Una pequeña goleta del siglo pasado le sirvió a Sten Allan Olsson para levantar su particular imperio sueco de transbordadores y de plataformas, con seis unidades dedicadas a la perforación que tienen en Las Palmas su puerto base. El martes reciben el reconocimiento de la comunidad portuaria como cliente distinguido debido a esa apuesta por la capital grancanaria como centro de operaciones.
Stena Drilling, la división de perforación del grupo sueco Stena, ha sido reconocida como cliente distinguido por la Fundación Puertos de Las Palmas, que entregará el martes sus tradicionales Premios Puerto en la terminal de Naviera Armas, donde se celebrará la gran fiesta portuaria de este año junto al resto de galardonados.
La multinacional sueca comenzó su andadura en 1939. Dan, una humilde goleta de tres mástiles con velas y motores, fue el primer barco que compró su fundador, Sten A. Olsson. Desde entonces el crecimiento del grupo, tanto dentro como fuera de Suecia, ha sido brutal, con una potente flota de transbordadores y de perforadores que cubren todos los sectores marítimos.
El éxito se extiende también al ámbito inmobiliario y al servicio del reciclaje, donde Stena es líder en el mercado escandinavo, explica Orlando Javier Sánchez Vera, un ingeniero industrial nacido en Las Palmas de Gran Canaria que lleva una década como jefe de operaciones en Stena Drilling.
La división de perforaciones de la compañía sueca está compuesta por seis unidades, cuatro buques para trabajar en aguas ultraprofundas y dos plataformas semisumergibles, aunque en breve esperan estrenar el Stena Evolution, un tercer barco procedente de los astilleros coreanos que alcanzará profundidades de perforación de hasta 40,00 pies.
En el Puerto de Las Palmas comenzaron a recalar en 2004. La primera plataforma en arribar fue la Stena Tay. Desde entonces la presencia de los suecos en la capital grancanaria se ha ido consolidando hasta convertirse en permanente: primero cada dos años para labores de mantenimiento o de reparación y luego, a partir de 2011, con una frecuencia aún mayor al elegir Las Palmas como puerto base de su flota.
Ahora cada año hay al menos una plataforma o barco perforador en el dique Reina Sofía, donde la compañía atraca gracias a su gran calado para contratar los servicios integrales que le ofrece el Puerto de La Luz: desde labores de mantenimiento y reparación en los astilleros hasta el hospedaje de la tripulación, el pertrecho de víveres, la eliminación de residuos o el suministro de combustible, por citar algunos de los servicios más demandados en las escalas. De la gestión de todo eso se encarga siempre Hamilton y Cia, la consignataria de confianza con la que trabaja el armador sueco.
Orlando Sánchez, tras pasar 15 años como ingeniero en un astillero, ha recorrido medio mundo como jefe de operaciones de Stena y, desde la autoridad que le confiere esa experiencia, destaca las cualidades del Puerto de Las Palmas como referente internacional en el sector, pues es uno de los pocos del Atlántico que dispone de calado suficiente para el atraque de barcos perforadores, entre los 22 y los 25 metros de profundidad.
Estas naves, además, necesitan cambiar las hélices de maniobra con frecuencia, de manera rutinaria, una operación que se realiza a 16 metros de profundidad. De ahí que el muelle Reina Sofía sea ideal para realizar esas maniobras con seguridad gracias a su gran calado.
A esa doble ventaja técnica se le suma la buena comunicación del Puerto de Las Palmas, que está situado en el centro de todas las rutas de extracción de gas y de petróleo: Brasil, Oeste de África y Golfo de México.
La calidad de los alojamientos que ofrece la ciudad y de los tallares navales, con una amplia experiencia acumulada en reparaciones, es otra de las razones por las que el grupo sueco ha apostado por Las Palmas.
Un vínculo que deja importantes beneficios en la capital, sobre todo cuando las plataformas y los barcos perforadores se someten a revisión completa. Eso sucede de forma obligatoria cada cinco años, lo que deja una media de cinco a quince millones de euros en el puerto y en la ciudad. En estas paradas técnicas hay que desarmar todos los equipos y volvernos a montar, desde las hélices y las tuberías hasta los aparatos de perforación. Unas operaciones que duran dos meses y movilizan a unos 500 trabajadores: los 200 de la tripulación más los 300 del personal auxiliar que se contrata a pie de muelle para realizar la puesta a punto.
A pesar del covid y de la incertidumbre económica internacional generada por la guerra en Ucrania, el mercado de las perforaciones se ha reactivado en los últimos meses, por lo que Sánchez augura dos o tres años «bastante prometedores». Stena, en ese sentido, tiene sus seis unidades en activo, con contratos de perforación en vigor, y en breve se incorporará a su flota el nuevo barco construido en Corea.