicho que ya no hay reposiciones, es decir, aquellas actuaciones que nos permitían tirar una vivienda en mal estado como podían ser las de Tamaraceite Europa no las apoya, con motivo del mantenimiento del paisaje y con el objetivo de no gastar más suelo nos propone siempre las rehabilitaciones”, explica Doreste. 

El plan para el barrio capitalino también plantea fomentar la economía colaborativa

La intervención se realizará para cumplir los objetivos de eficiencia energética, para ello utilizarán  nuevos materiales en la reforma de las fachadas y las cubiertas para que ganen en eficiencia e impermeabilizaciones para evitar humedades. Los materiales permitirán estabilizar la temperatura en el interior de las viviendas, “ya no tendrá lugar eso tan característico de las viviendas canarias que son muy frías o se calientan mucho por el sol”, destaca Doreste. La obra también eliminará todos los termos para sustituirlos por bombas de calor, lo que permitirá un ahorro del 30% en la factura de la luz.

Las placas solares son otras de las novedades aunque suministrarán energía exclusivamente a las zonas comunes como escaleras y ascensores, ya que las azoteas no son lo suficientemente grandes para instalar placas que aporten energía a todas las viviendas. La pintura de las fachadas será de un color que absorbe menos radiación para insistir en el ahorro energético. 

Precisamente este tipo de elementos que favorecen al medioambiente encarecen el coste de la obra. Si en una rehabilitación al uso como la que tiene lugar en la Vega de San José el presupuesto puede rondar los 5.000 euros por vivienda, en el caso de La Paterna costará alrededor de 25.000 por hogar.

Crear comunidad

Además de la rehabilitación de las viviendas el proyecto incluye la reurbanización de la zona, con lo cual se podrán beneficiar no solo los propietario sino también el resto de vecinos. La intención es intervenir en toda la accesibilidad del barrio a través de rampas para que las personas con movilidad reducida tengan acceso a todas las zonas; el trazado de itinerarios seguros para los peatones; la reordenación de los aparcamientos intentando buscar más emplazamientos y se mejorará las áreas de jardinería. 

“Esto es una edición de urbanismo más integrada, trabajamos diferentes aspectos en coordinación con las áreas que les corresponde como Movilidad o Parques y Jardines pero todo sale de Urbanismo y es esta concejalía la que la pone en marcha”, indica el concejal.

La Paterna fue un barrio que alojó durante la década de 1960 a la clase obrera y los trabajadores del sector turístico, que estaba en auge. Ante las nuevas posibilidades de trabajo la población rural de la Isla, así como del resto del Archipiélago, comenzó a poblar las afueras de la capital. 

Además de mejorar las zonas aledañas el proyecto propone trabajar con los vecinos para mejorar las condiciones de vulnerabilidad económica y social. “De nada sirve tener una vivienda rehabilitada si las condiciones sociales siguen siendo las mismas”, expresa Doreste que añade que la intención es ir más allá y plantear un proyecto que “ayude a salir a la gente a salir del paro o de las condiciones de vulnerabilidad”.

Para ello desde el Consistorio capitalino pretenden incentivar con los vecinos la economía colaborativa: “Queremos que la empresa adjudicataria ofrezca un curso de mantenimiento de la jardinería, las placas solares y las bombas de calor para que a la larga los vecinos se distribuyan en cooperativas y se encarguen ellos mismos de mantener su barrio cobrando la cuota de comunidad a los vecinos y, por supuesto, con una aportación municipal”. 

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