Movilidad

Los exploradores de rutas sítycleta surcan la capital sobre ruedas

Los amigos Pedro Sosa y Vicente Díaz crean caminos para recorrer la ciudad en bicicleta | Pretenden demostrar que es un método de transporte viable

"El día que pusieron el puesto de sítycleta en Manuel Becerra me hicieron feliz", asegura Vicente Díaz, "militante", como se autodefine, del medio de transporte público. Desde hace cinco meses los arquitectos de profesión, Pedro Sosa y Vicente Díaz comenzaron un proyecto personal para probar las nuevas bicicletas eléctricas y recorrer la capital. Los amigos han creado varias rutas para moverse entre Ciudad Baja y Alta, en las que descubren las bellezas de Las Palmas de Gran Canaria

Ambos son forofos de la bici hasta tal punto que Sosa es el número uno de kilómetros recorridos durante abril en la aplicación digital. Y Díaz se convirtió en ciclista del mes en octubre del año pasado. Los amigos se conocieron en un bicipaseo, que organiza Díaz en colaboración con el Colegio de Arquitectos de Gran Canaria y desde ese día planearon su primera excursión al Canódromo, en Schamann. Fue un flechazo amical entre ruedas. Ambos han atraído a más más amigos de la arquitectura formando algunos días un grupo de hasta cuatro ciclistas.

Antes de empezar cualquier itinerario Sosa camina por la zona para ojear las carreteras más seguras por las que transitar y a partir de ahí todo es darle a los pedales. "Somos arquitectos hemos trabajado toda la vida entre planos así que no es difícil crear las rutas", comenta. 

"Lo que estamos intentando demostrar es que dos personas que no estamos en forma podemos subir con la sítycleta eléctrica sin problema, porque ni sudamos, por unos caminos que hemos estudiado para que sean los más amables y seguros, sin molestar", explica Díaz. Los nuevos caminos que están creando los amigos pretenden que se conviertan en ciclovías como ha sido el caso de Tafira, ya que siempre proponen mejoras y advierten de problemas a Sagulpa. En las ciclovías las bicicletas, patinetas y coches comparten la carretera en la que no se puede superar los 30 kilómetros de velocidad.

Empezaron en Ciudad Baja y luego dieron el salto a la parte alta de la urbe, en la que han hecho rutas por los puntos de La Ballena, Infecar y el Canódromo. En los últimos meses habían probado y trazado caminos para todos los puntos con sítycleta eléctrica y solo les quedaba, el incorporado hace unas semanas, en el campus universitario de Tafira

Los amigos pedalean en las bicicletas en el campus de Tafira.

Los amigos pedalean en las bicicletas en el campus de Tafira. / juan castro

"Tener un punto de bici aquí es un lujo", opina Díaz. El pasado viernes empezaron en Tafira recorrieron San Roque, el Guiniguada y después llegaron al centro de la ciudad en 28 minutos. "Esto es un hito, ahora lo que tenemos que buscar es cómo conectar de manera amable y segura las facultades con la ciudad, incluso por el barranco del Guiniguada", plantea Díaz. "Imagina que tienes unas sítycletas de montaña que te permitan ir por el barranco y que los alumnos se lo puedan plantear, no ya solo bajar, que es lo más fácil, sino subir", añade.

Cada vez que se instala un nuevo punto se aventuran a probar nuevos itinerarios juntos

"A nosotros los de la Ciudad Baja no se nos pierde nada en la Ciudad Alta habitualmente, excepto que vayas expresamente para algo", comenta Sosa. Gracias a los paseos han conocido lugares en los barrios periféricos de la ciudad. "Cada vez que se abre una parada son un montón de sitios por descubrir", indica Díaz. 

Alexis Ravelo en tuk tuk

La ciudad no se ve igual sobre dos ruedas, la velocidad de la bici permite que el conductor tenga tiempo para apreciar detalles de la capital, que en un coche pasan desapercibidos. "Antes me movía de punto a punto, ahora lo que hago es disfrutar", relata Sosa. Por esa razón, hacen hincapié en los bicipaseos que están subidos a la página web de Sagulpa. Díaz creó uno sobre una novela de Alexis Ravelo, La última tumba hace unos años. Cuando se lo contó al escritor sabía que no se lo podía perder, pero había un impedimento: Ravelo no sabía montar. Y fue así como uno de los novelistas más importantes de Canarias apareció en tuk tuk a uno de los bicipaseos más curiosos. 

«Te pones en forma y ahorras un montón de dinero también», alienta Díaz, en clase, a sus alumnos

Los amigos son unos fieles defensores de la practicidad de la bici como método de transporte y opinan que no existe tradición en Canarias. Aunque Sosa destaca que más bien se ha olvidado: "Yo nací en los años 50 y viví en una ciudad donde la bicicleta era un medio habitual para la gente que económicamente no se podía permitir el lujo de comprarse un coche". Los arquitectos consideran que actualmente se está repensando la ciudad para volver a darle la importancia al peatón. A los niños que jugaban en la calle al fútbol como ellos recuerdan.

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