Los primeros 23 bloques de La Paterna Vieja tendrán ascensor con la rehabilitación

El plan prevé en la primera fase del plan mejorar la eficiencia energética de 899 viviendas | Los elevadores tendrán acceso directo a las casas por la fachada

Los primeros 23 bloques de La Paterna Vieja tendrán ascensor con la reforma.

Los primeros 23 bloques de La Paterna Vieja tendrán ascensor con la reforma. / Geursa

Los primeros 23 edificios de La Paterna Vieja tendrán ascensor con la rehabilitación del barrio que iniciará el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria en los próximos meses. La intervención, que supondrá una inversión pública de 19,2 millones de euros, incluye la mejora de las fachadas, la accesibilidad peatonal desde la calle, la colocación de bombas de calor en lugar de los tradicionales termos para calentar agua y la impermeabilización de las cubiertas, donde se colocarán placas solares que permitirá a las familias ahorrar en la factura de la luz.

Esta será la primera fase que se pondrá en marcha dentro del plan de rehabilitación de La Paterna. La idea será actuar en 899 viviendas repartidas en 23 edificios situados en las calles Manuel de Falla, Federico Chueca, Francisco Chueca y Ruperto Chapí. Se trata de la parte más antigua del barrio, con edificios registrados en 1971 y 1972, por lo que superan el medio siglo, y donde nunca se ha realizado una intervención de calado. No obstante, desde el Ayuntamiento señalan que tienen previsto actuar en las otras cuatro fases que compondrán el plan de rehabilitación en los próximos años.

Ascensores en los edificios Tipo A de La Paterna.

Ascensores en los edificios Tipo A de La Paterna. / Geursa

El plan de rehabilitación tiene dos principales objetivos, mejorar la accesibilidad de los vecinos y vecinas del barrio a sus viviendas y aumentar la eficiencia energética de los edificios, lo que hará reducir un 60% el consumo de energías no renovables. Para cumplir con el primero será necesario hacer rampas en los accesos a los portales que salven los desniveles de la ladera y la inclusión de ascensores que salven las seis alturas de los bloques de pisos.

Los ascensores tendrán acceso directo a las viviendas a través del balcón de la fachada. Estos serán exteriores, ya que en el hueco de la escalera no hay espacio suficiente para instalarlos, según explican desde Urbanismo. Así, será necesario abrir un nuevo acceso a las casas que dé directamente al elevador, de tal manera que pasarán a tener dos puertas. Cada portal tendrá el suyo propio y los técnicos han adaptado las estructuras a los dos tipos de edificios en los que se va a intervenir. 

El concejal de Urbanismo, Javier Doreste, indica que se está llevando a cabo una ardua tarea para «convencer bloque a bloque» a los vecinos. «En uno de los edificios, de 40 viviendas, ya han firmado todos, por lo que podrá salir ya a licitación», explica; así, la rehabilitación de todos los inmuebles comenzará a medida que se alcance un consenso con cada uno de los propietarios afectados.

No obstante, Doreste aclara que «los vecinos no abandonarán sus casas en ningún momento»; por lo que los trabajos tanto de la instalación de los ascensores como el resto de la rehabilitación será compatible con el día a día cotidiano. El plazo es de ejecución que han calculado es de ocho meses por cada bloque. «Creemos que una vez empecemos con el primero el resto irán animándose a firmar al ver que es una realidad», precisa el concejal.

Placas solares fotovoltaicas

La rehabilitación contempla una serie de actuaciones para mejorar la eficiencia energética de los edificios. Tras la impermeabilización de las cubiertas la idea será colocar placas fotovoltaicas que den energía a las zonas comunes -cajas de escalera y ascensores-. Es decir, el gasto de luz que genere los nuevos elevadores no repercutirá en un mayor gasto de las familias. Las superficies no permitirán dar servicio a todas las viviendas; no obstante, el remanente que generen las placas será distribuido a cada una de las casas. Se trata del mismo sistema que quieren implantar en la Fase III de Jinámar o los bloques de Sanz Orrio, en La Isleta.

Según cálculos de los técnicos, las placas serán capaces de generar casi 30.000 kilovatios al año. Esta cantidad servirá para cubrir el incremento de demanda de energía que provoque la instalación de los ascensores -de 600 a 7.400 kilovatios anuales-; además, el remanente servirá para reducir el consumo de las viviendas, de 60.000 a 42.000. En total, el coste de la luz pasará de 696 a 227 euros anuales, por lo que habrá un ahorro económico del 67%, es decir, unos 469 euros menos por vivienda, al consumir 19.743 kilovatios frente a los 60.600 actuales.

En cuanto a los edificios de tipo B, el ahorro que calculan a las familias será del 97%, puesto que pasarán de tener un coste anual de 703,8 euros a uno de 20,7. En kilovatios, será de 30.600 a 900, gracias a los remanentes que generen las placas fotovoltaicas y no gasten los elevadores.

En la misma línea en busca de la eficiencia energética, la idea será colocar bombas de calor o aerotermos en cada una de las viviendas. Así, habrá que sustituir los actuales calentadores de agua eléctricos por estos, cuyo sistema que aprovecha el calor ambiente hace que el gasto de energía visiblemente menor. Además, las fachadas de los edificios se pintarán de colores que no absorvan en exceso la radiación solar. También se adaptarán las carpinterías de aluminio, principalmente en los espacios coincidentes con el desembarque de los ascensores.

Este plan de rehabilitación de vivienda y regeneración urbana estará financiado en su mayor parte por los fondos europeos de recuperación Next Generation, dentro de un programa de ayuda a barrios que ha lanzado el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. De ahí procede una partida de 13.507.200 euros que ya está concedida. Los restantes 5.730.716 los aportará el Ayuntamiento hasta completar los 19,2 millones para esta primera fase.

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