Comercios históricos de Las Palmas de Gran Canaria

Hawái está en Altavista

El puesto Makeke Ohana del Mercado de Ciudad Alta lleva abierto desde 1976 | El negocio familiar conserva clientes de toda la vida

La familia Quintana Medina lleva desde 1976 llenando las despensas de los grancanarios de frutas y verduras frescas con un sonrisa. Aunque la familia reconoce que no es el mejor momento del Mercado de Altavista, siguen atendiendo con la misma ilusión a sus clientes de toda la vida y los nuevos. 

Makeke Ohana significa mercado familiar en hawaiano. Davinia Quintana decidió ponerle este nombre al puesto familiar de frutas y verduras para innovar. Sin embargo, el anterior nombre, Fernando y Mery sigue estando en uno de los laterales para recordar los inicios del puesto del Mercado de Altavista, que lleva abierto desde 1976. 

Lo inauguraron el matrimonio de Fernando Quintana y Mery Medina. Quintana comenzó con dos trabajos; primero de chófer y luego terminaba la jornada en La Garriga junto a sus cuñados. Así fue cómo comenzó a trabajar en el Mercado, que abrió tan solo seis años antes que el puesto de Quintana. 

Los fundadores fueron el matrimonio de Fernando y Mery, que estuvieron al frente hasta hace cuatro años

En 1973 fue al cuartel a hacer la mili obligatoria, en ese período comenzó a servir en la Cruz Roja en Maspalomas y Playa del Inglés. Al poco volvió a trabajar en La Garriga y hace 47 años se embarcó en la aventura de gestionar su propio negocio, el puesto número 49. Después de la jubilación del matrimonio, sus hijos Davinia y Fernando Quintana dieron un paso al frente para convertirse en la segunda generación. Todos los sábados desde que era adolescente Davinia ayudaba en el negocio familiar pero fue hace cuatro años cuando se hizo autónoma y empezó a gestionar el negocio. 

Quintana asegura que sus hijos casi nacen en el Mercado. “Mi mujer trabajó hasta el sábado y el martes ya estaba dando a luz”, recuerda. “Hijo de gato, caza ratones”, asegura entre risas mientras sus hijos atienden a los clientes que comienzan a llegar por la mañana. El negocio tiene muchos clientes de toda la vida, los clientes saludan a Quintana y le preguntan sin tienen esta u otra verdura o fruta, el origen o el precio. 

Sin embargo, Quintana indica que el Mercado ya no es como antes, el número de clientes se ha reducido y no ha habido un relevo generacional porque la mayoría son personas mayores, a las que incluso les llevan la compra a la casa cuando tienen problemas de movilidad. 

Un mercado cambiado

El fundador del puesto fue gerente del Mercado durante seis años, por lo que se conoce al dedillo los entresijos e historia del lugar. En el momento en el que abrieron el puesto era la época dorada del Mercado, habían 14 puestos dedicados exclusivamente a la fruta y la verdura. Los herederos del negocio mantienen la ilusión a pesar de que los tiempos distan de ser como los de antes. El cartel del puesto está adornado con dibujos de flores y plantas tropicales que dan alegría y acompañan al colorido de las frutas y verduras que rebosan por todas partes.  

Quintana lamenta que los políticos no hayan hecho lo suficiente por el Mercado. “Hubo un tiempo en el que pretendían abrir un Mercadona en la parte superior y abajo mantener los puestos, en otras partes de España había funcionado muy bien y les había dado vida pero al final no lo hicieron”, comenta. 

Las frutas y verduras del puesto.

Las frutas y verduras del puesto. / ANDRES CRUZ

La calidad es una de las principales razones por las que Quintana asegura que es mejor comprar en el Mercado que en grandes superficies. “Todo lo que ves aquí es fresco y si el cliente nos trae algo que no está en buen estado se lo devolvemos, sobre todo cuando son frutas que es difícil de distinguir a simple vista como las sandías”, comenta. 

Al puesto llega una usuaria y Quintana indica que lleva siendo clienta desde los comienzos del negocio. Charla brevemente y le indica la lista de la compra a Davinia y Fernando, que pesan los alimentos y se los entregan en bolsas. Quintana considera que se ha perdido la dieta del potaje en las mesas canarias: “Antes ese era el menú de todas las semanas”. En parte también por eso considera que la gente ya no pasa tanto por el Mercado, la vida ha cambiado. “Antes venían las mujeres y hacían las compras de todo el mes”, rememora. 

Los actuales propietarios son hijos del Mercado, por unos pocos días casi nacen en el puesto

Quintana también indica que los niños, al ser de ciudad, no reconocen toda la fruta y la verdura que tienen a su disposición y que se cultiva en su Isla. Por esa razón, cuando ve a un grupo de escolares siempre les dice lo mismo, su frase que ya se ha vuelto típica de él: “Quien come fruta, disfruta”, cuenta y “eso es lo más importante”, añade entre risas. 

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