Vivienda

Urbanismo derriba de urgencia dos bloques en Tamaraceite para evitar que entren okupas

El Ayuntamiento desalojó esta semana a cuatro personas que se metieron en los edificios. Doreste advierte del riesgo que tienen los inmuebles

Los operarios comenzaron este miércoles los trabajos para demoler por la vía de urgencia dos viejos edificios de casas baratas en Tamaraceite, en la calle Fray Luis de León número 2 y 4, tras desalojar a varios okupas que se metieron en las viviendas aprovechando la marcha de los antiguos propietarios a los nuevos hogares. El gobierno municipal ha decretado la actuación de emergencia por el «riesgo» que entraña el mal estado de los edificios.

Se trata de dos de los últimos cuatro bloques del viejo Patronato Francisco Franco que aún quedan por caer bajo la piqueta.

La reposición de las 379 viviendas está a punto de finalizar y sólo está pendiente de que se acabe a finales de este año o principios del próximo la construcción del último edificio de 76 viviendas. 

En cuanto a los viejos bloques de Fray Luis de León a punto de caer, tras los trabajos de limpieza previos que se están efectuando esta semana para eliminar basuras, electrodomésticos, tuberías, marcos de las ventanas y todos los elementos contaminantes del edificio, la piqueta comenzará su trabajo con la demolición de toda su estructura. Serán los penúltimos del Patronato Francisco Franco en desaparecer.

 En los últimos ocho años han caído decenas de bloques, a los que se sumarán esta semana los dos de Fray Luis de León y quedarían pendientes otros dos en las calles San Matías y San Valentín, una demolición que sólo espera por el desalojo de los aproximadamene veinte propietarios que aún permanecen en sus viviendas, a los que hay que añadir un número indeterminado -los vecinos hablan de más de diez- de personas que han ocupado las casas que han quedado vacías.  

Fuentes de Urbanismo señalaron que a las cuatro personas que se han metido en otras tantas casas de Fray Luis de León se les ha ofrecido un hostal a través de Servicios Sociales.

«Se trata de familiares de antiguos propietarios de viviendas que se meten para conseguir una casa, aunque ninguna de estas familias se encuentra en situación de desamparo», indicaron desde el departamento. Los trabajos previos al desalojo se iniciaron una vez que salieron los últimos okupas, algo que se produjo este martes, según han asegurado los vecinos.

El Ayuntamiento tapia las casas según se van desalojando y en algunos casos ha llegado a contratar un servicio de vigilancia, pero algunos rompen los bloques de las ventanas de las primeras plantas y se meten. Así lo explicó un vecino del barrio, que ya ha tomado posesión de su vivienda nueva y cuya vieja casa en la calle San Matías está ahora ocupada por una familia que se metió en cuanto él se mudó. 

Alquileres

Para agilizar la demolición de los dos edificios de Fray Luis de León, el concejal de Urbanismo Javier Doreste aprobó el pasado 24 de enero una resolución por la que se acordó una actuación de emergencia debido a la «situación imprevisible y de grave peligro que presenta el estado de la estructura» de los bloques. 

 Doreste aseguró que los últimos propietarios de las viviendas salieron hace «un mes y unos días». Las casas fueron tapiadas en cuanto salieron los antiguos residentes para evitar que otras personas los ocupara, porque «no reúnen condiciones de habitabilidad».

Fuentes del departamento indicaron que desde Urbanismo se intenta convencer a las familias que quedan en los bloques semivacíos de las calles de San Matías y San Valentín para que se vayan a pisos de alquiler mientras se termina el nuevo edificio, aunque también se les da la opción de que se queden en la casa vieja hasta que se produzca la mudanza definitiva, una opción por la que parece que han optado la veintena de familias que quedan.

Los propietarios prefieren quedarse hasta el final en sus viejas casas, pese al estado ruinoso en que se encuentran los bloques, una situación cuyo deterioro se acelera aún más por el abandono en que se encuentran la mayoría de las viviendas tras ser tapiadas.

María -es un nombre supuesto porque no quiere dar el suyo- asegura que está encantada en su nueva vivienda, desde cuya ventana puede ver su vieja casa en ruinas. Antes de ser adjudicataria de las casas baratas, hace tantos años que ya no se acuerda, vivió en una chabola cerca del lugar, asegura. Ella ha visto como ha avanzado la reposición a lo largo de los últimos ocho años y está deseando que tiren los bloques de San Matías y San Valentín para que hagan la plaza prevista en la zona. «Aquí hay muchos niños pequeños y hace falta un parque para llevarlos y que jueguen. Aquí estamos todos muy bien. Los vecinos son buena gente», afirma de su nuevo hogar, aunque lamenta la situación de las familias que han ocupado las casas.

La reposición de Tamaraceite contempla la construcción de 379 casas, aunque las viviendas, que fueron construidas hace más de 60 años sólo tenían 354, dado que también se han realojado a las familias que ocupaban los llamados sótanos o patios.

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