El FUTURO DE LAS REHOYAS

Urbanismo espera comenzar el próximo año con la demolición de los primeros edificios de Las Rehoyas

El primer inmueble de la reconstrucción del barrio concluye a finales de año y está a punto de iniciarse otro en la calle Doctor Chiscano

Maribel Santana, Anselmo Pestana, Augusto Hidalgo y Lourdes Armas, durante su visita al primer edificio de reposición de Las Rehoyas.

Maribel Santana, Anselmo Pestana, Augusto Hidalgo y Lourdes Armas, durante su visita al primer edificio de reposición de Las Rehoyas. / Ángel Sarmiento

El primer edificio de la reconstrucción del barrio Las Rehoya-Arapiles avanza según lo previsto y se espera que acabe a final de año, fecha en la que se espera que se producirán las primeras mudanzas a las casas nuevas, lo que permitirá derribar seis bloques de Santa Luisa de Marillac el próximo año.

Estos al menos son los cálculos que maneja el concejal de Urbanismo Javier Doreste, quien ahora cree que sólo serán 500 los residentes que se irán finalmente del barrio, pese a que las previsiones iniciales eran más altas, ya que el proceso se ha alargado tanto que los vecinos van cambiando de opinión sobre quedarse o marcharse a otra zona de la ciudad.

A punto de empezar está también el segundo edificio que se construirá fuera del barrio, en la calle Doctor Chiscano, que tardará dos años en estar listo para acoger a otras 150 familias.

Los dos inmuebles, con casas cuya superficie oscila entre los 72 y los 54 metros cuadrados, tienen capacidad para casi 300 personas y será el primer paso de una colosal reconstrucción, la más grande de Canarias, que permitirá la reposición de 2.558 viviendas, la mayoría de las cuales se encuentra en muy mal estado. Los hogares fueron fabricados entre 1957 y 1965 en un terreno inestable y con materiales baratos para responder a la explosión demográfica que estaba experimentando la ciudad, debido al éxodo de los campos a la ciudad.

Los primeros dos edificios han supuesto una inversión de más de 24,8 millones. 

Doreste visitó este jueves el edificio, junto con el alcalde de la capital grancanaria Augusto Hidalgo, el delegado del Gobierno de España en Canarias, Anselmo Pestana y la directora del Instituto Canario de la Vivienda del Gobierno canario, Maribel Santana. Todas las instituciones están colaborando en la financiación de la reposición, aunque hasta el momento no se ha firmado ningún convenio a tres bandas, que fije las aportaciones de cada uno de los gobiernos para financiar los 200 millones que se calcula costará la nueva construcción del barrio.

El Gobierno de España ha aportado siete millones para la construcción del primer edificio, el situado en un lateral del parque de Las Rehoyas, que fue adjudicado a Construplan por 10,8 millones y ya tiene ejecutado el 40% de su estructura.

Hidalgo resaltó que la de Las Rehoyas es «una de las mayores reposiciones de Canarias y del país, con 2.558 familias que van a poder empezar a mudarse a sus viviendas nuevas después de estar mas de30 años esperando».

El regidor subrayó que el primer paso de la reposición de Las Rehoyas coincide con la última fase de la reconstrucción de las antiguas casas baratas de Tamaraceite, cuya finalización está pendiente de que se termine de construir a finales de año el último edificio de 74 viviendas.

Zonas verdes

«Este proceso de Las Rehoyas es más ambicioso y lo comenzamos con este edificio que va a hacer, a diferencia de la reposición de Tamaraceite, que no haya necesidad» de mandar a la gente de alquiler mientras se edifican sus nuevos hogares, dijo el alcalde.

Destacó los más de 50.000 metros cuadrados de zona verde que ganará el barrio, un espacio que ha sido proyectado como la continuidad del parque de Las Rehoyas, una paisaje del que podrán disfrutar el vecindario. «Hasta el colegio», resaltó, «va a cambiar. Lo vamos a derruir y hacer uno nuevo. Habrá más de 20.000 metros cuadrados en dotaciones y zonas comerciales».

En palabras de Pestana, la actuación de Las Rehoyas permitirá a los vecinos y vecinas «pasar de repente al siglo XXI con las mejores calidades en sus viviendas, con parques, instalaciones educativas y deportivas y un nivel que los primeros vecinos que ocuparon las viviendas jamás se pudieron imaginar».

La aportación estatal, indicó, «supone un esfuerzo de solidaridad con Las Palmas de Gran Canaria para que mejore su calidad de vida.

Doreste resaltó que el inicio de la reposición de Las Rehoyas es consecuencia de la existencia de «gobiernos de progreso» en las tres instituciones, lo que propicia que «las cosas se pongan en marcha y se busquen soluciones».

Destacó el «amplio proceso de participación ciudadana que ha habido, con la apertura de una oficina que ha recibido 3.600 consultas». En estos momentos, informó, se está llamando a los vecinos de Santa Luisa de Marillac, que fueron los que eligieron venir a este primer edificio». A principios del año que viene, sostuvo, «se derribarán los primeros seis edificios de Santa Luisa de Marillac y seguiremos construyendo allí». Está previsto que la reposición tarde 10 años, aunque el edil cree que los plazos «se podrán acortar». En cuanto a los edificios que se construirán fuera del barrio, habló de Tamaraceite y la calle Concejal García Feo, aunque ese último suelo también se baraja cederlo a la Comunidad Autónoma para hacer casas sociales y del alquiler asequible.

Maribel Santana destacó la subvención de 11 millones del Gobierno canario al municipio para hacer casas sociales, que se añade a la financiación que ha destinado la Comunidad Autónoma a la reposición y rehabilitación de viviendas en la capital. Recordó también los 13 millones de fondos europeos para la rehabilitación de La Paterna.

"El Ayuntamiento", recordó, "acaba de sacar a concurso la construcción de 27 viviendas en León y Castillo y está a punto de licitar otras 74 en Tamaraceite, con lo cual garantizamos" que se empiece a construir casas de forma "rápida" en Las Palmas de Gran Canaria. En la capital grancanaria no se construye una casa social o en régimen especial de alquiler desde hace más de 13 años, pese a que hay más de 2.600 personas en lista de espera y a las cada día mayores dificultades de las familias para acceder a un hogar de alquiler por la escalada de los precios.

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