Carlos Vives levanta Santa Catalina

El cantante puso en pie a un parque rebosante de mascaritas con ganas de fiesta

v Es la primera vez que el artista colombiano actúa en el Carnaval capitalino

Carlos Vives levanta el parque Santa Catalina en el Carnaval de Día de Las Palmas de Gran Canaria 2023

C. T.

De la fusión de los géneros musicales vallenato y la cumbia surgió el «rock colombiano», un estilo que el cantante Carlos Vives ha dado a conocer a nivel internacional durante sus 30 años de carrera. Un aniversario sobre las tarimas que ayer el artista celebró en el parque de Santa Catalina. Dos horas de concierto, enmarcadas dentro del Carnaval de Día, en las que las penas del último día de fiesta se esfumaron. Era la primera vez que el artista actuaba en el Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria.

Bajo el sol abrasador del medio día, el cantante salió al escenario y el público comenzó a gritar. El cántico «¡Carlos, Carlos, Carlos!» retumbaba en todos los rincones. Al mismo tiempo, los colombianos allí presentes levantaron sus banderas nacionales tiñendo el parque de amarillo, azul y rojo. Vives inauguró el concierto con un solo de armónica que dio paso al primer tema: Pa’ Mayté. Un éxito de su disco La Tierra del Olvido, que se estrenó en 1995.

Con los primeros acordes del cuarto tema, La bicicleta, traducido al palmense, la Sítycleta, el cantante bromeó expresando lo siguiente: «Los de la bici se portan bien aquí. ¿No? No como yo que soy un loco», bromeó el cantante. Mientras, en la primera fila se vivió una escena singular. Un vehículo de dos ruedas azul emergió de entre la muchedumbre y empezó a danzar por los aires al ritmo de la música. Milagro carnavalero que el equipo de seguridad obligó a detener.

«Es positiva y me da buena vibra», esas son las razones por las que Lali Sánchez escogió este tema como su favorito. «Soy súper fan de Carlos, desde que lo empecé a escuchar me enganché. Es súper sencillo, como nosotros, como los canarios», comentó Sánchez. La mujer se encontraba en el acceso al backstage junto a Xiomara Pabón, que es colombiana y gran seguidora del artista. «Llevo yendo a conciertos suyos desde los 16 años. He ido a cinco en total. El último lo viví antes de la pandemia y lloré como una condenada, me emocioné mucho», expuso Pabón. Parecían amigas de siempre, pero se habían conocido allí, en aquella puerta. Las dos tenían el mismo objetivo: conseguir una foto con Vives. «Tengo que conseguirlo porque no voy a tener más oportunidades, no me puedo permitir un concierto de pago», relató Sánchez.

El espectáculo contó con proyecciones narradas por el cantante. Una de ellas la dedicó a sus inicios. «Hace 30 años recibí una herencia: la música de mi tierra. Quería conocer por qué era la expresión de la gente más humilde y más bella que he conocido nunca», se escuchó por los altavoces al son de las imágenes. Fruto de esta curiosidad surgió Clásicos de la provincia, su sexto álbum. De hecho, una de las canciones más esperada ayer formaba parte de ese disco: La gota fría.

«Es un éxito mundial, el germen de todo. Cuando salió el tema, el vallenato se convirtió en pop internacional, aseguró el colombiano Felipe Idrobo. Y añadió que Vives fue el primero que «extendió el sabor colombiano por el mundo» y que fue «la semilla» de la que brotó, entre otros muchos, Shakira y Juanes. «Estoy tan emocionado como cuando vi a Juanes por primera vez en directo. A uno se le saltan las lagrimas cuando siente tan cerca su tierra», relató Idrobo. Un llanto de alegría porque, según dice, así son los colombianos. «No nos estresamos ni aunque la cosa esté complicada. Siempre tenemos una sonrisa, por eso estamos enamorados de Gran Canaria, porque su gente es como nosotros», subrayó.

A colación del entonamiento de Fruta fresca, el cantante quiso compartir con el público el regreso de Chango. ¿Quién? El percusionista de la banda que lo acompañó sobre el escenario de Santa Catalina. Vives contó que cuando salió este sencillo, en los años noventa, Chango formaba parte de su equipo, pero en un viaje que hicieron «se enamoró de una española», por lo que renunció a su puesto. Específicamente, el artista bromeó diciendo que la mujer se «los robó». Ayer, ese robo llegó a su fin con la vuelta del percusionista, que fue invitado a participar en el concierto.

Como buen evento grancanario, no faltaron los «pío, pío» y las referencias a la Unión Deportiva Las Palmas. «¿Cómo está la UD? Pío, Pío», gritó el cantante, que también dedicó unas palabras a los carnavaleros. «Llevan muchos días bailando. ¿De dónde sacan las fuerzas? Del carnaval ¿No? Eso les da fuerzas». En otro intervalo entre canción y canción, nombró la Gala Drag Queen, que tuvo lugar el pasado viernes. «La noche de los drags fue increíble. ¡Vaya arte! Nosotros heredamos algo allá en Latinoamérica de ustedes», señaló.

El artista sacó su lado más cómico con Canción bonita , un tema cuyo estribillo dice: «Y si tengo que escoger, me quedo, me quedo contigo». Pues bien, Vives aseguró que si tuviera que escoger, pediría que lo «entierren con la sardina». «Como se acabe el carnaval me voy a morir», sentenció.

El espectáculo comenzó a las tres de la tarde, pero horas antes, a las doce, María Isabel Merchán, su hermana, sus sobrinos y su novio, ya se encontraban frente al escenario «súper preparados». «Conocemos la música de Carlos de toda la vida. Lo amamos, es el ídolo de Colombia», contaba Merchán mientras portaba un estandarte del país latino que la vio crecer. A pesar que de Canarias «no la mueve nadie», ama a su tierra colombiana y gracias a Vives la siente más cercana. «Ojalá me suba al escenario y me deje darle un beso», confesó la mujer.

De besos el cantante sabe mucho, concretamente, de robarlos. Robarte un beso fue el clímax del show y, además, amenizó una clase de aeróbic que puso en marcha un grupo de gimnastas-carnavaleros del público. Embutidos en mallas y calentadores, sudaron la gota gorda saltando a la comba y danzando. Ante la pregunta: ¿No tuvieron suficiente con la Gran Cabalgata? Una de las integrantes de la clase, Mar Monzón respondió que llevan el «deporte en la sangre» y por eso nunca se cansan.

Cuando parecía que el pescado estaba todo vendido, Vives volvió a salir al escenario ante los gritos del público, que se había quedado con ganas de seguir la fiesta. Una de las últimas melodías fue Hamaca Grande, con la que el colombiano quiso «traer el espíritu» de uno de los grandes de la música vallenata, Adolfo Pacheco, que falleció el pasado 28 de enero.

Vives no dudó en bajarse del escenario en innumerables ocasiones para cantar, bailar y abrazar a los asistentes al parque. Canarias y Colombia, dos tierras lejanas que ayer, durante unos instantes, el cantante consiguió acercar con sus ritmos.

El artista consiguió llenar el parque de Santa Catalina de mascaritas y colombianos residentes en la Isla. Muchos de los compatriotas del cantante inundaron el lugar con sus banderas nacionales que tiñeron la escena de rojo, azul y amarillo. Es la primera vez que Carlos Vives actúa en el Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria. Los grandes éxitos del colombiano, cargados de ritmo latino, prendieron la mecha que estalló horas después en el Entierro de la sardina.

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