Comercios históricos de Las Palmas de Gran Canaria

El viaje que fundó Visanta

Hace medio siglo uno de los fundadores, Moti Matani constituía la tienda electrónica tras llegar de un pueblo en el norte de la India

La familia propietaria de Visanta, en el centro uno de los fundadores Moti Matani junto a sus hijos Puneet y Priti.

La familia propietaria de Visanta, en el centro uno de los fundadores Moti Matani junto a sus hijos Puneet y Priti. / José Carlos Guerra

Moti Matani tenía una vida acomodada en su pueblo del norte de la India, vivía con su familia y estudiaba ciencias en la universidad. Pero decidió dejar atrás sus comodidades para empezar una nueva vida en el Archipiélago. “Salir de un pueblo pequeño y llegar al extranjero era bastante llamativo e interesante para mí, al principio no sabía dónde estaba en el mapa Canarias, pero así llegué”, explica. Un primo ya había estado trabajando en Tenerife y le propuso el viaje. Años después conseguiría, junto a varios socios, fundar la tienda de electrónica Visanta en 1973. 

Tras su llegada comenzó a trabajar en otra tienda de electrónica sin saber una palabra de español. Cuando conoció a varios compañeros decidieron abrir su propia tienda en Las Palmas de Gran Canaria hace medio siglo. “Empezamos otra vez de cero porque lo único que teníamos era la ilusión y las ganas porque los medios no los teníamos”, recuerda Matani. Fueron años difíciles, lo único que hacían era trabajar y solo unos años después consiguieron ver los resultados. “Desde luego trabajamos muy duro porque era una lucha para sobrevivir, una vez que dejas tu país quieres hacerlo bien y no volver como un fracasado, entonces la lucha era diferente”, comenta

Matani, que en un principio solo estaría de paso por Canarias, no tenía el consentimiento de su familia para quedarse más tiempo de los tres años que había prometido. “Había una frustración muy grande porque no era agradable para la familia que me fuera tan lejos”, explica. Aunque cuando las cosas empezaron a salir bien sus allegados aceptaron que se quedara a vivir en España porque ya podían ir de visita en más ocasiones de vacaciones.

Fachada exterior de Visanta.

Fachada exterior de Visanta. / José Carlos Guerra

El fundador del negocio asegura que se siente canario después de haber hecho toda su vida en la Isla desde que tiene 21 años. “Alguien me dijo que nosotros [los indios] no nos integramos, pero no quiero perder mis raíces ni ser absorbido aunque yo me siento un canario más”, expresa. De hecho, Matani cuenta que cuando España entró en el mercado común europeo muchos paisanos indios que también regentaban tiendas se fueron a la península porque Canarias “perdió la ventaja de puerto franco”. “Algunos me preguntaron que por qué no me iba y mi respuesta era sencilla: He cogido mi maleta una vez, no voy a volver otra vez”. 

El negocio ha cambiado drásticamente con los años, sobre todo el tipo de clientes. “Cuando llegué aquí todavía no había empezado a emerger el turismo internacional, lo que más se veía eran los barcos que llegaban de españoles que iban a trabajar a Sudamérica o Australia y eran barcos que venían a hacer compras”. En aquel momento esos eran sus potenciales clientes, pero en los 70 comenzó a prosperar el turismo por avión sobre todo de peninsulares que viajaban al Archipiélago para disfrutar de sus vacaciones o viaje de novios. “En la península habían restricciones de importaciones y los impuestos eran bastante más altos, entonces en la península excepto ciudades grandes no había la mercancía que nosotros vendíamos”, detalla.

Hace cinco años Puneet y Priti Matani tomaron las riendas de la tienda tras la jubilación de su padre

Llegaron a tener 14 tiendas entre Gran Canaria, Tenerife y Lanzarote. Tan solo un año después de abrir la primera en la calle Ripoche abrieron la sucursal en Santa Cruz de Tenerife. Cuando la capital grancanaria dejó de ser el centro de la actividad turística y la importancia comenzó a llevarséla el sur, abrieron varias tiendas en la zona, pero se toparon con la realidad. La electrónica es una compra meditada al tener un coste elevado, por lo que los turistas, que suelen adquirir objetos de forma compulsiva no solían hacer compras. Cerraron las tiendas en estos enclaves y ahora venden de forma online. Actualmente quedan cinco tiendas, una en Gran Canaria, tres en Tenerife y una en Lanzarote. Hace cinco años Matani se retiró y sus hijos, Priti y Puneet tomaron las riendas del negocio. 

Un negocio que se ha modernizado con el tiempo, pero que sigue manteniendo las tradiciones culturales de sus dueños. Como refleja el altar a las deidades indias que se puede encontrar en un rincón de la tienda. “Cuando inauguramos tiendas normalmente siempre suele hacerse con un rezo”, detalla Priti. 

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